/ martes 16 de agosto de 2022

Crónica del poder │ Actores políticos sin compromiso con Zacatecas

Los políticos zacatecanos deben tener una sensibilidad muy especial para interpretar las crisis que agobian al estado, para entender que han de asumir comportamientos más responsables ante la pandemia, el retroceso económico, la violencia e inseguridad, momentos y etapas críticas que emplazan a las élites partidistas a contribuir para contener el deterioro de la imagen gubernamental e institucional y acercar o de plano vincular sus proyectos culturales, políticos y de desarrollo económico a la nueva realidad que en nada se parece a los sueños de igualdad, bienestar y justicia que en los discursos se plantean.

Frente a las crecientes ofensivas de violencia, encarecimiento de la vida, ausencia de medicinas y de médicos, pérdida de empleos y estancamiento económico, la clase política se exhibe seriamente debilitada y más, cuando no muestran voluntad ni capacidad para conciliar diferencias y hacer posible la convergencia de fuerzas por el interés superior de Zacatecas, una convicción que hoy parece cuestionada, porque hay más dudas que confianza y credibilidad en las expresiones de la pluralidad.

La sociedad, representados y gobernados ya ve a los políticos con indiferencia y escepticismo, en ellos y ellas más domina la irracionalidad que la pasión por servir a su estado, tal parece que la prioridad y las urgencias son las ambiciones personales y económicas. Así por ejemplo, José Narro Céspedes, busca afanosamente la Presidencia del Senado de la República, pero no tiene respuestas de veracidad ante la desaparición de los dos escoltan que le fueron asignados desde fuerzas políticas de Guerrero; localmente, el protagónico Xerardo Ramírez, está más entretenido en la gestión de firmas para exigir la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Adolfo Marín, quien se ostenta tranquilo, como si nada pasa en su entorno que es el escenario estatal, lejos de la violencia y en la paz social. Se divierten

Ricardo Monreal insiste en la revisión del plan de seguridad pública del gobierno federal y en el Palacio Nacional ni lo ven ni lo escuchan; Miguel Alonso y Carlos Peña están más preocupados por el destino político del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, mientras la militancia priista de históricos y de la nueva generación, suman coincidencias de malestar y urgen un cambio direccional en el partido; no hay moral política ni refinamiento de sensibilidades para luchar por las causas que en Zacatecas han generado y reproducido una peligrosa emergencia social.

En contraste y por fortuna, con las lluvias llegan vientos políticos de refresco a través de los Diálogos por la Evolución Mexicana, Proyecto Socialdemócrata del País, que el Partido Movimiento Ciudadano de los naranjas Marco Vinicio Flores y Ana María Romo Fonseca, celebraron ayer bajo la temática El Futuro no tiene Fronteras, donde destacaron su participación los diputados federales Amalia García y Jorge Álvarez Máynez, ante la presencia del líder Dante Delgado Rannauro. Contrarios a la barbarie de la confrontación, la dispersión, el odio político, la polarización y la división de los llamados partidos mayores, los anaranjados tuvieron expresiones de esencia democrática y manifestaciones de auténtica defensa de la soberanía nacional.

La lucha política ante los procesos electorales de 2 023 por las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México y la madre de todas las batallas, la elección presidencial de 2024, desde el enfoque naranja del Movimiento Ciudadano, se atisba más respetuosa, conciliadora, democrática, participativa y civilizada.

Los políticos zacatecanos deben tener una sensibilidad muy especial para interpretar las crisis que agobian al estado, para entender que han de asumir comportamientos más responsables ante la pandemia, el retroceso económico, la violencia e inseguridad, momentos y etapas críticas que emplazan a las élites partidistas a contribuir para contener el deterioro de la imagen gubernamental e institucional y acercar o de plano vincular sus proyectos culturales, políticos y de desarrollo económico a la nueva realidad que en nada se parece a los sueños de igualdad, bienestar y justicia que en los discursos se plantean.

Frente a las crecientes ofensivas de violencia, encarecimiento de la vida, ausencia de medicinas y de médicos, pérdida de empleos y estancamiento económico, la clase política se exhibe seriamente debilitada y más, cuando no muestran voluntad ni capacidad para conciliar diferencias y hacer posible la convergencia de fuerzas por el interés superior de Zacatecas, una convicción que hoy parece cuestionada, porque hay más dudas que confianza y credibilidad en las expresiones de la pluralidad.

La sociedad, representados y gobernados ya ve a los políticos con indiferencia y escepticismo, en ellos y ellas más domina la irracionalidad que la pasión por servir a su estado, tal parece que la prioridad y las urgencias son las ambiciones personales y económicas. Así por ejemplo, José Narro Céspedes, busca afanosamente la Presidencia del Senado de la República, pero no tiene respuestas de veracidad ante la desaparición de los dos escoltan que le fueron asignados desde fuerzas políticas de Guerrero; localmente, el protagónico Xerardo Ramírez, está más entretenido en la gestión de firmas para exigir la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Adolfo Marín, quien se ostenta tranquilo, como si nada pasa en su entorno que es el escenario estatal, lejos de la violencia y en la paz social. Se divierten

Ricardo Monreal insiste en la revisión del plan de seguridad pública del gobierno federal y en el Palacio Nacional ni lo ven ni lo escuchan; Miguel Alonso y Carlos Peña están más preocupados por el destino político del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, mientras la militancia priista de históricos y de la nueva generación, suman coincidencias de malestar y urgen un cambio direccional en el partido; no hay moral política ni refinamiento de sensibilidades para luchar por las causas que en Zacatecas han generado y reproducido una peligrosa emergencia social.

En contraste y por fortuna, con las lluvias llegan vientos políticos de refresco a través de los Diálogos por la Evolución Mexicana, Proyecto Socialdemócrata del País, que el Partido Movimiento Ciudadano de los naranjas Marco Vinicio Flores y Ana María Romo Fonseca, celebraron ayer bajo la temática El Futuro no tiene Fronteras, donde destacaron su participación los diputados federales Amalia García y Jorge Álvarez Máynez, ante la presencia del líder Dante Delgado Rannauro. Contrarios a la barbarie de la confrontación, la dispersión, el odio político, la polarización y la división de los llamados partidos mayores, los anaranjados tuvieron expresiones de esencia democrática y manifestaciones de auténtica defensa de la soberanía nacional.

La lucha política ante los procesos electorales de 2 023 por las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México y la madre de todas las batallas, la elección presidencial de 2024, desde el enfoque naranja del Movimiento Ciudadano, se atisba más respetuosa, conciliadora, democrática, participativa y civilizada.