Es impresionante, de gran impacto social y de trascendencia política, que en el proceso electoral que transcurre en plena normalidad desde las instituciones electorales, los partidos y ciudadanos, las mujeres se han convertido en valioso factor de impulso a la cultura democrática que tiende a fortalecer y enriquecer la batalla de las ideas en la disputa por los poderes Ejecutivo, Legislativo y los Municipios.
Así lo comprueban hechos como la iniciativa del Instituto Nacional Electoral, para que en la selección de las candidaturas a las gubernaturas en 15 estados, 7 sean mujeres las postuladas por los partidos, una propuesta que es formidable acicate en el activismo y movilización de las mujeres con liderazgo, calidad profesional, capacidad operativa e inteligencia en el ejercicio de gobierno, ya sean contempladas como reales opciones, y que muchas de ellas promuevan su imagen hacia la consolidación de posible candidatura. En el caso de Zacatecas, esta propuesta ya es alentadora de constructivas proyecciones para las Senadoras Claudia Anaya, del PRI y Geovanna Bañuelos, del Partido del Trabajo.
Aquí no es punto de partida en la lucha de las mujeres por los derechos políticos, más bien es una continuidad que las exalta como fuerza, porque además constituyen en 52 por ciento del padrón electoral nacional. Las mujeres son actores centrales en la transformación del sistema democrático electoral, como así lo demostraron en Zacatecas, Carla Astrida Humprey Jordan, Consejera del Instituto Nacional Electoral; María del Mar Trejo Pérez, consejera electoral en Yucatán y Presidenta de la Asociación Mexicana de Consejeras Electorales Estatales; Yndira Sandoval Sánchez, de la Organización de la Sociedad Civil Constituyentes Feministas de la Ciudad de México, quienes aportaron ideas, propuestas, estrategias y experiencias en el foro virtual 3 de 3 y Violencia Política, organizado por el IEEZ, INE, TRIJEZ, la Secretaría de la Mujer y la Red Plural de Mujeres de Zacatecas.
La regla 3 de 3 contra la violencia por razón de género, es un mecanismo orientado a impedir que accedan a candidaturas personajes que hayan sido sentenciados por violencia doméstica o familiar, acoso sexual y deudores de pensiones alimenticias, otra lucha que ha encendido el acivismo femenil, como así se manifestaron las ponentes en el foro, ante la presencia de los maestros Virgilio Rivera y Matías Chiquito Díaz de León, y donde el Consejero Presidente del IEEZ fue muy claro al precisar que "quien no se conduce rectamente, quien no es sujeto armónico y conciliatorio y que no atiende las necesidades, la experiencia de vida e intereses legítimos de las mujeres, presumiblemente, esa persona no podrá ser un buen representante popular."
