/ lunes 29 de octubre de 2018

Conflicto real con pretexto de un aeropuerto

El Presidente Enrique Peña Nieto propició la construcción de un nuevo aeropuerto internacional para la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, es una obra de gran magnitud, sus propósitos sonmejorar el flujo de personas que viajan en avión hacia y desde esa metrópoli que en 2017 rebasaron 47 mil pasajeros, el actual aeropuerto superó el límite técnico de operaciones permitidas de 394 mil vuelos al año al registrar 449 mil 664. Según ADN Político “el 2 de septiembre de 2014, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que el monto estimado de la obra sería de 120 mil millones de pesos. Sin embargo, en el documento entregado al equipo del presidente electo, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, encargado del proyecto, estima que la inversión final será de 285 mil millones de pesos”. También que “uno de los principales motivos por los que López Obrador ha expresado su rechazo a la construcción de la nueva terminal aérea es su alto costo, que el país no está en condiciones de invertir ´tanto dinero´ en un proyecto que podría resolverse de otro modo. Además, asegura que la obra tendrá un impacto ambiental negativo en la Ciudad de México”(https://adnpolitico.com/mexico/2018/08/18/costos-contratos-y-otros-detalles-del-nuevo-aeropuerto-internacional).

Ello genera un amplio debate en torno a dos opciones: 1) concluir la obra en Texcoco, pero bajo nuevas condiciones sobre todo de financiamiento gubernamental; 2) cancelarla construyendo dos pistas en la base aérea de Santa Lucía que resultaría mucho más barato y de bajo impacto ecológico y ambiental. Ambas opciones muestran estudios de factibilidad integrales al parecer bien sustentados. Investigadores proclives a la gran empresa argumentan que al cancelarlo habrá impacto negativo en la economía nacional; por otro lado investigadores de prestigiadas universidades han publicado estudios geológicos, medioambientales y técnicos que no conviene concluir el NAICM en Texcoco.

Creo hay múltiples componentes de naturaleza política y financiera estrechamente ligados más allá de factores técnicos y protección de ecosistemas.

Un análisis de correlación y posturas de ambas posiciones contrarias conlleva a escribir que el gran capital extranjero y mexicano involucrado en este negocio busca seguir protegido y muy apoyado desde altas esferas gubernamentales, también que las fuerzas de ideología conservadora en México no van permitir cambios políticos que modifiquen el estado de cosas a su favor. Por otro lado la posición ideológica izquierdista cuya cabeza más visible es el presidente electo propone una transformación a la estructura económica, social y política del país tendiente a mejorar el bienestar ciudadano, abatir la pobreza pero a expensas de menor concentración de la riqueza en mil familias de México. Este es el verdadero conflicto que existe bajo el argumento del NAICM.


El Presidente Enrique Peña Nieto propició la construcción de un nuevo aeropuerto internacional para la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, es una obra de gran magnitud, sus propósitos sonmejorar el flujo de personas que viajan en avión hacia y desde esa metrópoli que en 2017 rebasaron 47 mil pasajeros, el actual aeropuerto superó el límite técnico de operaciones permitidas de 394 mil vuelos al año al registrar 449 mil 664. Según ADN Político “el 2 de septiembre de 2014, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que el monto estimado de la obra sería de 120 mil millones de pesos. Sin embargo, en el documento entregado al equipo del presidente electo, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, encargado del proyecto, estima que la inversión final será de 285 mil millones de pesos”. También que “uno de los principales motivos por los que López Obrador ha expresado su rechazo a la construcción de la nueva terminal aérea es su alto costo, que el país no está en condiciones de invertir ´tanto dinero´ en un proyecto que podría resolverse de otro modo. Además, asegura que la obra tendrá un impacto ambiental negativo en la Ciudad de México”(https://adnpolitico.com/mexico/2018/08/18/costos-contratos-y-otros-detalles-del-nuevo-aeropuerto-internacional).

Ello genera un amplio debate en torno a dos opciones: 1) concluir la obra en Texcoco, pero bajo nuevas condiciones sobre todo de financiamiento gubernamental; 2) cancelarla construyendo dos pistas en la base aérea de Santa Lucía que resultaría mucho más barato y de bajo impacto ecológico y ambiental. Ambas opciones muestran estudios de factibilidad integrales al parecer bien sustentados. Investigadores proclives a la gran empresa argumentan que al cancelarlo habrá impacto negativo en la economía nacional; por otro lado investigadores de prestigiadas universidades han publicado estudios geológicos, medioambientales y técnicos que no conviene concluir el NAICM en Texcoco.

Creo hay múltiples componentes de naturaleza política y financiera estrechamente ligados más allá de factores técnicos y protección de ecosistemas.

Un análisis de correlación y posturas de ambas posiciones contrarias conlleva a escribir que el gran capital extranjero y mexicano involucrado en este negocio busca seguir protegido y muy apoyado desde altas esferas gubernamentales, también que las fuerzas de ideología conservadora en México no van permitir cambios políticos que modifiquen el estado de cosas a su favor. Por otro lado la posición ideológica izquierdista cuya cabeza más visible es el presidente electo propone una transformación a la estructura económica, social y política del país tendiente a mejorar el bienestar ciudadano, abatir la pobreza pero a expensas de menor concentración de la riqueza en mil familias de México. Este es el verdadero conflicto que existe bajo el argumento del NAICM.