/ viernes 17 de junio de 2022

Crónica del poder │ Crisis en el PRI golpea a la Coalición

En la cúpula del Partido Revolucionario Institucional, si a eso se le puede llamar cúpula, se registra un escenario de elevada complejidad, la estrepitosa caída electoral ha provocado innegable hundimiento del liderazgo de Alejandro Moreno, el dirigente nacional, y todo se torna negativo y amenazante al entrar en un conflicto interno que parece irreconciliable y que profundiza decepción y dudas entre la militancia y simpatizantes, más que los cuestionamientos y rechazos explícitos y colectivos de 11 expresidentes y líderes nacionales que en lugar de un ejercicio autocrítico con su Presidente de partido, le restregaron los fracasos en los estados y le exigieron dejar la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional y éste les respondió que se irá hasta el 19 de agosto de 2023, porque fue electo por la mayoría de las bases por 4 años.

Inusitado acontecimiento político en la sede nacional priista, una presión política sin precedente, una crisis tan grave en el partido, que Alejandro Moreno también enfrenta la ofensiva desde el poder presidencial y el acoso judicial en Campeche impulsado por la gobernadora morenista Layda Sansores. Estrategias en contra que difícilmente puede evadir porque el descontento político puede volcarse crítico y negativo desde los estados y municipios, aunque se vió que tras la reunión con los expresidentes priistas, los comités estatales y numerosos municipales se concentraron para reiterar respaldo al dirigente nacional que tiene entre sus valiosos cuadros a Miguel Alonso Reyes y Carlos Peña Badillo e incluso, el Consejo Político Nacional también le manifestó su apoyo.

Hay en el PRI una crisis política que puede convertirse en crisis de legitimidad de un liderazgo en decadencia por deterioro de su fuerza y desprestigio de su imagen, y lo más probable es que los expresidentes y sus cuadros o grupos con liderazgos que todavía se mueven por los horizontes del país, no se van a conformar y no estarán quietos, Manlio Fabio Beltrones, César Camacho, Beatriz Paredes, Humberto Roque Villanueva, Roberto Madrazo, José Antonio González, Pedro Joaquín Coldwell, Dulce María Suari, Claudi Ruiz Masieu, Carolina Monroy y Miguel Ángel Osorio Chong, son un poderoso frente del viejo PRI que está redivivo entre los tradicionales y leales militantes que son la potencialidad que hace prevalecer al partido a través de las derrotas y victorias.

Es tal el optimismo de Alito, que ya adelantó vísperas al prometer que 2023 será un año priista y una año para la coalición con el PAN y PRD, que por cierto, sus respectivos dirigentes, Marko Cortés y Jesús Zambrano, por encima de las acusaciones a su colega del PRI, han reiterado que la alianza Va por México, se mantiene firme y van con todo a consolidar triunfos electorales del próximo año en el Estado de México y Coahuila, la joya de la corona y la cereza del pastel, el vigoroso anticipo para la elección presidencia de 2024. Por consecuencia, aquí en Zacatecas, los dirigentes estatales, Enrique Flores, del PRI; Verónica Alamillo, del PAN; y Raymundo Carrillo, ya establecen coordinación para que no haya efectos negativos o repercusiones de la crisis en el PRI nacional.

Frente a esa crítica situación que inevitablemente lesiona a la alianza, pero sobre todo vulnera y altera los adentros del PRI, el asunto de la renuncia de Alejandro Moreno se torna asunto de honestidad política y de responsabilidad moral, a fin de hacer del espacio dirigente otra oportunidad de renovación y fortalecimiento.

En la cúpula del Partido Revolucionario Institucional, si a eso se le puede llamar cúpula, se registra un escenario de elevada complejidad, la estrepitosa caída electoral ha provocado innegable hundimiento del liderazgo de Alejandro Moreno, el dirigente nacional, y todo se torna negativo y amenazante al entrar en un conflicto interno que parece irreconciliable y que profundiza decepción y dudas entre la militancia y simpatizantes, más que los cuestionamientos y rechazos explícitos y colectivos de 11 expresidentes y líderes nacionales que en lugar de un ejercicio autocrítico con su Presidente de partido, le restregaron los fracasos en los estados y le exigieron dejar la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional y éste les respondió que se irá hasta el 19 de agosto de 2023, porque fue electo por la mayoría de las bases por 4 años.

Inusitado acontecimiento político en la sede nacional priista, una presión política sin precedente, una crisis tan grave en el partido, que Alejandro Moreno también enfrenta la ofensiva desde el poder presidencial y el acoso judicial en Campeche impulsado por la gobernadora morenista Layda Sansores. Estrategias en contra que difícilmente puede evadir porque el descontento político puede volcarse crítico y negativo desde los estados y municipios, aunque se vió que tras la reunión con los expresidentes priistas, los comités estatales y numerosos municipales se concentraron para reiterar respaldo al dirigente nacional que tiene entre sus valiosos cuadros a Miguel Alonso Reyes y Carlos Peña Badillo e incluso, el Consejo Político Nacional también le manifestó su apoyo.

Hay en el PRI una crisis política que puede convertirse en crisis de legitimidad de un liderazgo en decadencia por deterioro de su fuerza y desprestigio de su imagen, y lo más probable es que los expresidentes y sus cuadros o grupos con liderazgos que todavía se mueven por los horizontes del país, no se van a conformar y no estarán quietos, Manlio Fabio Beltrones, César Camacho, Beatriz Paredes, Humberto Roque Villanueva, Roberto Madrazo, José Antonio González, Pedro Joaquín Coldwell, Dulce María Suari, Claudi Ruiz Masieu, Carolina Monroy y Miguel Ángel Osorio Chong, son un poderoso frente del viejo PRI que está redivivo entre los tradicionales y leales militantes que son la potencialidad que hace prevalecer al partido a través de las derrotas y victorias.

Es tal el optimismo de Alito, que ya adelantó vísperas al prometer que 2023 será un año priista y una año para la coalición con el PAN y PRD, que por cierto, sus respectivos dirigentes, Marko Cortés y Jesús Zambrano, por encima de las acusaciones a su colega del PRI, han reiterado que la alianza Va por México, se mantiene firme y van con todo a consolidar triunfos electorales del próximo año en el Estado de México y Coahuila, la joya de la corona y la cereza del pastel, el vigoroso anticipo para la elección presidencia de 2024. Por consecuencia, aquí en Zacatecas, los dirigentes estatales, Enrique Flores, del PRI; Verónica Alamillo, del PAN; y Raymundo Carrillo, ya establecen coordinación para que no haya efectos negativos o repercusiones de la crisis en el PRI nacional.

Frente a esa crítica situación que inevitablemente lesiona a la alianza, pero sobre todo vulnera y altera los adentros del PRI, el asunto de la renuncia de Alejandro Moreno se torna asunto de honestidad política y de responsabilidad moral, a fin de hacer del espacio dirigente otra oportunidad de renovación y fortalecimiento.