Apenas se había cuestionado que la comparecencia de los Secretarios del gabinete ante la 64 Legislatura se convierte en un espectáculo de disputas y diferencias irreconciliables, cuando ahora los diputados y diputadas ascienden a la más degradante confrontación para hundirse en brutales extremismos que los exhiben incapaces de dialogar, consensuar y lograr acuerdos que fortalezcan al Poder Legislativo y lo coloquen en la ruta de la recuperación de su imagen institucional con autoridad moral y calidad política para participar con sólida unidad de su pluralidad y con los Poderes Ejecutivo y Judicial, en los planes y estrategias de desarrollo que urgen a Zacatecas.
Han preferido continuar en su proceso de desgaste y sumado manifestaciones de polarización, discordia, enconos y escisión hasta provocar un cisma que ante la sociedad, sus representados y la población, los exhibe en retroceso hacia un salvajismo político que se creía superado. De hecho y Derecho no admiten resultados democráticos y solo se reconocen mayoría cuando la ostentan con prepotencia, agandalle y humillación sobre la minoría. Hoy, el escenario legislativo es de berrinche, zafarranchos, descalificaciones, el debate es de acusaciones y denuncias, no de propuestas o ideas, un degradante quehacer político que avergüenza y da pena.
En la sesión del jueves anterior, los diputados de oposición del PRI, PAN, PRD, PT, PANAL y Movimiento Ciudadano, a través de Gabriela Basurto; Guadalupe Correa; Susana Barragán; Gerardo Ramírez y Gerardo Pinedo, propusieron modificación de las comisiones legislativas y órganos de gobierno y le dieron vuelta a la hoja para revertir la estructura edificada por los partidos Morena y sus aliados. 15 votos a favor y 13 votos en contra fue el resultado, y 2 abstenciones que fueron sumadas a la mayoría. Por consecuencia, el petista Gerardo Ramírez fue electo Presidente de la Junta de Coordinación Política y Enrique Laviada Cicerol, Presidente de la Mesa Directiva. Pero el verdadero fondo de los arranques de coraje, impotencia, arrogancia, descalificación y violenta confrontación verbal, lo son las comisiones legislativas.
La reacción inmediata fue de los diputados de Morena, Armando Delgadillo, quien denunció haber sido despojado de la Presidencia del órgano de Administración y Finanzas y ser "suplantado" por la ex morenista Priscila Benítez. Así, los morenistas Ernesto González; Nieves Medellín; Sertio Ortega; Maribel Galván; Analí Infante; José Luis Figueroa del PT y Zulema Santacruz, del PES, ya impugnan ante el Tribunal de Justicia Electoral y exigen respeto a los principios morenistas de No robar, No traicionar y No mentir al pueblo. Acusan a los opositores de robarse las comisiones para revivir las herramientas legislativas, usaron su mayoría para despojarlos de comisiones y responsabilidades de manera arbitraria, "un chantaje traicionero y vengativo por avaricia".
Hay en el Congreso Estatal un escenario crítico, un verdadero motín y también rebelión, ninguna parte acepta los resultados democráticos, una cerrada intransigencia rechaza el diálogo y el consenso, falso que exista voluntad o decisión para reivindicar la imagen legislativa, no parecen diputados a la altura de Zacatecas y su pueblo, no hay respeto a la pluralidad ni a las diferencias, su representatividad está en crisis, no guardan las formas ni el fondo y la autonomía como su independencia quedan en entredicho, no hay la convicción por engrandecer al Poder Legislativo para que sea generada confianza en el gobierno, hay caos, cisma en la Legislatura. Grave.
