/ domingo 6 de septiembre de 2020

Amor por México y Zacatecas

Como legisladores tenemos la obligación de rendir cuentas de nuestra labor legislativa a la ciudadanía. Lo hacemos a través de un informe de manera anual. Quienes trabajamos con pasión por el país, este mecanismo de transparencia es por demás necesario.

Mi labor como senadora de la República la he encausado en buscar soluciones para los grandes cánceres que corroen a nuestro país y que mi estado, Zacatecas, no queda excluido: desigualdad, corrupción, inseguridad, violaciones a derechos humanos, deterioro al medio ambiente. He pretendido también darle voz a quienes por diversas circunstancias no la tienen. Pretendo hacer eco en causas justas, así como dignificar la labor legislativa.

En este segundo informe legislativo, rindo a ustedes mi trabajo que con amor por México y Zacatecas realizo día con día. Aquí algunos puntos relevantes.

Un tema que como zacatecanos nos hincha el pecho de orgullo es que el emblema nacional, la poderosa águila real, tiene su cuna en nuestro estado, en el municipio de Monte Escobedo. Por ello, presenté una iniciativa para que una de las facultades del Senado de la República sea la de declarar áreas naturales protegidas. No descansaré hasta que Monte Escobedo sea santuario de nuestro símbolo vivo nacional, aquella ave que con sus alas forjó nuestra identidad nacional.

La emergencia sanitaria originada por el COVID-19 replanteó nuestra forma de convivencia. Aprendimos a ser más solidarios y empáticos. Por ello, atendiendo la necesidad del pueblo zacatecano, decidí donar tres meses de mi salario para insumos y medicamentos. De igual forma, me uní al llamado de los profesionales de la salud, exhortando a diversas autoridades para que contaran con el equipo necesario y así combatir a este enemigo invisible. Recordemos que son ellos nuestros héroes frente a esta pandemia.

La corrupción institucionalizada en sexenios pasados debemos combatirla de frente. Por ello, trabajo constantemente para erradicar por medio de leyes eficaces este mal que ha sumido en pobreza y desigualdad al país. No deben quedar en la impunidad casos como el de Emilio Lozoya y tantos ex gobernadores que han saqueado de manera obscena a sus estados.

Tenemos una deuda histórica con las mujeres. No tengo duda, somos nosotras las que hemos sacado avante al país y la cultura patriarcal nos borra de todo legado histórico. Soy zacatecana, comparto el ideal de aquellas mujeres, paisanas mías que, viendo vulnerados sus derechos, enviaron una misiva al Constituyente de 1824 exigiendo el derecho al voto. Por eso mismo lucho todos los días, para que tengamos las mismas oportunidades y se respete nuestra libertad. ¡Nos queremos vivas y con derechos!

Sepan que seguiré trabajando con amor. La causa de ustedes es la mía. Por un México más justo y menos desigual.

Como legisladores tenemos la obligación de rendir cuentas de nuestra labor legislativa a la ciudadanía. Lo hacemos a través de un informe de manera anual. Quienes trabajamos con pasión por el país, este mecanismo de transparencia es por demás necesario.

Mi labor como senadora de la República la he encausado en buscar soluciones para los grandes cánceres que corroen a nuestro país y que mi estado, Zacatecas, no queda excluido: desigualdad, corrupción, inseguridad, violaciones a derechos humanos, deterioro al medio ambiente. He pretendido también darle voz a quienes por diversas circunstancias no la tienen. Pretendo hacer eco en causas justas, así como dignificar la labor legislativa.

En este segundo informe legislativo, rindo a ustedes mi trabajo que con amor por México y Zacatecas realizo día con día. Aquí algunos puntos relevantes.

Un tema que como zacatecanos nos hincha el pecho de orgullo es que el emblema nacional, la poderosa águila real, tiene su cuna en nuestro estado, en el municipio de Monte Escobedo. Por ello, presenté una iniciativa para que una de las facultades del Senado de la República sea la de declarar áreas naturales protegidas. No descansaré hasta que Monte Escobedo sea santuario de nuestro símbolo vivo nacional, aquella ave que con sus alas forjó nuestra identidad nacional.

La emergencia sanitaria originada por el COVID-19 replanteó nuestra forma de convivencia. Aprendimos a ser más solidarios y empáticos. Por ello, atendiendo la necesidad del pueblo zacatecano, decidí donar tres meses de mi salario para insumos y medicamentos. De igual forma, me uní al llamado de los profesionales de la salud, exhortando a diversas autoridades para que contaran con el equipo necesario y así combatir a este enemigo invisible. Recordemos que son ellos nuestros héroes frente a esta pandemia.

La corrupción institucionalizada en sexenios pasados debemos combatirla de frente. Por ello, trabajo constantemente para erradicar por medio de leyes eficaces este mal que ha sumido en pobreza y desigualdad al país. No deben quedar en la impunidad casos como el de Emilio Lozoya y tantos ex gobernadores que han saqueado de manera obscena a sus estados.

Tenemos una deuda histórica con las mujeres. No tengo duda, somos nosotras las que hemos sacado avante al país y la cultura patriarcal nos borra de todo legado histórico. Soy zacatecana, comparto el ideal de aquellas mujeres, paisanas mías que, viendo vulnerados sus derechos, enviaron una misiva al Constituyente de 1824 exigiendo el derecho al voto. Por eso mismo lucho todos los días, para que tengamos las mismas oportunidades y se respete nuestra libertad. ¡Nos queremos vivas y con derechos!

Sepan que seguiré trabajando con amor. La causa de ustedes es la mía. Por un México más justo y menos desigual.