/ jueves 6 de enero de 2022

Chile: perspectivas del nuevo gobierno

El 19 de diciembre de 2021 se llevó a cabo la segunda vuelta electoral en Chile entre Gabriel Boric, un joven político de 35 años que encabezó la coalición Apruebo Dignidad, integrada por varias fuerzas de izquierda, como el Partido Comunista y el Frente Amplio, y el ultraderechista Juan Antonio Kast, del Frente Social Cristiano. El primero obtuvo el 55.87 por ciento de los sufragios emitidos, mientras que el segundo sumó el 44.13 por ciento de los mismos.

El triunfo de Gabriel Boric ha sido el de la inconformidad social derivada de la aplicación de un modelo neoliberal de economía y sus consiguientes efectos en la población, como desigualdad, precarización social y concentración de la riqueza, así como la privatización de una amplia gama de derechos: agua, educación y salud, entre otros.

El nuevo presidente electo ha planteado diversas acciones para modificar el estado de las cosas, particularmente en el ámbito social. Su programa de gobierno busca fortalecer el Estado de bienestar; ampliar derechos sociales, como las pensiones públicas garantizadas; fortalecer el sistema de salud pública; fomentar la educación universal; promover la igualdad de género; proteger el medio ambiente, y respetar e impulsar los derechos humanos.

Sin embargo, el mismo Boric ha reconocido los tremendos desafíos que su gobierno deberá enfrentar junto con sus compatriotas, además de que los avances requerirán de acuerdos amplios con las demás fuerzas políticas, debido a que no contará con una mayoría afín en el Congreso.

Algunos de los retos que enfrentará el presidente electo Boric, a partir del 11 de marzo de 2022, fecha en que asumirá el Poder Ejecutivo, serán negociar en permanencia su programa y acciones de gobierno con un Parlamento fragmentado políticamente, así como mantener relaciones sólidas con la coalición que abanderó, toda vez que su partido, Convergencia Social, obtuvo apenas nueve de un total de 155 diputaciones, mientras que su coalición, Apruebo Dignidad, alcanzó sólo 37 curules en la Cámara Baja. En el Senado, la coalición obtuvo únicamente cuatro de los 27 escaños que estaban en juego en estas elecciones, de un total de 50 que componen la Cámara Alta.

Otro de los retos que deberá enfrentar el primer mandatario electo será la relación con la Convención Constituyente, que tiene la misión de redactar una nueva Carta Magna. Parte del debate radica en la posibilidad de aumentar el plazo para dicho propósito, a fin de llevar a cabo plebiscitos participativos para que la ciudadanía se exprese en temas que le atañen. En este caso, Gabriel Boric deberá enviar un proyecto de ley al Congreso para estos efectos.

Un desafío más será la obtención de recursos económicos para la puesta en marcha de su agenda de gobierno, sobre todo en materia social. Para ello, el Ejecutivo electo propone incrementar la recaudación fiscal en un cinco por ciento del PIB, en cuatro años, a las personas más favorecidas, empresas, combustibles, además de implementar un impuesto a las empresas mineras, así como disminuir el IVA. Todo ello bajo el compromiso de responsabilidad fiscal y gradualidad en la concreción de los cambios.

Otro reto será la relación con los agentes económicos y mercados financieros, ya que ambos actores han dejado ver sus inquietudes ante algunas propuestas del presidente electo, como el aumento de impuestos o la transformación del sistema de pensiones.

Sin duda, el jefe de Estado electo cuenta con el respaldo de quienes sufragaron por él, pero también con el voto de confianza de quienes rechazaron la opción de la ultraderecha representada por el excandidato Kast. A pesar de que no tendrá el apoyo de la mayoría en el Congreso, las expectativas y la confianza que Gabriel Boric ha generado en la ciudadanía lo harán un presidente con una legitimidad incontestable, que siempre tendrá la opción de hacer llamados directos al pueblo, dentro del marco democrático, para abordar y hacer avanzar los temas que a las chilenas y los chilenos interesan.

El 19 de diciembre de 2021 se llevó a cabo la segunda vuelta electoral en Chile entre Gabriel Boric, un joven político de 35 años que encabezó la coalición Apruebo Dignidad, integrada por varias fuerzas de izquierda, como el Partido Comunista y el Frente Amplio, y el ultraderechista Juan Antonio Kast, del Frente Social Cristiano. El primero obtuvo el 55.87 por ciento de los sufragios emitidos, mientras que el segundo sumó el 44.13 por ciento de los mismos.

El triunfo de Gabriel Boric ha sido el de la inconformidad social derivada de la aplicación de un modelo neoliberal de economía y sus consiguientes efectos en la población, como desigualdad, precarización social y concentración de la riqueza, así como la privatización de una amplia gama de derechos: agua, educación y salud, entre otros.

El nuevo presidente electo ha planteado diversas acciones para modificar el estado de las cosas, particularmente en el ámbito social. Su programa de gobierno busca fortalecer el Estado de bienestar; ampliar derechos sociales, como las pensiones públicas garantizadas; fortalecer el sistema de salud pública; fomentar la educación universal; promover la igualdad de género; proteger el medio ambiente, y respetar e impulsar los derechos humanos.

Sin embargo, el mismo Boric ha reconocido los tremendos desafíos que su gobierno deberá enfrentar junto con sus compatriotas, además de que los avances requerirán de acuerdos amplios con las demás fuerzas políticas, debido a que no contará con una mayoría afín en el Congreso.

Algunos de los retos que enfrentará el presidente electo Boric, a partir del 11 de marzo de 2022, fecha en que asumirá el Poder Ejecutivo, serán negociar en permanencia su programa y acciones de gobierno con un Parlamento fragmentado políticamente, así como mantener relaciones sólidas con la coalición que abanderó, toda vez que su partido, Convergencia Social, obtuvo apenas nueve de un total de 155 diputaciones, mientras que su coalición, Apruebo Dignidad, alcanzó sólo 37 curules en la Cámara Baja. En el Senado, la coalición obtuvo únicamente cuatro de los 27 escaños que estaban en juego en estas elecciones, de un total de 50 que componen la Cámara Alta.

Otro de los retos que deberá enfrentar el primer mandatario electo será la relación con la Convención Constituyente, que tiene la misión de redactar una nueva Carta Magna. Parte del debate radica en la posibilidad de aumentar el plazo para dicho propósito, a fin de llevar a cabo plebiscitos participativos para que la ciudadanía se exprese en temas que le atañen. En este caso, Gabriel Boric deberá enviar un proyecto de ley al Congreso para estos efectos.

Un desafío más será la obtención de recursos económicos para la puesta en marcha de su agenda de gobierno, sobre todo en materia social. Para ello, el Ejecutivo electo propone incrementar la recaudación fiscal en un cinco por ciento del PIB, en cuatro años, a las personas más favorecidas, empresas, combustibles, además de implementar un impuesto a las empresas mineras, así como disminuir el IVA. Todo ello bajo el compromiso de responsabilidad fiscal y gradualidad en la concreción de los cambios.

Otro reto será la relación con los agentes económicos y mercados financieros, ya que ambos actores han dejado ver sus inquietudes ante algunas propuestas del presidente electo, como el aumento de impuestos o la transformación del sistema de pensiones.

Sin duda, el jefe de Estado electo cuenta con el respaldo de quienes sufragaron por él, pero también con el voto de confianza de quienes rechazaron la opción de la ultraderecha representada por el excandidato Kast. A pesar de que no tendrá el apoyo de la mayoría en el Congreso, las expectativas y la confianza que Gabriel Boric ha generado en la ciudadanía lo harán un presidente con una legitimidad incontestable, que siempre tendrá la opción de hacer llamados directos al pueblo, dentro del marco democrático, para abordar y hacer avanzar los temas que a las chilenas y los chilenos interesan.