/ jueves 24 de junio de 2021

Crónica del poder │ Abierto el calendario 2024

Efectivamente, un poeta nos representa mejor que un político, ahí está Ramón López Velarde que ascendió a la cima del muro de honor en el Senado de la República, escrito su nombre con letras de oro, al Poeta de la Patria, en un breve pero inmenso paréntesis legislativo que se tradujo en el más simbólico homenaje por el centenario de su muerte y que los perdone el creador de la Suave Patria, pero se exhibieron connotaciones electorales que ya apuntan al 2024.

Que el Presidente Andrés Manuel López Obrador haya traído a Jerez al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, no deja de ser un momento de contenido político en medio de un conmovedor acontecimiento cultural. Pero de inmediato y al día siguiente, se registró el equilibrio político en esa adelantada carrera por la sucesión presidencial y con el consenso que Ricardo Monreal logró al seno de la Junta de Coordinación Política, el Senado se convirtió de pronto en el santuario poético del país, donde el exgobernador zacatecano manifestó que Ramón López Velarde fue el poeta de la Patria y del Amor; y las expresiones plurales del homenaje se expresaron a través de los Senadores Eduardo RAmírez, el Presidente del Senado; Miguel Ángel Mancera y Susana Harp, que se refirió al autor de Zozobra como el poeta íntimo, misterioso y secreto. Y el poeta Hernán Bravo recitó la Suave Patria.

Al mismo tiempo pero en otro escenario, ante el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, Marcelo Ebrard destacó las coincidencias del Presidente Andrés Manuel López Obrador con el Papa Francisco primero los pobres y la solidaridad con los desposeídos. Mientras Ricardo Monreal reconocía un entorno de polarización y división en el país, llamó a la conciliación y a construir consensos, hay que dar vuelta a la página y buscar temas que nos unen como Nación. De forma implícita, los mensajes de ambos personajes de la vida política nacional ponen en cuestión el apasionante fenómeno político de la sucesión.

Son las reglas no escritas de la vida democrática y desde el ejercicio del poder, es el juego libre de las expresiones que se ha desatado tras las elecciones del 6 de junio, de manera que las opciones de ahora tienen que acceder a las primeras líneas de fuego, como ya lo hace también la Jefa del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la otra figura en las preferencias del Presidente.

David Monreal y sus cuadros o perfiles que todavía no muestra, ya están en una suerte de elevada sensibilidad, porque inevitablemente todas sus acciones tendrán el seguimiento presidencial a través de Gobernación y su partido, razón de más para que el gobernador electo tenga que sublimar capacidad de selectividad para armar un equipo de gabinete con excelencia y consolidar estructuras políticas que llenen los vacíos dejados por el proceso electoral y lograr una verdadera interacción entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para que desde el primer día el nuevo gobierno morenista trascienda fuertemente al escenario nacional, a fin de apuntalar las rutas monrealistas en el calendario electoral 2024, que tendrá que pasar por la consulta popular sobre los expresidentes en agosto y luego en la revocación de mandato para marzo del 2022. David Monreal ya no puede escapar de sus propias expectativas, que son enormes.

Efectivamente, un poeta nos representa mejor que un político, ahí está Ramón López Velarde que ascendió a la cima del muro de honor en el Senado de la República, escrito su nombre con letras de oro, al Poeta de la Patria, en un breve pero inmenso paréntesis legislativo que se tradujo en el más simbólico homenaje por el centenario de su muerte y que los perdone el creador de la Suave Patria, pero se exhibieron connotaciones electorales que ya apuntan al 2024.

Que el Presidente Andrés Manuel López Obrador haya traído a Jerez al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, no deja de ser un momento de contenido político en medio de un conmovedor acontecimiento cultural. Pero de inmediato y al día siguiente, se registró el equilibrio político en esa adelantada carrera por la sucesión presidencial y con el consenso que Ricardo Monreal logró al seno de la Junta de Coordinación Política, el Senado se convirtió de pronto en el santuario poético del país, donde el exgobernador zacatecano manifestó que Ramón López Velarde fue el poeta de la Patria y del Amor; y las expresiones plurales del homenaje se expresaron a través de los Senadores Eduardo RAmírez, el Presidente del Senado; Miguel Ángel Mancera y Susana Harp, que se refirió al autor de Zozobra como el poeta íntimo, misterioso y secreto. Y el poeta Hernán Bravo recitó la Suave Patria.

Al mismo tiempo pero en otro escenario, ante el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, Marcelo Ebrard destacó las coincidencias del Presidente Andrés Manuel López Obrador con el Papa Francisco primero los pobres y la solidaridad con los desposeídos. Mientras Ricardo Monreal reconocía un entorno de polarización y división en el país, llamó a la conciliación y a construir consensos, hay que dar vuelta a la página y buscar temas que nos unen como Nación. De forma implícita, los mensajes de ambos personajes de la vida política nacional ponen en cuestión el apasionante fenómeno político de la sucesión.

Son las reglas no escritas de la vida democrática y desde el ejercicio del poder, es el juego libre de las expresiones que se ha desatado tras las elecciones del 6 de junio, de manera que las opciones de ahora tienen que acceder a las primeras líneas de fuego, como ya lo hace también la Jefa del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la otra figura en las preferencias del Presidente.

David Monreal y sus cuadros o perfiles que todavía no muestra, ya están en una suerte de elevada sensibilidad, porque inevitablemente todas sus acciones tendrán el seguimiento presidencial a través de Gobernación y su partido, razón de más para que el gobernador electo tenga que sublimar capacidad de selectividad para armar un equipo de gabinete con excelencia y consolidar estructuras políticas que llenen los vacíos dejados por el proceso electoral y lograr una verdadera interacción entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para que desde el primer día el nuevo gobierno morenista trascienda fuertemente al escenario nacional, a fin de apuntalar las rutas monrealistas en el calendario electoral 2024, que tendrá que pasar por la consulta popular sobre los expresidentes en agosto y luego en la revocación de mandato para marzo del 2022. David Monreal ya no puede escapar de sus propias expectativas, que son enormes.