/ lunes 1 de octubre de 2018

2 de octubre

En nuestro paíscada dos de octubre se considera una fecha histórica, recuerda el asesinato por el gobierno federal a más de 400 estudiantes del nivel superior y bachillerato, así como a civiles incluyendo niños, como lo reseña la multigalardonada internacionalmente escritora Elena Poniatowska en su magistral libro “La noche de Tlatelolco”. En su momento este trágico evento cimbró al país y fue a semanas de realizarse las XIX Olimpiadas en México.

A cincuenta años de ese trágico evento, la herida aún no ha sanado, es recordado por quienes en ese tiempo fueron participantes, sus familias y vecinos de la plaza de las Tres Culturas que vivieron ese episodio, así como por instituciones de educación superior involucradas y solidarias.

Después de ese 2 de octubre de 1968 nuestra forma de pensar como sociedad mexicana nunca volvió a ser la misma, por ello dicho evento es un parteaguas en la vida política, social, estudiantil y gubernamental ya que cambió la idea o concepto de un gobierno federal protector de la vida y de la juventud por otro represor y sanguinario. Nuestra sociedad evolucionó más rápido en su interpretación de relación con el Estado-Nación, de éste como garante de la vida misma y la sana convivencia pueblo-gobierno. Es válido afirmar y sin mucho margen de error que el principal perdedor es el Estado mexicano, y la mancha de tal suceso aún no se lo puede quitar aunque muchos funcionarios implicadoshan fallecido oestán retirados y está otra clase política que en ese año eran jóvenes o no habían nacido, aún persiste el señalamiento de crimen desde el gobierno.

Sin duda los estudiantes y personas que ahí perdieron la vida ahora son considerados como promotores de una nueva etapa en la madurez intelectual y socio-política de la ciudadanía mexicana, resulto ser una trágica decisión gubernamental que cambió la vida democrática de nuestro país, generando así mayores condiciones de cambio político, de necesidad de transformación ciudadana sin tanta participación del gobierno en sus tres niveles (federal, estatal y municipal con énfasis en el primero), propició que la juventud volteara su mirada hacia laideología de izquierda para insertarse en el pueblo mexicano principalmente en la juventud estudiantil. Se afirma que desde 1968 paulatinamente una importante porción del electorado mexicano sea más analítico y participativo.

Ese 2 de octubre no se olvida y recordamos a quienes fueron víctimas del odio y desprecio desde oficinas del Poder Ejecutivo Federal incluyendo al Ejército.

El mejor honor y recuerdo a los cientos de muertos y prisioneros del 2 de octubre 1968 es construir un México incluyente, con calidad de vida y democrático.


En nuestro paíscada dos de octubre se considera una fecha histórica, recuerda el asesinato por el gobierno federal a más de 400 estudiantes del nivel superior y bachillerato, así como a civiles incluyendo niños, como lo reseña la multigalardonada internacionalmente escritora Elena Poniatowska en su magistral libro “La noche de Tlatelolco”. En su momento este trágico evento cimbró al país y fue a semanas de realizarse las XIX Olimpiadas en México.

A cincuenta años de ese trágico evento, la herida aún no ha sanado, es recordado por quienes en ese tiempo fueron participantes, sus familias y vecinos de la plaza de las Tres Culturas que vivieron ese episodio, así como por instituciones de educación superior involucradas y solidarias.

Después de ese 2 de octubre de 1968 nuestra forma de pensar como sociedad mexicana nunca volvió a ser la misma, por ello dicho evento es un parteaguas en la vida política, social, estudiantil y gubernamental ya que cambió la idea o concepto de un gobierno federal protector de la vida y de la juventud por otro represor y sanguinario. Nuestra sociedad evolucionó más rápido en su interpretación de relación con el Estado-Nación, de éste como garante de la vida misma y la sana convivencia pueblo-gobierno. Es válido afirmar y sin mucho margen de error que el principal perdedor es el Estado mexicano, y la mancha de tal suceso aún no se lo puede quitar aunque muchos funcionarios implicadoshan fallecido oestán retirados y está otra clase política que en ese año eran jóvenes o no habían nacido, aún persiste el señalamiento de crimen desde el gobierno.

Sin duda los estudiantes y personas que ahí perdieron la vida ahora son considerados como promotores de una nueva etapa en la madurez intelectual y socio-política de la ciudadanía mexicana, resulto ser una trágica decisión gubernamental que cambió la vida democrática de nuestro país, generando así mayores condiciones de cambio político, de necesidad de transformación ciudadana sin tanta participación del gobierno en sus tres niveles (federal, estatal y municipal con énfasis en el primero), propició que la juventud volteara su mirada hacia laideología de izquierda para insertarse en el pueblo mexicano principalmente en la juventud estudiantil. Se afirma que desde 1968 paulatinamente una importante porción del electorado mexicano sea más analítico y participativo.

Ese 2 de octubre no se olvida y recordamos a quienes fueron víctimas del odio y desprecio desde oficinas del Poder Ejecutivo Federal incluyendo al Ejército.

El mejor honor y recuerdo a los cientos de muertos y prisioneros del 2 de octubre 1968 es construir un México incluyente, con calidad de vida y democrático.