Definitivamente, los zacatecanos no somos del contentillo del presidente AMLO. Se ha anunciado un recorte financiero significativo de las participaciones federales para nuestro Estado que asciende a los 1500 millones de pesos para el 2020, conforme a lo que se nos informa a los ciudadanos zacatecanos a través de este eficiente diario el secretario estatal de finanzas Jorge Miranda Castro. (Sígase el vínculo de abajo para conocer los detalles al respecto).
Incluso, para el cierre de este año Zacatecas dejará de recibir entre 180 y 200 millones de pesos del presente gobierno federal encabezado por AMLO. Y nuevamente yo mismo me hago una fuerte recriminación: “¿cómo contribuí con mi humilde voto ciudadano para que llegará el actual presidente al cargo de máxima representación en el país, a la Presidencia de la República?”
Todavía peor: el secretario estatal de finanzas nos desglosa los rubros que no se podrán cubrir con las esperadas contribuciones federales: “En términos reales, las participaciones para Zacatecas tendrán una disminución del 2.68 por ciento, en aportaciones federales del 1.17 por ciento y la caída más grave se da en las partidas de convenios y asignaciones del Estado de Zacatecas y sus municipios en más de un 30 por ciento, cerca de 900 millones de pesos”.
De manera específica, “la principal afectación que tiene Zacatecas son los recursos que se destinan a través del campo, los recursos, a través de infraestructura, entre otros, y la caída es por el orden de los mil 500 millones de pesos”.
Acierta el columnista Federico Berrueto cuando establece: “El vínculo del líder con sus seguidores es más profundo de lo que se advierte, porque su naturaleza no es la promesa del político convencional, sino la del líder religioso con un pueblo propenso al mundo mágico, de allí el blindaje del que ahora goza (AMLO) a pesar de las cuentas en extremo adversas. El problema para el líder es que también es gobierno. Para él es imposible gobernar para todos, más aún, no se trata de administrar para dar bienestar, sino de mover conciencias porque de eso se trata”.
“El desdén de gobernar es evidente, no así el ejercicio cotidiano de la prédica moral. En ocasiones, gozoso, en otras enfadado, siempre por encima de la investidura que le obliga al comedimiento y al respeto al que disienta. No todo México vive la fantasía de las ilusorias certezas”. Consúltese https://www.milenio.com/opinion/federico-berrueto/juego-de-espejos/amlocracia
En tanto, AMLO anda viendo qué estado del país le cae bien para “refaccionarlo” con dinero suficiente. Los zacatecanos, sin embargo, no estamos en el ámbito de la simpatía del presidente AMLO.
