/ miércoles 20 de enero de 2021

Crónica del poder │ Democracia electoral entre vecinos

La gran expectación mundial y de nosotros los vecinos, hoy está puesta en la ascensión de Joe Biden a la Presidencia del país más poderoso del mundo, los Estados Unidos. La salida de Donald Trump a su desprestigio político, social e internacional, se registra como irrelevante evento, la culminación de un fatídico episodio y una pesadilla que invadió al mundo de terror e incertidumbre. México, como vecino e indiscutible aliado, está atento al acontecimiento y cuidando que el discurso no venga cargado de alteraciones en la histórica relación que por distorsiones y malos entendidos acá, parece deteriorarse.

El actor central en esta hazaña estabilizadora de las relaciones con Estado Unidos, es el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon quien tendrá que optimizar capacidad para la convicción y el entendimiento presidencial, de manera que no sobrevengan tensiones, en políticas migratorias, ni en materia de tráfico de armas, narcotráfico, energías renovables, el caso Salvador Cienfuegos, las provocaciones a y de la DEA, y el Tratado Comercial de Libre Comercio. Son temas vitales que involucran a las dos naciones y en los que tienen que ser templados los equilibrios con excesos de sensibilidad y sin riesgos de choque.

El escenario electoral mexicano, que supone ebullición política y social, no tiene que ser motivo de distracción, ni el desenlace en los Estados Unidos, que ha sido de peligrosa confrontación, grave división y hasta de barruntos de violencia tendiente a guerrillas civiles, son efectos negativos que a México no deben contagiarle en los comicios del 6 de junio, que en el horizonte ya se atisba polarizado y amenazante de rasgos autoritarios y comportamientos antidemocráticos. Nunca la responsable civilidad ciudadana de los mexicanos permitirá esos extremos de violencia, por la serena y prudente actuación de los partidos y sus candidatos, se habrán de demostrar convivencia ideológica y coexistencia pacífica en un fortalecido marco de normalidad democrática, revestido de libertades, legalidad, credibilidad y confianza.

El mundo contempla cómo en nuestro país se avanza por los cauces democráticos y que tras las elecciones, la poderosa pluralidad que resulte, reconocerá que las crisis que nos agobian son profundas y letales, y que se van a encarar con todas las potencialidades para de inmediato transformar esas crisis pandémica, económica y de inseguridad, es oportunidades para cambiarlas y que sean revertidas como experiencias que nos van a encaminar hacia tiempos más venturosos y progresistas.

Las elecciones del 6 de junio

Serán las más grandes de la historia de México, una hazaña democrática que aún contra los embates desde el poder, el Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, juntos consolidan el más poderoso entramado institucional y con los ciudadanos preparan, organizan y promueven la elección de 500 diputados federales; y en el escenario estatal, la elección del sucesor o sucesora del gobernador Alejandro Tello; serán electos 30 diputados de la Legislatura Local y los 58 ayuntamientos, con su presidente municipal, síndicos y regidores. Nos encontramos justamente en la etapa de precampañas, hasta el 31 de enero, y las campañas formales arrancarán el 4 de abril, para cerrar el 2 de junio, tres días antes de la histórica fecha electoral del 6 de junio.

La gran expectación mundial y de nosotros los vecinos, hoy está puesta en la ascensión de Joe Biden a la Presidencia del país más poderoso del mundo, los Estados Unidos. La salida de Donald Trump a su desprestigio político, social e internacional, se registra como irrelevante evento, la culminación de un fatídico episodio y una pesadilla que invadió al mundo de terror e incertidumbre. México, como vecino e indiscutible aliado, está atento al acontecimiento y cuidando que el discurso no venga cargado de alteraciones en la histórica relación que por distorsiones y malos entendidos acá, parece deteriorarse.

El actor central en esta hazaña estabilizadora de las relaciones con Estado Unidos, es el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon quien tendrá que optimizar capacidad para la convicción y el entendimiento presidencial, de manera que no sobrevengan tensiones, en políticas migratorias, ni en materia de tráfico de armas, narcotráfico, energías renovables, el caso Salvador Cienfuegos, las provocaciones a y de la DEA, y el Tratado Comercial de Libre Comercio. Son temas vitales que involucran a las dos naciones y en los que tienen que ser templados los equilibrios con excesos de sensibilidad y sin riesgos de choque.

El escenario electoral mexicano, que supone ebullición política y social, no tiene que ser motivo de distracción, ni el desenlace en los Estados Unidos, que ha sido de peligrosa confrontación, grave división y hasta de barruntos de violencia tendiente a guerrillas civiles, son efectos negativos que a México no deben contagiarle en los comicios del 6 de junio, que en el horizonte ya se atisba polarizado y amenazante de rasgos autoritarios y comportamientos antidemocráticos. Nunca la responsable civilidad ciudadana de los mexicanos permitirá esos extremos de violencia, por la serena y prudente actuación de los partidos y sus candidatos, se habrán de demostrar convivencia ideológica y coexistencia pacífica en un fortalecido marco de normalidad democrática, revestido de libertades, legalidad, credibilidad y confianza.

El mundo contempla cómo en nuestro país se avanza por los cauces democráticos y que tras las elecciones, la poderosa pluralidad que resulte, reconocerá que las crisis que nos agobian son profundas y letales, y que se van a encarar con todas las potencialidades para de inmediato transformar esas crisis pandémica, económica y de inseguridad, es oportunidades para cambiarlas y que sean revertidas como experiencias que nos van a encaminar hacia tiempos más venturosos y progresistas.

Las elecciones del 6 de junio

Serán las más grandes de la historia de México, una hazaña democrática que aún contra los embates desde el poder, el Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, juntos consolidan el más poderoso entramado institucional y con los ciudadanos preparan, organizan y promueven la elección de 500 diputados federales; y en el escenario estatal, la elección del sucesor o sucesora del gobernador Alejandro Tello; serán electos 30 diputados de la Legislatura Local y los 58 ayuntamientos, con su presidente municipal, síndicos y regidores. Nos encontramos justamente en la etapa de precampañas, hasta el 31 de enero, y las campañas formales arrancarán el 4 de abril, para cerrar el 2 de junio, tres días antes de la histórica fecha electoral del 6 de junio.