/ lunes 12 de abril de 2021

Crónica del poder │ ¡ Cuál renovación política!

Por lo pronto y en la selección de los candidatos a diputados no aplica la consigna davidista "ni lo mismo ni los mismos", porque solo hay que ver los listados para confirmar que ahí están todavía los de ayer, de antier e incluso muchos desde hace décadas o sexenios, los mismos rostros de los incumplimientos y las promesas fallidas que continúan erosionando la credibilidad en la representación popular y acentuando todavía más la crisis de los partidos, ningún cambio democrático que deje entrever la renovación de la clase política ni mucho menos las transformaciones legislativas que fortalezcan y consoliden el entramado institucional y constitucional como reclamos populares, no como decisiones desde el poder absoluto y omnipotente.

Los testimonios y argumentos están en todos los distritos y por todos los partidos, actores políticos sin identidad, con discursos vacíos y huecas propuestas que solo demuestran que es más de lo mismo. Cierto, la pluralidad está presente y vigente, pero con los mismos. Mucho se insistió por la gente que ojalá no siguieran los insanos criterios de amiguismos, compadrazgos o nepotismos para postular a candidatos a diputados, pero permaneció intocable aquella otra expresión de "ni cuotas ni cuates" y habrá que ver impactos negativos entre los ciudadanos por mayor escepticismos, menos interés de participar y el consecuente abstencionismo.

En los escenarios de Morena y sus aliados, hay que verlos otra vez con la misma irrelevante canción y mal entonada de Juntos Haremos Historia y se insiste en imponer a Samuel Herrera, Alfredo Femat, Lyndiana Bgarían; Gerardo Ramírez, Gabriela Pinedo; Mónica Borrego; Marco Flores: Mirna Maldonado; Alfonso Ramírez Cuéllar; Reginaldo Sandoval, entre otros más que escapan a la memoria y es precisamente por su medianía y mediocridad que no debieran repetir o reciclarse. En el PAN, que les parece otra reedición de Chabelo Trejo, y en el Verde Ecologista, Carlos Puente se auto propuso para exhibir las negociaciones; en el PRI, ya es una tradición que no abandonan, solo hay que ver los nombres de Carlos Peña, Norma Angélica Castorena y Arnoldo Rodríguez. En las batallas legislativas hay más de lo mismo y vienen los mismos. ¿Cómo acelerar los cambios, cómo allegar más recursos al estado, cómo fortalecer los equilibrios y evitar la dependencia del Ejecutivo? Son la misma impotencia, con la que no se pueden vencer retos ni alcanzar metas aunque logren la victoria electoral.

Desde luego, hay excepciones que prevalecen y permanecen en la lucha política, porque son liderazgos indispensables, valiosas figuras que aportan resultados y son actores centrales en la vida política, son los casos de Amalia García Medina que regresará a la Cámara de Diputados por la vía del Partido Movimiento Ciudadano; y Magdalena Núñez Monreal, que lo hará por el Partido del Trabajo; y nadie duda del experimentado operador político y ahora líder morenista en el Senado, que lleva 5 sexenios ininterrumpidos de activismo legislativo, lo mismo en la Cámara de Diputados y el Senado, Ricardo Monreal Ávila. Zacatecanos que construyen cultura política y democrática y que entregan resultados a su estado.

Por lo pronto y en la selección de los candidatos a diputados no aplica la consigna davidista "ni lo mismo ni los mismos", porque solo hay que ver los listados para confirmar que ahí están todavía los de ayer, de antier e incluso muchos desde hace décadas o sexenios, los mismos rostros de los incumplimientos y las promesas fallidas que continúan erosionando la credibilidad en la representación popular y acentuando todavía más la crisis de los partidos, ningún cambio democrático que deje entrever la renovación de la clase política ni mucho menos las transformaciones legislativas que fortalezcan y consoliden el entramado institucional y constitucional como reclamos populares, no como decisiones desde el poder absoluto y omnipotente.

Los testimonios y argumentos están en todos los distritos y por todos los partidos, actores políticos sin identidad, con discursos vacíos y huecas propuestas que solo demuestran que es más de lo mismo. Cierto, la pluralidad está presente y vigente, pero con los mismos. Mucho se insistió por la gente que ojalá no siguieran los insanos criterios de amiguismos, compadrazgos o nepotismos para postular a candidatos a diputados, pero permaneció intocable aquella otra expresión de "ni cuotas ni cuates" y habrá que ver impactos negativos entre los ciudadanos por mayor escepticismos, menos interés de participar y el consecuente abstencionismo.

En los escenarios de Morena y sus aliados, hay que verlos otra vez con la misma irrelevante canción y mal entonada de Juntos Haremos Historia y se insiste en imponer a Samuel Herrera, Alfredo Femat, Lyndiana Bgarían; Gerardo Ramírez, Gabriela Pinedo; Mónica Borrego; Marco Flores: Mirna Maldonado; Alfonso Ramírez Cuéllar; Reginaldo Sandoval, entre otros más que escapan a la memoria y es precisamente por su medianía y mediocridad que no debieran repetir o reciclarse. En el PAN, que les parece otra reedición de Chabelo Trejo, y en el Verde Ecologista, Carlos Puente se auto propuso para exhibir las negociaciones; en el PRI, ya es una tradición que no abandonan, solo hay que ver los nombres de Carlos Peña, Norma Angélica Castorena y Arnoldo Rodríguez. En las batallas legislativas hay más de lo mismo y vienen los mismos. ¿Cómo acelerar los cambios, cómo allegar más recursos al estado, cómo fortalecer los equilibrios y evitar la dependencia del Ejecutivo? Son la misma impotencia, con la que no se pueden vencer retos ni alcanzar metas aunque logren la victoria electoral.

Desde luego, hay excepciones que prevalecen y permanecen en la lucha política, porque son liderazgos indispensables, valiosas figuras que aportan resultados y son actores centrales en la vida política, son los casos de Amalia García Medina que regresará a la Cámara de Diputados por la vía del Partido Movimiento Ciudadano; y Magdalena Núñez Monreal, que lo hará por el Partido del Trabajo; y nadie duda del experimentado operador político y ahora líder morenista en el Senado, que lleva 5 sexenios ininterrumpidos de activismo legislativo, lo mismo en la Cámara de Diputados y el Senado, Ricardo Monreal Ávila. Zacatecanos que construyen cultura política y democrática y que entregan resultados a su estado.