/ viernes 10 de julio de 2020

A 2 años del histórico 2018

El 1º de julio de 2018 el país vivió un ejercicio democrático sin precedentes: más de 53 millones de mexicanas y mexicanos salieron a manifestar su voto, de los cuales más de 30 millones optaron por la visión encabezada por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, convirtiéndolo en el presidente con mayor legitimidad en las últimas décadas.

A 2 años de este histórico suceso es importante evaluar los cambios y el rumbo para lo que viene. Son varios los ejes de la transformación y en esta ocasión mencionaremos los más relevantes:

Separación del poder político del poder económico: se terminaron las políticas destinadas a unos cuantos, ya no hay más condonaciones de impuestos y se legisló para combatir las facturas falsas y empresas fantasma.

Se implementó la política de bienestar social más ambiciosa de los últimos años: existen programas para jóvenes, madres solteras, adultos mayores, personas con discapacidad, así como incentivos económicos para el campo y las micro y medianas empresas.

Inició la transformación de la vida pública del país: en un auténtico compromiso de erradicar las prácticas del viejo régimen, la corrupción se elevó a delito grave. Ya no habrá más impunidad.

Se ha fomentado la participación ciudadana: a través de mecanismos de consulta popular y la figura de revocación de mandato, las mexicanas y los mexicanos podrán evaluar al mandatario y, en caso de no estar conformes, podrán relevarlo.

El Congreso de la Unión tiene, por fin, representación paritaria. En el Senado de la República, desde el día uno se implementaron medidas de austeridad y se instauraron los pilares legislativos del nuevo régimen. Particularmente, el liderazgo del presidente de la Junta de Coordinación Política ha mostrado una nueva manera de hacer política, en la que se privilegia el diálogo y el consenso para el beneficio social, lo cual se ha reflejado en las múltiples votaciones por unanimidad.

¿Cuáles son los retos? Combatir la herencia maldita de inseguridad, producto de la exclusión social y la opacidad del pasado. Es importante buscar la pacificación del país, fomentar el desarrollo científico y la preparación académica de las futuras generaciones. Además, uno de los mayores desafíos será rescatar e impulsar al sector salud frente a las lecciones aprendidas por la pandemia y estimular la pronta reactivación económica.

¿Y… en lo local? Zacatecas es un estado con un gran potencial. Su gente es luchadora e incansable, sin embargo, nos estamos quedando rezagados. Es fundamental dejar atrás las viejas prácticas y, de esta manera, caminar en unidad hacia nuevos entendimientos dirigidos al bienestar común. Esto solo será posible con un gran liderazgo, ideas innovadoras y respaldo social. Sin duda, el único que hoy cubre ese perfil es el gallo David.

Falta mucho camino por recorrer, es tiempo de unidad y de mostrar una nueva manera de hacer política en nuestro estado, una que se traduzca en el bienestar que tanto anhelamos.

El 1º de julio de 2018 el país vivió un ejercicio democrático sin precedentes: más de 53 millones de mexicanas y mexicanos salieron a manifestar su voto, de los cuales más de 30 millones optaron por la visión encabezada por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, convirtiéndolo en el presidente con mayor legitimidad en las últimas décadas.

A 2 años de este histórico suceso es importante evaluar los cambios y el rumbo para lo que viene. Son varios los ejes de la transformación y en esta ocasión mencionaremos los más relevantes:

Separación del poder político del poder económico: se terminaron las políticas destinadas a unos cuantos, ya no hay más condonaciones de impuestos y se legisló para combatir las facturas falsas y empresas fantasma.

Se implementó la política de bienestar social más ambiciosa de los últimos años: existen programas para jóvenes, madres solteras, adultos mayores, personas con discapacidad, así como incentivos económicos para el campo y las micro y medianas empresas.

Inició la transformación de la vida pública del país: en un auténtico compromiso de erradicar las prácticas del viejo régimen, la corrupción se elevó a delito grave. Ya no habrá más impunidad.

Se ha fomentado la participación ciudadana: a través de mecanismos de consulta popular y la figura de revocación de mandato, las mexicanas y los mexicanos podrán evaluar al mandatario y, en caso de no estar conformes, podrán relevarlo.

El Congreso de la Unión tiene, por fin, representación paritaria. En el Senado de la República, desde el día uno se implementaron medidas de austeridad y se instauraron los pilares legislativos del nuevo régimen. Particularmente, el liderazgo del presidente de la Junta de Coordinación Política ha mostrado una nueva manera de hacer política, en la que se privilegia el diálogo y el consenso para el beneficio social, lo cual se ha reflejado en las múltiples votaciones por unanimidad.

¿Cuáles son los retos? Combatir la herencia maldita de inseguridad, producto de la exclusión social y la opacidad del pasado. Es importante buscar la pacificación del país, fomentar el desarrollo científico y la preparación académica de las futuras generaciones. Además, uno de los mayores desafíos será rescatar e impulsar al sector salud frente a las lecciones aprendidas por la pandemia y estimular la pronta reactivación económica.

¿Y… en lo local? Zacatecas es un estado con un gran potencial. Su gente es luchadora e incansable, sin embargo, nos estamos quedando rezagados. Es fundamental dejar atrás las viejas prácticas y, de esta manera, caminar en unidad hacia nuevos entendimientos dirigidos al bienestar común. Esto solo será posible con un gran liderazgo, ideas innovadoras y respaldo social. Sin duda, el único que hoy cubre ese perfil es el gallo David.

Falta mucho camino por recorrer, es tiempo de unidad y de mostrar una nueva manera de hacer política en nuestro estado, una que se traduzca en el bienestar que tanto anhelamos.