/ lunes 24 de enero de 2022

Consensos entre empresarios y gobierno

México está en transición por traslado del poder político-económico y gubernamental hacia la izquierda socialdemócrata y ello conlleva a un desequilibrio que es normal cuando hay modificación en cualquier sistema natural y social, las teorías del cambio y de sistemas confirman que debido a su dinámica interna todo sistema tiende a un nuevo equilibrio conforme avanza el tiempo.

Los mexicanos debemos comprender esta nueva etapa del desarrollo nacional, donde ahora coexisten en magnitud importante fuerzas de una derecha conservadora y de una izquierda transformadora, las pugnas políticas y económicas que observamos es un proceso lógico que se tiene entre una élite económica acostumbrada a establecer el rumbo nacional favoreciendo al gran capital y que se resiste cederlo a una fracción de la izquierda mexicana que no acaba de entender el mensaje de 30 millones de electores, como tampoco está en el proceso de aprendizaje requerido por la gobernanza y expectativa ciudadana.

En síntesis, esta pugna política y gubernamental entre lo que aún no se va y lo que aún no llega es un proceso dinámico y natural en cualquier sociedad democrática donde existe nueva correlación de fuerzas. Es benéfico para el ciudadano si logra establecerse una nueva estructura que equilibre fuerzas ideológicas, económicas y políticas para generar una sola resultante de desarrollo tipo positiva y no negativa. Veremos más del forcejo entre élites y gobierno federal. Lo deseable para el pueblo mexicano es lograr acuerdos exitosos entre dichas fuerzas para sana convivencia y verdadero desarrollo nacional.

México está en transición por traslado del poder político-económico y gubernamental hacia la izquierda socialdemócrata y ello conlleva a un desequilibrio que es normal cuando hay modificación en cualquier sistema natural y social, las teorías del cambio y de sistemas confirman que debido a su dinámica interna todo sistema tiende a un nuevo equilibrio conforme avanza el tiempo.

Los mexicanos debemos comprender esta nueva etapa del desarrollo nacional, donde ahora coexisten en magnitud importante fuerzas de una derecha conservadora y de una izquierda transformadora, las pugnas políticas y económicas que observamos es un proceso lógico que se tiene entre una élite económica acostumbrada a establecer el rumbo nacional favoreciendo al gran capital y que se resiste cederlo a una fracción de la izquierda mexicana que no acaba de entender el mensaje de 30 millones de electores, como tampoco está en el proceso de aprendizaje requerido por la gobernanza y expectativa ciudadana.

En síntesis, esta pugna política y gubernamental entre lo que aún no se va y lo que aún no llega es un proceso dinámico y natural en cualquier sociedad democrática donde existe nueva correlación de fuerzas. Es benéfico para el ciudadano si logra establecerse una nueva estructura que equilibre fuerzas ideológicas, económicas y políticas para generar una sola resultante de desarrollo tipo positiva y no negativa. Veremos más del forcejo entre élites y gobierno federal. Lo deseable para el pueblo mexicano es lograr acuerdos exitosos entre dichas fuerzas para sana convivencia y verdadero desarrollo nacional.