/ martes 21 de diciembre de 2021

Conflicto entre INE y Obradorismo

Desde el pasado jueves hay otra pugna política entre dos corrientes político-electorales mexicanas ahora por posponer la consulta de revocación de mandato que propuso el Presidente de la República y ya aprobada legislativamente, pero la derecha no desea se lleve a cabo.

Son tres factores involucrados en este nuevo conflicto político nacional:

1) La consulta para revocación de mandato a políticos convertidos en funcionarios conlleva desde la percepción ciudadana evaluar su desempeño gubernamental y actividad electoral que realicen dichos funcionarios sujetos a consulta para quizá revocarles su mandato. Como es conocimiento de los mexicanos, todos los partidos sin excepción, tienen personajes corruptos, incompetentes, hipócritas y ambiciosos que desde cargos con poder administrativo realizan acciones como peculado, desvío de fondos, uso de recursos gubernamentales, asociación delictuosa o enriquecimiento ilícito, de tal manera que la consulta de revocación no es propicia para tal estado de cosas.

2) Con el debido respeto al partido MORENA y sus aliados, se escribe que no tienen el peso político como el específico del Presidente López Obrador e incluso éste es quien define la agenda política del país y dichos partidos en algo le apoyan, de ahí que sea válido afirmar la existencia de una corriente política denominada “obradorismo” con los partidos referidos sólo como instrumento electoral y parlamentario. La consulta referida es otro elemento de fortalecimiento político, se cumple una promesa de campaña del Presidente y dada su alta popularidad o aprobación, como ejemplo en noviembre 2021 es del 54% al 72% según encuestadora o medio periodístico y promedia 64.4% (https://oraculus.mx/aprobacion-presidencial/) es decir 2 de cada 3 ciudadanos aprueban la gestión de López Obrador, por ende él considera ganar dicha encuesta y con ello fortalecerse más para las elecciones del 2024 y así habría continuidad mínimo hasta el 2030 de la gobernanza estilo obradorista.

3) Por ende, se comprende que la oposición (partidos, grandes capitalistas y simpatizantes) no desean tal escenario político-electoral, los partidos porque su genética es llegar al poder y el gran capital porque ve disminuida tanto su rentabilidad financiera como capacidad en toma de decisiones del rumbo social y económico mexicano. Es menester comentar que parte de la actual cúpula del Instituto Nacional Electoral (INE) no es un árbitro neutral sino otro actor directo y significativo desde la oposición.

La lucha política por revocación de mandato es clave y fuerte. Trascendental su desenlace.

Desde el pasado jueves hay otra pugna política entre dos corrientes político-electorales mexicanas ahora por posponer la consulta de revocación de mandato que propuso el Presidente de la República y ya aprobada legislativamente, pero la derecha no desea se lleve a cabo.

Son tres factores involucrados en este nuevo conflicto político nacional:

1) La consulta para revocación de mandato a políticos convertidos en funcionarios conlleva desde la percepción ciudadana evaluar su desempeño gubernamental y actividad electoral que realicen dichos funcionarios sujetos a consulta para quizá revocarles su mandato. Como es conocimiento de los mexicanos, todos los partidos sin excepción, tienen personajes corruptos, incompetentes, hipócritas y ambiciosos que desde cargos con poder administrativo realizan acciones como peculado, desvío de fondos, uso de recursos gubernamentales, asociación delictuosa o enriquecimiento ilícito, de tal manera que la consulta de revocación no es propicia para tal estado de cosas.

2) Con el debido respeto al partido MORENA y sus aliados, se escribe que no tienen el peso político como el específico del Presidente López Obrador e incluso éste es quien define la agenda política del país y dichos partidos en algo le apoyan, de ahí que sea válido afirmar la existencia de una corriente política denominada “obradorismo” con los partidos referidos sólo como instrumento electoral y parlamentario. La consulta referida es otro elemento de fortalecimiento político, se cumple una promesa de campaña del Presidente y dada su alta popularidad o aprobación, como ejemplo en noviembre 2021 es del 54% al 72% según encuestadora o medio periodístico y promedia 64.4% (https://oraculus.mx/aprobacion-presidencial/) es decir 2 de cada 3 ciudadanos aprueban la gestión de López Obrador, por ende él considera ganar dicha encuesta y con ello fortalecerse más para las elecciones del 2024 y así habría continuidad mínimo hasta el 2030 de la gobernanza estilo obradorista.

3) Por ende, se comprende que la oposición (partidos, grandes capitalistas y simpatizantes) no desean tal escenario político-electoral, los partidos porque su genética es llegar al poder y el gran capital porque ve disminuida tanto su rentabilidad financiera como capacidad en toma de decisiones del rumbo social y económico mexicano. Es menester comentar que parte de la actual cúpula del Instituto Nacional Electoral (INE) no es un árbitro neutral sino otro actor directo y significativo desde la oposición.

La lucha política por revocación de mandato es clave y fuerte. Trascendental su desenlace.