/ miércoles 9 de marzo de 2022

Alto a la violencia

El sábado cinco de marzo de 2022 será recordado como un día negro para el deporte de nuestros país. Lamentablemente, los actos violentos que se presentaron en el Estadio Corregidora de Querétaro no han sido los únicos; sin embargo, para los estudiosos del deporte sí son los más graves y violentos en los últimos años. Estos hechos de violencia en el deporte nos tienen que llevar a una reflexión social profunda.

La violencia en el deporte, principalmente la que se presenta en los juegos de soccer por ser el deporte más popular en el país, data de varios años atrás. Violencia que fue creciendo con la aparición de las denominadas “barras de fútbol”, las cuales se exportaron o copiaron del fútbol argentino prinicipalmente, aunque no son exclusivas de este país sudamericano. Estos tipos de grupos de aficionados también se presentaron en Europa con los llamados hooligans en el fútbol inglés y sus similares en el fútbol italiano y español. Cuando se trajo este nuevo modelo a México, la idea original era que estos grupos organizados alentaran a su respectivo equipo con cánticos, papeles de colores, incluso con bomas de humo. Así surgieron la “Ultra Tuza” del equipo Pachuca, la “Barra 51” del Atlas, la “Rebel” de Pumas y “La Adicción” de los Rayados de Monterrey, por mencionar algunos ejemplos.

Sin embargo, la idea original se fue modificando y con el paso de los años las barras se conviertieron en grupos violentos. La violencia se ejercía desde lo simbólico hasta llegar a los golpes y lesiones. Ante esta situación, los legisladores hemos aprobado reformas legales para prevenir y sancionar la violencia en espectáculos deportivos.

En 2013, la nueva Ley de Cultura Física y Deporte dedicó un capítulo a la Prevención de la Violencia en el Deporte, en el cual se considera que pueden causar violencia los espectadores, deportistas, entrenadores, jueces, organizadores y directivos; además, se estableció que la violencia también implica el uso de símbolos, cánticos y la difusión de declaraciones que inciten a la violencia. La Ley también creó la Comisión Especial Contra la Violencia en el Deporte, la cual es responsable de articular y coordinar los trabajos de los tres órdenes de gobierno, las asociaciones deportivas y las ligas profesionales, para prevenir la violencia. Posteriormente, se aprobaron reformas para fortalecer a dicha Comisión Especial, así como la coordinación interinstitucional; para crear el Padrón de Aficionados Violentos y para tipificar el delito de violencia en el deporte.

Ahora, los coordinadores parlamentarios en la Cámara de Diputados acordamos invitar a una reunión de trabajo a los Presidentes de la FEMEXFUT y de la Liga Mx y a los dueños de los equipos para hacer un diganóstico y balance sobre la violencia en el deporte y la legislación aplicable.

Que el deporte sea una inspiración para competir y no una ventana a la violencia.

El sábado cinco de marzo de 2022 será recordado como un día negro para el deporte de nuestros país. Lamentablemente, los actos violentos que se presentaron en el Estadio Corregidora de Querétaro no han sido los únicos; sin embargo, para los estudiosos del deporte sí son los más graves y violentos en los últimos años. Estos hechos de violencia en el deporte nos tienen que llevar a una reflexión social profunda.

La violencia en el deporte, principalmente la que se presenta en los juegos de soccer por ser el deporte más popular en el país, data de varios años atrás. Violencia que fue creciendo con la aparición de las denominadas “barras de fútbol”, las cuales se exportaron o copiaron del fútbol argentino prinicipalmente, aunque no son exclusivas de este país sudamericano. Estos tipos de grupos de aficionados también se presentaron en Europa con los llamados hooligans en el fútbol inglés y sus similares en el fútbol italiano y español. Cuando se trajo este nuevo modelo a México, la idea original era que estos grupos organizados alentaran a su respectivo equipo con cánticos, papeles de colores, incluso con bomas de humo. Así surgieron la “Ultra Tuza” del equipo Pachuca, la “Barra 51” del Atlas, la “Rebel” de Pumas y “La Adicción” de los Rayados de Monterrey, por mencionar algunos ejemplos.

Sin embargo, la idea original se fue modificando y con el paso de los años las barras se conviertieron en grupos violentos. La violencia se ejercía desde lo simbólico hasta llegar a los golpes y lesiones. Ante esta situación, los legisladores hemos aprobado reformas legales para prevenir y sancionar la violencia en espectáculos deportivos.

En 2013, la nueva Ley de Cultura Física y Deporte dedicó un capítulo a la Prevención de la Violencia en el Deporte, en el cual se considera que pueden causar violencia los espectadores, deportistas, entrenadores, jueces, organizadores y directivos; además, se estableció que la violencia también implica el uso de símbolos, cánticos y la difusión de declaraciones que inciten a la violencia. La Ley también creó la Comisión Especial Contra la Violencia en el Deporte, la cual es responsable de articular y coordinar los trabajos de los tres órdenes de gobierno, las asociaciones deportivas y las ligas profesionales, para prevenir la violencia. Posteriormente, se aprobaron reformas para fortalecer a dicha Comisión Especial, así como la coordinación interinstitucional; para crear el Padrón de Aficionados Violentos y para tipificar el delito de violencia en el deporte.

Ahora, los coordinadores parlamentarios en la Cámara de Diputados acordamos invitar a una reunión de trabajo a los Presidentes de la FEMEXFUT y de la Liga Mx y a los dueños de los equipos para hacer un diganóstico y balance sobre la violencia en el deporte y la legislación aplicable.

Que el deporte sea una inspiración para competir y no una ventana a la violencia.