/ martes 5 de enero de 2021

2021: oportunidad

Tras lo caótico que resultó ser el 2020, por fin iniciamos un nuevo año con altas expectativas y, sobre todo, con mucha esperanza. No sólo por el hecho de que en materia de salud pública ya comenzó la estrategia de vacunación, sino también, por los diferentes cambios políticos, sociales y culturales que nuestro Estado probará, por el cambio de Gobierno durante este año entrante.

Como en cada inicio de año, las fechas se prestan para ir construyendo, o al menos visualizando, los propósitos y quehaceres que nos destinarán a lo largo de los siguientes 12 meses. Sin embargo, como seres humanos, estamos sujetos a algo más grande que nos es imposible de prever. Bien podemos proyectar un sinfín de cosas y situaciones, que claro, dependerá de cada uno su realización, pero que pueden o no realizarse, por múltiples cuestiones que rebasan, incluso, el entendimiento humano. El mejor ejemplo de ello es la pandemia que nos fastidió el veinte-veinte; absolutamente nadie nos imaginamos el cúmulo de desgracias que se presentarían, ni mucho menos, la pérdida de incontables sueños a consumar durante ese año.

Para la mayoría de nosotros, los sueños y oportunidades continúan. Incluso, advertiría que es una buena ocasión para comenzar de nuevo. No sólo en lo que respecta a proyectos personales, sino también, para mejorar nuestro entorno y convivencia social. Nuestro Estado exige urgentemente un cambio de rumbo, y para ello, requiere de la inclusión y participación de todas y todos los zacatecanos, solamente si todos incidimos en las decisiones importantes, podremos construir y desarrollar una mejor sociedad. Cualquier acción, que nazca desde cualquier recinto social, encaminada al bienestar común, por más mínima que pudiera parecer, respaldará finalmente el progreso social y resaltará la responsabilidad, armonía, respeto y compromiso por mejorar los tiempos.

Es nuestra obligación atender los retos que nos ofrece este 2021, de nosotros depende el trabajo y empeño que pongamos para salir adelante y defender las causas, que por casi 20 años han quedado relegadas y mantienen al Estado en el pasado. Como mexicanos y zacatecanos, nos caracteriza y une un mismo sentimiento: la fe. Somos un pueblo cuya historia y logros han surgido de la fe y voluntad de su gente; personas incansables y trabajadoras que día a día luchan por ver un mejor país.

Así, haciendo reflexión del porvenir, se avista un mejor año para todos. Esperemos que sus protagonistas estén a la altura de las circunstancias que específicamente enfrentamos, para encauzar a buen puerto a la entidad, no sólo porque lo merece y demanda, sino por lo que representa para el país, ésta nuestra tierra zacatecana.

Tras lo caótico que resultó ser el 2020, por fin iniciamos un nuevo año con altas expectativas y, sobre todo, con mucha esperanza. No sólo por el hecho de que en materia de salud pública ya comenzó la estrategia de vacunación, sino también, por los diferentes cambios políticos, sociales y culturales que nuestro Estado probará, por el cambio de Gobierno durante este año entrante.

Como en cada inicio de año, las fechas se prestan para ir construyendo, o al menos visualizando, los propósitos y quehaceres que nos destinarán a lo largo de los siguientes 12 meses. Sin embargo, como seres humanos, estamos sujetos a algo más grande que nos es imposible de prever. Bien podemos proyectar un sinfín de cosas y situaciones, que claro, dependerá de cada uno su realización, pero que pueden o no realizarse, por múltiples cuestiones que rebasan, incluso, el entendimiento humano. El mejor ejemplo de ello es la pandemia que nos fastidió el veinte-veinte; absolutamente nadie nos imaginamos el cúmulo de desgracias que se presentarían, ni mucho menos, la pérdida de incontables sueños a consumar durante ese año.

Para la mayoría de nosotros, los sueños y oportunidades continúan. Incluso, advertiría que es una buena ocasión para comenzar de nuevo. No sólo en lo que respecta a proyectos personales, sino también, para mejorar nuestro entorno y convivencia social. Nuestro Estado exige urgentemente un cambio de rumbo, y para ello, requiere de la inclusión y participación de todas y todos los zacatecanos, solamente si todos incidimos en las decisiones importantes, podremos construir y desarrollar una mejor sociedad. Cualquier acción, que nazca desde cualquier recinto social, encaminada al bienestar común, por más mínima que pudiera parecer, respaldará finalmente el progreso social y resaltará la responsabilidad, armonía, respeto y compromiso por mejorar los tiempos.

Es nuestra obligación atender los retos que nos ofrece este 2021, de nosotros depende el trabajo y empeño que pongamos para salir adelante y defender las causas, que por casi 20 años han quedado relegadas y mantienen al Estado en el pasado. Como mexicanos y zacatecanos, nos caracteriza y une un mismo sentimiento: la fe. Somos un pueblo cuya historia y logros han surgido de la fe y voluntad de su gente; personas incansables y trabajadoras que día a día luchan por ver un mejor país.

Así, haciendo reflexión del porvenir, se avista un mejor año para todos. Esperemos que sus protagonistas estén a la altura de las circunstancias que específicamente enfrentamos, para encauzar a buen puerto a la entidad, no sólo porque lo merece y demanda, sino por lo que representa para el país, ésta nuestra tierra zacatecana.