/ miércoles 4 de agosto de 2021

Catástrofe educativa

Así han calificado los Obispos de México, en un Mensaje reciente, la situación que vivimos en el sector educativo, el cual incide en todos los ámbitos de la vida social y personal. Más de tres millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes han quedado fuera del Sistema Educativo Nacional, lo cual acentúa la inequidad social en nuestro país.

No es casualidad que algunos políticos, en algunos casos con argumentos verdaderos, hayan lucrado o lo sigan haciendo con la desigualdad social que causa un gran daño al desarrollo integral de tantos mexicanos. Es vergonzoso ser un país con enormes posibilidades, donde al mismo tiempo faltan oportunidades para muchos.

En su Mensaje ante el próximo Ciclo Escolar 2021-2022 en el contexto de la pandemia Covid-19, los Obispos citan al Papa Francisco: “El Covid ha hecho posible reconocer de forma global que lo que está en crisis es nuestro modo de entender la realidad y de relacionarnos”. Nos hemos organizado, a nivel mundial y local, de tal manera que no todos pueden tener una vida digna y eso debe cambiar.

Educar es siempre la manera de mejorar. Hay que enseñar a pescar y no siempre dar el pescado. “La educación es la acción más noble y auténtica que puede tener el ser humano con sus semejantes”, dicen los Obispos, pues significa formar para que sea posible salir adelante. No podemos seguir educando solo para estirar la mano.

Los estudiantes ya no pueden seguir “encerrados” en sus casas. Hay que garantizar un plan estratégico general para el regreso presencial a las comunidades educativas. La cuestión no es regresar o no, sino ¿cómo regresar? ¿Cómo asegurar las medidas sanitarias? ¿Cómo lograr que todos estén vacunados? ¿Cómo hacer para que todas las escuelas de México, públicas y privadas, tengan lo necesario para seguir educando a todos con calidad?

No bastan los discursos y buenos propósitos. Es necesaria una gestión adecuada en la que todos participen, cada uno a su nivel, estableciendo principios claros y acciones concretas, nos recuerdan los Obispos. Solemos ser muy buenos para los “rollos”, pero a veces poco eficientes para las acciones y para el trabajo en equipo.

En una reciente visita a México, el Secretario de Estado de la Santa Sede el Cardenal Parolin, nos invitaba a vivir una “laicidad positiva y constructiva”, es decir, a tener la capacidad de ponernos de acuerdo con quien tiene otras creencias o piensa diferente, sin prejuicios, para encontrar las formas, que sin duda pasan por la educación de los más jóvenes, que nos lleven a un país mejor para todos. ¡Gracias!

Se puede leer el Mensaje completo de los Obispos, dividido en siete puntos, en la página web www.cem.org.mx

Así han calificado los Obispos de México, en un Mensaje reciente, la situación que vivimos en el sector educativo, el cual incide en todos los ámbitos de la vida social y personal. Más de tres millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes han quedado fuera del Sistema Educativo Nacional, lo cual acentúa la inequidad social en nuestro país.

No es casualidad que algunos políticos, en algunos casos con argumentos verdaderos, hayan lucrado o lo sigan haciendo con la desigualdad social que causa un gran daño al desarrollo integral de tantos mexicanos. Es vergonzoso ser un país con enormes posibilidades, donde al mismo tiempo faltan oportunidades para muchos.

En su Mensaje ante el próximo Ciclo Escolar 2021-2022 en el contexto de la pandemia Covid-19, los Obispos citan al Papa Francisco: “El Covid ha hecho posible reconocer de forma global que lo que está en crisis es nuestro modo de entender la realidad y de relacionarnos”. Nos hemos organizado, a nivel mundial y local, de tal manera que no todos pueden tener una vida digna y eso debe cambiar.

Educar es siempre la manera de mejorar. Hay que enseñar a pescar y no siempre dar el pescado. “La educación es la acción más noble y auténtica que puede tener el ser humano con sus semejantes”, dicen los Obispos, pues significa formar para que sea posible salir adelante. No podemos seguir educando solo para estirar la mano.

Los estudiantes ya no pueden seguir “encerrados” en sus casas. Hay que garantizar un plan estratégico general para el regreso presencial a las comunidades educativas. La cuestión no es regresar o no, sino ¿cómo regresar? ¿Cómo asegurar las medidas sanitarias? ¿Cómo lograr que todos estén vacunados? ¿Cómo hacer para que todas las escuelas de México, públicas y privadas, tengan lo necesario para seguir educando a todos con calidad?

No bastan los discursos y buenos propósitos. Es necesaria una gestión adecuada en la que todos participen, cada uno a su nivel, estableciendo principios claros y acciones concretas, nos recuerdan los Obispos. Solemos ser muy buenos para los “rollos”, pero a veces poco eficientes para las acciones y para el trabajo en equipo.

En una reciente visita a México, el Secretario de Estado de la Santa Sede el Cardenal Parolin, nos invitaba a vivir una “laicidad positiva y constructiva”, es decir, a tener la capacidad de ponernos de acuerdo con quien tiene otras creencias o piensa diferente, sin prejuicios, para encontrar las formas, que sin duda pasan por la educación de los más jóvenes, que nos lleven a un país mejor para todos. ¡Gracias!

Se puede leer el Mensaje completo de los Obispos, dividido en siete puntos, en la página web www.cem.org.mx