El objetivo para padres y maestros es identificar causas y consecuencias del alcoholismo en niños y adolescentes, que debido a su fácil acceso y amplia propaganda se ha convertido en un verdadero problema social iniciando su consumo desde la pre adolescencia, que comúnmente se ubica entre los 10 y 13 años. En esta etapa empieza la construcción de su identidad, con cambios corporales, conductuales y emocionales, sin embargo cada uno tiene su propia maduración.
Adolescencia, es la transición a la edad adulta comprendida de 14 a 19 o hasta 24 , inicia y finaliza de acuerdo a cada individuo, hay quienes requieren más tiempo debido a que los lóbulos frontales son la última área del cerebro en madurar, muy importante para la toma de decisiones, control de impulsos, capacidad de definir riesgos y consecuencias.
Las personas con antecedentes familiares de alcoholismo tienen mayor probabilidad de beber antes de la edad de 11 años y de volverse alcohólicas, pero cualquier persona que empieza en la adolescencia está en mayor riesgo, aumentando la probabilidad de tener posteriormente un abuso en el consumo de drogas.
Una dependencia relacionada al alcohol se desarrolla rápido, especialmente en gente joven. Cuando toman para tolerar presiones académicas, sociales, familiares, también debido a una depresión, irritación o enojo, empezando a depender del alcohol para aliviar el dolor y/o la tensión por no poder resolver algunas situaciones, cualquiera de estas características es indicativo de un problema potencial.
Padres y maestros deberán observar la conducta y paralelamente realizar pláticas ilustrativas del tema, estableciendo una comunicación cordial y amable para informarles el gran peligro al que podrían enfrentarse, dañando su organismo, integridad física personal o de amigos acompañantes si manejaran en estado de ebriedad.
Es muy importante mencionarles que al principio consumiendo poca cantidad se sentirán eufóricos y desinhibidos, pero posteriormente se requerirá más, para obtener el mismo nivel de ebriedad, tomando continuamente hasta llegar al punto de la intoxicación, experimentando olvidos o pérdida de memoria.
Debemos entender que pasan por muchos cambios corporales y emocionales con los que se irá conformando la personalidad a través del tiempo para llegar al equilibrio en su manera de interactuar.
En este período de vida se crean conflictos por su inestabilidad emocional porque pasan de la alegría a la tristeza en un momento a otro, se aíslan en casa, buscan la compañía de amigos que los escuchan, sienten temor al ridículo, tienen una necesidad de pertenencia hacia un grupo similar a su forma de ser o pensar, haciéndose muy frágiles para iniciarse en el hábito de consumir alcohol, cigarrillo y tener otras adicciones.
Brindar apoyo o ayuda a los hijos es vital para que crezca su confianza y seguridad, con respeto mutuo estableciendo siempre límites a su comportamiento. Conversaciones periódicas en los centros de estudio serán muy positivas porque hablando de conductas peligrosas en sexo, drogas, alcohol, reforzarán sus valores personales con una orientación sobre estos temas, también pueden realizarse cuestionarios cerrados a los estudiantes y encuestas para saber cómo ayudar a sus alumnos.
Al existir ya éste problema lo mejor que se puede hacer es conseguir ayuda profesional con atención personalizada, en clínicas, hospitales públicos o privados que utilizan varios métodos para curar ésta enfermedad.