Dormir es una de las necesidades básicas del ser humano, al igual que comer, beber y reproducirse. Se ha documentado en diversas ocasiones que se puede pasar más días sin comer que sin dormir, pues en algunos experimentos malévolos, realizados por científicos sin escrúpulos, se ha hecho que un sujeto deje de dormir varios días y éste entra en un estado muy parecido a la locura y después fallece irremediablemente. También estos ensayos han sido realizados con ratones y los resultados son idénticos.
Para dejar a un lado la malignidad de estar criticando siempre, de manera destructiva, y sin sentido, a la impresentable clase política de nuestra nación, sin hacer distinciones de colores, sabores ni estatus social entre ellos, valga el paréntesis, hemos decidido en estos renglones recomendar un libro que nos cambió radicalmente nuestra errónea idea que teníamos sobre el tópico que ahora prolongamos: “¿Por qué dormimos? La nueva ciencia del sueño” de Matthew Walker (Paidós, 2023), y del cual ahora anotaremos algunos conceptos extraídos del texto en cuestión, los cuales deberían ir entrecomillados, pero no lo haremos simplemente para fluidez de la lectura:
Dormir habitualmente menos de seis o siete horas por noche destroza tu sistema inmunitario, multiplicando por más de dos tu riesgo de sufrir cáncer. Las horas de sueño insuficientes son un factor clave del estilo de vida que determina si desarrollarás o no Alzheimer.
El sueño es lo más eficaz que podemos hacer para restablecer nuestra salud cerebral y corporal todos los días, el mayor esfuerzo de la madre naturaleza contra la muerte.
Pasar de dormir en los árboles a hacerlo en el suelo fue el factor que catapultó al Homo Sapiens a la cima de la pirámide de la evolución. A partir de este progreso de la inteligencia emocional proporcionado por el sueño REM, surgió una nueva y mucho más sofisticada forma de socioecología homínida que permitió la creación de grandes comunidades humanas, emocionalmente astutas, estables y con una intensa cohesión social.
El sueño profundo es una fuerza impulsora de la maduración cerebral, y no al revés.
Muchas de nuestras dolencias físicas y mentales asociadas con la edad sí tienen que ver con dormir mal. Cualquier individuo, independientemente de su edad, presentará malestar físico, inestabilidad mental, un estado de alerta reducido y una memoria deteriorada si sufre una alteración crónica del sueño.
El sueño insuficiente resulta dañino para los principales sistemas fisiológicos del cuerpo humano: cardiovascular, metabólico, inmune y reproductivo.
En este libro se explica de manera amplia la ciencia del sueño, del dormir, y las funciones que tiene para poder vivir una vida sana simplemente durmiendo bien. Léalo, mejorará su vida, se lo garantizo.