/ lunes 16 de abril de 2018

Astucia o impaciencia en elecciones 2018

La inclusión del quinto candidato presidencial y quizá un sexto ¿es un juego de ajedrez bien pensado o son acciones desesperadas? ¿Cómo beneficia a la imperfecta democracia mexicana tales inclusiones?

Antecedentes:

1) El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) votó por mayoría y sin claro sustento legal para incluir en la elección presidencial a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco” argumentando violación a sus derechos por el Instituto Nacional Electoral (INE) quien rechazó su inclusión por presunta trampa en firmas.

2) Ahora Armando Ríos Piter “El Jaguar” busca mismo camino para ser incluido como candidato independiente.

3) Prácticamente todos los sondeos colocan al candidato oficial en tercera posición.

Los comentarios son:

1) Es útil considerar a la política como una ciencia social pero también es ciencia matemática por exacta al aplicar la estadística inferencial, teoría de probabilidades y teoría de los juegos, así la política y menos la electoral no es un juego al azar o haber qué sale, en absoluto, es mucho el poder económico, gubernamental y político en juego y por ello existe el mayor control posible sobre todos los aspectos o variables.

2) De lo último emergen preguntas sobre los motivos individuales de candidata(os) independientes sin opción de triunfo por su peso específico real o impacto de un dígito lejos del puntero que oscila en el 40%, incluyendo los verdaderos motivos psicológicos y económicos que les hace participar, también sus causas políticas para presuntamente preocuparse por los desfavorecidos o la corrupción o inseguridad. Muchos tenemos dudas sobre su veracidad discursiva pues se mueven y viven del sistema económico y político mexicano.

3) Los estrategas reales o auténticos artífices del proceso electoral 2018, quienes lo controlan pero no tienen reflectores sobre ellos, quizá piensan en un equilibrio resultante de la ecuación que calcula la relación entre propuestas electorales sustentadas ideológicamente y número de electores o bien implementan alguna respuesta a molestia gubernamental y/o grupos hegemónicos mexicanos y extranjeros para cambiar la actual correlación de fuerzas según tendencia electoral a candidata(os) no oficiales y sobre todo al puntero.

4) De ser lo anterior, como se lee y escucha en varios medios de comunicación, entonces colocar a Jaime Rodríguez y Ríos Piter contra Ricardo Anaya y López Obrador para bajarles intensión de votos, también es una acción contra el candidato oficial pues es el más susceptible a una disminución debido a más candidatos combinándose con el claro rechazo ciudadano al régimen por sus resultados.

5) Como Rodríguez y Ríos previamente fueron rechazados por el INE debido a inconsistencias en miles de firmas para respectivos registros y que según politólogos y juristas el TEPJF muestra cierto grado de docilidad ante presiones de altas esferas gubernamentales, partidos políticos y grupos hegemónicos, ocasiona que incluirlos como candidatos presidenciales desafortunadamente se cimbre peligrosamente su solidez como autoridades electorales de alta moral y valía para posteriores decisiones normativas y jurídicas que pudieran resultar en la elección más complicada que ha tenido México.

La inclusión del quinto candidato presidencial y quizá un sexto ¿es un juego de ajedrez bien pensado o son acciones desesperadas? ¿Cómo beneficia a la imperfecta democracia mexicana tales inclusiones?

Antecedentes:

1) El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) votó por mayoría y sin claro sustento legal para incluir en la elección presidencial a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco” argumentando violación a sus derechos por el Instituto Nacional Electoral (INE) quien rechazó su inclusión por presunta trampa en firmas.

2) Ahora Armando Ríos Piter “El Jaguar” busca mismo camino para ser incluido como candidato independiente.

3) Prácticamente todos los sondeos colocan al candidato oficial en tercera posición.

Los comentarios son:

1) Es útil considerar a la política como una ciencia social pero también es ciencia matemática por exacta al aplicar la estadística inferencial, teoría de probabilidades y teoría de los juegos, así la política y menos la electoral no es un juego al azar o haber qué sale, en absoluto, es mucho el poder económico, gubernamental y político en juego y por ello existe el mayor control posible sobre todos los aspectos o variables.

2) De lo último emergen preguntas sobre los motivos individuales de candidata(os) independientes sin opción de triunfo por su peso específico real o impacto de un dígito lejos del puntero que oscila en el 40%, incluyendo los verdaderos motivos psicológicos y económicos que les hace participar, también sus causas políticas para presuntamente preocuparse por los desfavorecidos o la corrupción o inseguridad. Muchos tenemos dudas sobre su veracidad discursiva pues se mueven y viven del sistema económico y político mexicano.

3) Los estrategas reales o auténticos artífices del proceso electoral 2018, quienes lo controlan pero no tienen reflectores sobre ellos, quizá piensan en un equilibrio resultante de la ecuación que calcula la relación entre propuestas electorales sustentadas ideológicamente y número de electores o bien implementan alguna respuesta a molestia gubernamental y/o grupos hegemónicos mexicanos y extranjeros para cambiar la actual correlación de fuerzas según tendencia electoral a candidata(os) no oficiales y sobre todo al puntero.

4) De ser lo anterior, como se lee y escucha en varios medios de comunicación, entonces colocar a Jaime Rodríguez y Ríos Piter contra Ricardo Anaya y López Obrador para bajarles intensión de votos, también es una acción contra el candidato oficial pues es el más susceptible a una disminución debido a más candidatos combinándose con el claro rechazo ciudadano al régimen por sus resultados.

5) Como Rodríguez y Ríos previamente fueron rechazados por el INE debido a inconsistencias en miles de firmas para respectivos registros y que según politólogos y juristas el TEPJF muestra cierto grado de docilidad ante presiones de altas esferas gubernamentales, partidos políticos y grupos hegemónicos, ocasiona que incluirlos como candidatos presidenciales desafortunadamente se cimbre peligrosamente su solidez como autoridades electorales de alta moral y valía para posteriores decisiones normativas y jurídicas que pudieran resultar en la elección más complicada que ha tenido México.