/ lunes 18 de enero de 2021

Crónica del poder │ Arranca la lucha electoral en la UAZ

Se había preferido que el proceso electoral en la UAZ no se empalmara al de la elección de gobernador, pero la pandemia así lo impuso y este día arrancan sus campañas promocionales los candidatos a la Rectoría, Tere Villegas y Rubén Ibarra, ambos con proyectos extremos, ella por pertenecer e impulsar la corriente renovadora y del cambio y él, en el grupo conservador que pretende refrendar el poder rectoral otros 4 años. Los universitarios abren tiempos a la discusión, el análisis y debates para discernir con responsabilidad y con su voto asumir la mejor decisión para fortalecer y restaurar los caminos de grandeza que la Universidad ha perdido.

Frente a la atmósfera de incertidumbre que el sistema digital que se aplicará en la Universidad en la elección de 5 de febrero, la opinión emitida por el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, al establecer que "las votaciones pueden emitirse de manera segura y efectiva, conservando la secrecía del votante y su voto en todo momento", al proceso le genera buena dosis de confiabilidad y solo es de esperarse que la Comisión Electoral Universitaria que preside el maestro Crescenciano Sánchez, no sean contagiados por el virus que se cargan el diputado federal Alfredo Femat y el rector Antonio Guzmán, cuyos fines, además de universitarios, son político electorales en la conquista del poder legislativo.

En otras palabras, los universitarios y la sociedad que observa porque ama entrañablemente a su Universidad, exigen que los votos sean contados bien, que sea evitado el tradicional voto corporativo que durante 20 años se ha practicado, que se garantice la imparcialidad y la masiva participación de estudiantes, maestros y trabajadores. Lo que la democracia demanda en esta hora crítica de la UAZ, es que los resultados sean respetados y acatados, pero sobre todo, que generen certidumbre, credibilidad y que sean producto de las libertades derivadas de su autonomía e independencia, principios por los que históricamente se ha luchado en las batallas sucesivas del 68, el 71 y en el 77, cuando el asalto a la rectoría hace 44 años.

El actual rectorado y su candidato tienen enfrente el gran desafío de argumentar hasta convencer sobre las causas que han provocado la crisis económica y financiera, que cada mes y cada año se reciclan sin salir del abismal déficit. Sus ahora adversarios tienen el enorme reto de presentar propuestas de cambio y de solución que logren recuperar a la UAZ de esas tribulaciones que obstaculizan su marcha ascendente, como también se han pronunciado por devolver la Universidad a los Universitarios.

La calumnia, ofensas y descalificaciones

Nunca deben ser norma de actuación entre los universitarios, porque son lo más lúcido de la sociedad y han de ser ejemplo de dignidad para rescatar a la Universidad con la verdad para contender los han extraviado la autonomía para partidizarla. Lo que no se puede impedir al seno de la Universidad ni en esta batalla electoral, es que sean canceladas la crítica ni el análisis autocrítico, y tampoco han de prohibirse el debate de las propuestas e ideas ni los cuestionamientos a las desviaciones, corrupción y ausencia de transparencia; al contrario, ambas estrategias electorales, de Tere Villegas y de Rubén Ibarra, deben ser orientadas al interés superior de la UAZ, a garantizar la gobernabilidad universitaria y buscar un mejor destino a la Máxima Casa de Estudios, hasta colocarla otra vez en su grandeza y como orgullo de Zacatecas.

Se había preferido que el proceso electoral en la UAZ no se empalmara al de la elección de gobernador, pero la pandemia así lo impuso y este día arrancan sus campañas promocionales los candidatos a la Rectoría, Tere Villegas y Rubén Ibarra, ambos con proyectos extremos, ella por pertenecer e impulsar la corriente renovadora y del cambio y él, en el grupo conservador que pretende refrendar el poder rectoral otros 4 años. Los universitarios abren tiempos a la discusión, el análisis y debates para discernir con responsabilidad y con su voto asumir la mejor decisión para fortalecer y restaurar los caminos de grandeza que la Universidad ha perdido.

Frente a la atmósfera de incertidumbre que el sistema digital que se aplicará en la Universidad en la elección de 5 de febrero, la opinión emitida por el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, al establecer que "las votaciones pueden emitirse de manera segura y efectiva, conservando la secrecía del votante y su voto en todo momento", al proceso le genera buena dosis de confiabilidad y solo es de esperarse que la Comisión Electoral Universitaria que preside el maestro Crescenciano Sánchez, no sean contagiados por el virus que se cargan el diputado federal Alfredo Femat y el rector Antonio Guzmán, cuyos fines, además de universitarios, son político electorales en la conquista del poder legislativo.

En otras palabras, los universitarios y la sociedad que observa porque ama entrañablemente a su Universidad, exigen que los votos sean contados bien, que sea evitado el tradicional voto corporativo que durante 20 años se ha practicado, que se garantice la imparcialidad y la masiva participación de estudiantes, maestros y trabajadores. Lo que la democracia demanda en esta hora crítica de la UAZ, es que los resultados sean respetados y acatados, pero sobre todo, que generen certidumbre, credibilidad y que sean producto de las libertades derivadas de su autonomía e independencia, principios por los que históricamente se ha luchado en las batallas sucesivas del 68, el 71 y en el 77, cuando el asalto a la rectoría hace 44 años.

El actual rectorado y su candidato tienen enfrente el gran desafío de argumentar hasta convencer sobre las causas que han provocado la crisis económica y financiera, que cada mes y cada año se reciclan sin salir del abismal déficit. Sus ahora adversarios tienen el enorme reto de presentar propuestas de cambio y de solución que logren recuperar a la UAZ de esas tribulaciones que obstaculizan su marcha ascendente, como también se han pronunciado por devolver la Universidad a los Universitarios.

La calumnia, ofensas y descalificaciones

Nunca deben ser norma de actuación entre los universitarios, porque son lo más lúcido de la sociedad y han de ser ejemplo de dignidad para rescatar a la Universidad con la verdad para contender los han extraviado la autonomía para partidizarla. Lo que no se puede impedir al seno de la Universidad ni en esta batalla electoral, es que sean canceladas la crítica ni el análisis autocrítico, y tampoco han de prohibirse el debate de las propuestas e ideas ni los cuestionamientos a las desviaciones, corrupción y ausencia de transparencia; al contrario, ambas estrategias electorales, de Tere Villegas y de Rubén Ibarra, deben ser orientadas al interés superior de la UAZ, a garantizar la gobernabilidad universitaria y buscar un mejor destino a la Máxima Casa de Estudios, hasta colocarla otra vez en su grandeza y como orgullo de Zacatecas.