/ martes 7 de septiembre de 2021

Crónica del poder │ Convivencia democrática e institucional

Nos parece justo y oportuno reconocer que en Zacatecas el actual proceso de transición del gobierno priista de Alejandro Tello al gobierno morenista de David Monreal, las instituciones autónomas como el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, el Instituto Zacatecano de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, la Comisión de Derechos Humanos del Estado e incluso la Universidad Autónoma de Zacatecas, con sus actuaciones han aderezado e impregnado de imborrable sustanciación democrática que emana y refleja desde la participación del conjunto de la sociedad y de los ciudadanos para generar una atmósfera de estabilidad y certidumbre aún frente a las actuales condiciones críticas de violencia, inseguridad, pandemia y la emergencia social que el estancamiento económico y la pobreza extrema ilustran de adversidad.

Son instituciones que se conjugan y enlazan para mostrar que los consensos, coincidencias y acuerdos son posibles para alcanzar los más elevados niveles de integración estatal y demostrar que el proceso democratizador ya es irreversible y que por ello, los cambios y transformaciones que sean impulsados desde la propia sociedad, los nuevos gobiernos estatal y municipales y la legislatura, van a florecer como espacios de oportunidades, de entendimientos y acercamientos hacia una real y auténtica conciliación en la pluralidad que zacatecanas y zacatecanos ostentan y que ha quedado transparentada por el pasado proceso electoral.

Las instituciones autónomas se han convertido en efectivo catalizador del proceso de transición, han creado un ambiente de credibilidad y confianza capaz de contener las tendencias hacia la confrontación y división entre los zacatecanos y contrariamente, generan condiciones de paz social y estabilidad, normalidad democrática que será el mejor ambiente para la concreción de la alternancia el próximo 12 de septiembre.

Es loable la convivencia institucional, cuando los Comisionados del Instituto Zacatecano de Transparencia, Gilda Fabiola Torres, Nubia Barrios y Samuel Montoya, en sesión plenaria reconocieron al IEEZ por cumplir al 100 por ciento con todas sus obligaciones de transparencia y dado respuestas oportunas a los ciudadanos que solicitaron o reclamaron información. Bien lo dijo Israel Guerrero, el consejero presidente del Comité de Transparencia, el principio de máxima transparencia ha sido adoptado por la institución por convicción, no solo por obligación o lo dicho por Virgilio Rivera, que todos los actos, sesiones y eventos han sido del conocimiento de la sociedad y la información entregada a la ciudadanía con precisión.

Se advierte pues un vigoroso equilibrio entre las instituciones autónomas del estado, se aquilata su desempeño y al hacerlo, fortalecen su carácter independiente y autónomo, cualidades esenciales de la vida democrática y que la sociedad zacatecana observa y exige, y que suscitan alentadoras condiciones a la creciente participación de la sociedad civil, reproducen y extienden atmósfera de convivencia política e ideológica y por consecuencia, abren cauces a una nueva gobernanza sólo posible en la comunión social y el respeto a la pluralidad política e ideológica. Un ambiente que será sano propiciador y promotor de los cambios y transformaciones.



Nos parece justo y oportuno reconocer que en Zacatecas el actual proceso de transición del gobierno priista de Alejandro Tello al gobierno morenista de David Monreal, las instituciones autónomas como el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, el Instituto Zacatecano de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, la Comisión de Derechos Humanos del Estado e incluso la Universidad Autónoma de Zacatecas, con sus actuaciones han aderezado e impregnado de imborrable sustanciación democrática que emana y refleja desde la participación del conjunto de la sociedad y de los ciudadanos para generar una atmósfera de estabilidad y certidumbre aún frente a las actuales condiciones críticas de violencia, inseguridad, pandemia y la emergencia social que el estancamiento económico y la pobreza extrema ilustran de adversidad.

Son instituciones que se conjugan y enlazan para mostrar que los consensos, coincidencias y acuerdos son posibles para alcanzar los más elevados niveles de integración estatal y demostrar que el proceso democratizador ya es irreversible y que por ello, los cambios y transformaciones que sean impulsados desde la propia sociedad, los nuevos gobiernos estatal y municipales y la legislatura, van a florecer como espacios de oportunidades, de entendimientos y acercamientos hacia una real y auténtica conciliación en la pluralidad que zacatecanas y zacatecanos ostentan y que ha quedado transparentada por el pasado proceso electoral.

Las instituciones autónomas se han convertido en efectivo catalizador del proceso de transición, han creado un ambiente de credibilidad y confianza capaz de contener las tendencias hacia la confrontación y división entre los zacatecanos y contrariamente, generan condiciones de paz social y estabilidad, normalidad democrática que será el mejor ambiente para la concreción de la alternancia el próximo 12 de septiembre.

Es loable la convivencia institucional, cuando los Comisionados del Instituto Zacatecano de Transparencia, Gilda Fabiola Torres, Nubia Barrios y Samuel Montoya, en sesión plenaria reconocieron al IEEZ por cumplir al 100 por ciento con todas sus obligaciones de transparencia y dado respuestas oportunas a los ciudadanos que solicitaron o reclamaron información. Bien lo dijo Israel Guerrero, el consejero presidente del Comité de Transparencia, el principio de máxima transparencia ha sido adoptado por la institución por convicción, no solo por obligación o lo dicho por Virgilio Rivera, que todos los actos, sesiones y eventos han sido del conocimiento de la sociedad y la información entregada a la ciudadanía con precisión.

Se advierte pues un vigoroso equilibrio entre las instituciones autónomas del estado, se aquilata su desempeño y al hacerlo, fortalecen su carácter independiente y autónomo, cualidades esenciales de la vida democrática y que la sociedad zacatecana observa y exige, y que suscitan alentadoras condiciones a la creciente participación de la sociedad civil, reproducen y extienden atmósfera de convivencia política e ideológica y por consecuencia, abren cauces a una nueva gobernanza sólo posible en la comunión social y el respeto a la pluralidad política e ideológica. Un ambiente que será sano propiciador y promotor de los cambios y transformaciones.