/ lunes 5 de octubre de 2020

Crítica a la información pura

Desde la década de los setenta del siglo XX algunos sociólogos conceptualizaron la época contemporánea como la era de la información. Para quienes estudiamos comunicación, esta caracterización parecía referirse a la expansión de nuevas tecnologías derivadas de la computación, la electrónica y la micro ingeniería que posibilitaban la transformación, almacenamiento y difusión de datos. La información constituía el contenido de estos nuevos medios. Hoy las tecnologías colocan a la información como un factor central para el cambio social. Sin embargo, el modelo de comunicación en red y el ecosistema mediatizado engendran también una sociedad rica en desinformación.

Para entender el concepto “información” debemos recuperar ciertos elementos. En primer lugar, la información ocurre en un determinado contexto, es un fenómeno que es percibido por los otros. Como afirma acertadamente Rogers y Kincaid (1984) para comprender tal percepción los individuos requieren poner en marcha un proceso de discriminación de tal manera que el significado de cada elemento percibido dependerá de sus opuestos, Esto significa que la percepción de la información que proviene del exterior del individuo será entendida por cada persona según las diferencias que previamente haya integrado. Esto es lo que Bateson (1972) llamada “la diferencia que hace la diferencia”. Esta idea vuelve anacrónico el modelo lineal tan recurrente hoy en día en política para hablar de influencia y efectos sobre las masas.

Ahora bien, la aproximación con la información también es importante para entender el proceso de comunicación. El gran problema es que en la actualidad tal aproximación es cada vez más lejana. Gran parte de la cercanía que tenemos con la información está condicionada por la mediación tecnológica. La percepción del mundo exterior es narrada por humanos y no-humanos que condicionan tal percepción a sus propios procesos de discriminación. Por lo tanto, la interpretación de acontecimientos hipermediatizados -por ejemplo, las noticias televisivas o la difusión de un tuit- atraviesan por una meta-interpretación de hechos. Esta realidad, como lo he escrito en los últimos 15 años, constituye una realidad mediática que también podríamos llamar realidad hipermediada.

Hasta ahora sólo he abordado el concepto de información sin abarcar otros temas que como dice el profesor Scolari “contaminan” los procesos de comunicación. Existen más campos que no abordaré por el espacio de escritura pero que merecen una atención especial. Termino cerrando con esto: la era de la información es la era de la interpretación. Cada intérprete entenderá una realidad condicionada a la discriminación -proceso interno- y a la mediación tecnológica -interpretación de los productores o difusores-. La realidad que ocurre en el mundo material puede tener cierta mimesis con el hecho mediatizado pero siempre estará contaminada por la discriminación primaria. Un anuncio: el próximo martes 6 de octubre a las 10:00am dentro de la 3era Semana Nacional de Ciencias Sociales, el Dr. Jesús Becerra Villegas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y quien escribe estas líneas presentaremos la conferencia en línea “Neoliberalismo y Comunicación”. Para mayor información visitar la fanpage de la Unidad Académica de Ciencia Política de la UAZ.



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Desde la década de los setenta del siglo XX algunos sociólogos conceptualizaron la época contemporánea como la era de la información. Para quienes estudiamos comunicación, esta caracterización parecía referirse a la expansión de nuevas tecnologías derivadas de la computación, la electrónica y la micro ingeniería que posibilitaban la transformación, almacenamiento y difusión de datos. La información constituía el contenido de estos nuevos medios. Hoy las tecnologías colocan a la información como un factor central para el cambio social. Sin embargo, el modelo de comunicación en red y el ecosistema mediatizado engendran también una sociedad rica en desinformación.

Para entender el concepto “información” debemos recuperar ciertos elementos. En primer lugar, la información ocurre en un determinado contexto, es un fenómeno que es percibido por los otros. Como afirma acertadamente Rogers y Kincaid (1984) para comprender tal percepción los individuos requieren poner en marcha un proceso de discriminación de tal manera que el significado de cada elemento percibido dependerá de sus opuestos, Esto significa que la percepción de la información que proviene del exterior del individuo será entendida por cada persona según las diferencias que previamente haya integrado. Esto es lo que Bateson (1972) llamada “la diferencia que hace la diferencia”. Esta idea vuelve anacrónico el modelo lineal tan recurrente hoy en día en política para hablar de influencia y efectos sobre las masas.

Ahora bien, la aproximación con la información también es importante para entender el proceso de comunicación. El gran problema es que en la actualidad tal aproximación es cada vez más lejana. Gran parte de la cercanía que tenemos con la información está condicionada por la mediación tecnológica. La percepción del mundo exterior es narrada por humanos y no-humanos que condicionan tal percepción a sus propios procesos de discriminación. Por lo tanto, la interpretación de acontecimientos hipermediatizados -por ejemplo, las noticias televisivas o la difusión de un tuit- atraviesan por una meta-interpretación de hechos. Esta realidad, como lo he escrito en los últimos 15 años, constituye una realidad mediática que también podríamos llamar realidad hipermediada.

Hasta ahora sólo he abordado el concepto de información sin abarcar otros temas que como dice el profesor Scolari “contaminan” los procesos de comunicación. Existen más campos que no abordaré por el espacio de escritura pero que merecen una atención especial. Termino cerrando con esto: la era de la información es la era de la interpretación. Cada intérprete entenderá una realidad condicionada a la discriminación -proceso interno- y a la mediación tecnológica -interpretación de los productores o difusores-. La realidad que ocurre en el mundo material puede tener cierta mimesis con el hecho mediatizado pero siempre estará contaminada por la discriminación primaria. Un anuncio: el próximo martes 6 de octubre a las 10:00am dentro de la 3era Semana Nacional de Ciencias Sociales, el Dr. Jesús Becerra Villegas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y quien escribe estas líneas presentaremos la conferencia en línea “Neoliberalismo y Comunicación”. Para mayor información visitar la fanpage de la Unidad Académica de Ciencia Política de la UAZ.



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