/ lunes 13 de septiembre de 2021

Crónica del poder │ Ayer la euforia, hoy la realidad

Claro que sí, la toma de posesión ayer de David Monreal como gobernador de Zacatecas, ha sido un acontecimiento memorable aunque todavía no histórico, porque tiene 6 años para escribirlo y así elevarlo, como sí es histórico el 12 de septiembre de 1998, cuando Ricardo Monreal logró la primera alternancia gubernamental y el inicio del derrumbe del PRI hegemónico. Momentos diferentes, porque ahora sí que David Monreal tiene que mostrar apertura capaz de asimilar la pluralidad política y la diversidad social, hasta consolidar la comunión social que pregona y con esa fuerza colectiva comenzar a reducir o disipar la emergencia social.

Pero, ¿cómo recibe David Monreal a Zacatecas? ¿Qué condiciones encontrará el nuevo gobernante por los 58 municipios del estado ? No un desastre ni colapso, pero sí una crítica situación de pobreza extrema, un escenario de penuria presupuestaria y la parálisis o estancamiento del desarrollo, ahora más empeorada por la dramática pandemia y la tragedia de una incontenible e incontrolable violencia que ya enraiza condiciones de inseguridad, incertidumbre e inestabilidad, que urgen por una verdadera y profunda transformación social. Con este panorama que refleja el agotamiento de un sistema económico injusto, se advierte que la ruta no será el alucinante apoyo federal. El nuevo gobierno monrealista tendrá que optimizar creatividad para vincular y exigir compromisos al sector empresarial e inversionista.

A éstas alturas de la irrupción directa de la cuarta transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador, resulta inconcebible que por enconos y diferencias políticas las zacatecanas y zacatecanos sufran el regateo presupuestal del gobierno federal, un comportamiento centralista cargado de sospechosismo que ya tiene indignado al pueblo, a la gente. Que allá en el Palacio Nacional como aquí en el cerro de La Bufa se tenga una imagen de honestidad y transparencia, sirve pero no resuelve la emergencia social que agobia a los más jodidos. Por eso la convicción social por ver a David con rienda firme en la conducción de una gobernanza que pronto alcance la superación de las crisis y el bienestar de las familias y comunidades. La gente quiere ver y sentir los efectos de un poderoso liderazgo capaz de construir esa comunión social que promueve, hacerlo sin simulación, con auténtico acercamiento y entendimiento con todas las fuerzas políticas y la diversidad de los sectores social y productivo, en un acuerdo de conciliación que enlace y conjunte energías y potencialidades con cauces abiertos al desarrollo con crecimiento.

De dichos y promesas están hartos los municipios y sus comunidades, reclaman hechos y realidades que encuentren condiciones de paz y tranquilidad, que sean alejados los episodios de violencia y que sean garantizadas la seguridad y la protección del patrimonio, porque hasta en los últimos días ya se ha visto el fenómeno de los desplazados, la más clara negación de los derechos porque se exhibe la flagrante coerción de la criminalidad a la sociedad.

Así pues, David Monreal ya tiene que transitar del discurso a los hechos y de inmediato liderar la movilización de sus legisladores federales y locales, magistrados y líderes políticos y sociales para emprender con todas las fuerzas la gran batalla por un presupuesto más justo y digno, suficiente para acelerar el ritmo transformador de Zacatecas e incluso repetir aquella hazaña de Ricardo Monreal, cuando marchó para exigir mayores recursos presupuestales al presidente Ernesto Zedillo.

Claro que sí, la toma de posesión ayer de David Monreal como gobernador de Zacatecas, ha sido un acontecimiento memorable aunque todavía no histórico, porque tiene 6 años para escribirlo y así elevarlo, como sí es histórico el 12 de septiembre de 1998, cuando Ricardo Monreal logró la primera alternancia gubernamental y el inicio del derrumbe del PRI hegemónico. Momentos diferentes, porque ahora sí que David Monreal tiene que mostrar apertura capaz de asimilar la pluralidad política y la diversidad social, hasta consolidar la comunión social que pregona y con esa fuerza colectiva comenzar a reducir o disipar la emergencia social.

Pero, ¿cómo recibe David Monreal a Zacatecas? ¿Qué condiciones encontrará el nuevo gobernante por los 58 municipios del estado ? No un desastre ni colapso, pero sí una crítica situación de pobreza extrema, un escenario de penuria presupuestaria y la parálisis o estancamiento del desarrollo, ahora más empeorada por la dramática pandemia y la tragedia de una incontenible e incontrolable violencia que ya enraiza condiciones de inseguridad, incertidumbre e inestabilidad, que urgen por una verdadera y profunda transformación social. Con este panorama que refleja el agotamiento de un sistema económico injusto, se advierte que la ruta no será el alucinante apoyo federal. El nuevo gobierno monrealista tendrá que optimizar creatividad para vincular y exigir compromisos al sector empresarial e inversionista.

A éstas alturas de la irrupción directa de la cuarta transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador, resulta inconcebible que por enconos y diferencias políticas las zacatecanas y zacatecanos sufran el regateo presupuestal del gobierno federal, un comportamiento centralista cargado de sospechosismo que ya tiene indignado al pueblo, a la gente. Que allá en el Palacio Nacional como aquí en el cerro de La Bufa se tenga una imagen de honestidad y transparencia, sirve pero no resuelve la emergencia social que agobia a los más jodidos. Por eso la convicción social por ver a David con rienda firme en la conducción de una gobernanza que pronto alcance la superación de las crisis y el bienestar de las familias y comunidades. La gente quiere ver y sentir los efectos de un poderoso liderazgo capaz de construir esa comunión social que promueve, hacerlo sin simulación, con auténtico acercamiento y entendimiento con todas las fuerzas políticas y la diversidad de los sectores social y productivo, en un acuerdo de conciliación que enlace y conjunte energías y potencialidades con cauces abiertos al desarrollo con crecimiento.

De dichos y promesas están hartos los municipios y sus comunidades, reclaman hechos y realidades que encuentren condiciones de paz y tranquilidad, que sean alejados los episodios de violencia y que sean garantizadas la seguridad y la protección del patrimonio, porque hasta en los últimos días ya se ha visto el fenómeno de los desplazados, la más clara negación de los derechos porque se exhibe la flagrante coerción de la criminalidad a la sociedad.

Así pues, David Monreal ya tiene que transitar del discurso a los hechos y de inmediato liderar la movilización de sus legisladores federales y locales, magistrados y líderes políticos y sociales para emprender con todas las fuerzas la gran batalla por un presupuesto más justo y digno, suficiente para acelerar el ritmo transformador de Zacatecas e incluso repetir aquella hazaña de Ricardo Monreal, cuando marchó para exigir mayores recursos presupuestales al presidente Ernesto Zedillo.