El mensaje de David Monreal es un espejo del discurso de Andrés Manuel López Obrador: "voy a ser implacable con el tema de la corrupción e impunidad", lo que ha de interpretarse como seria advertencia a los funcionarios de hoy en el gobierno estatal, a los de ayer de los últimos tres y a los suyos que desde el 12 de septiembre le acompañarán en el arranque e instalación de la cuarta transformación en Zacateca. Previamente, Alejandro Tello había señalado que trabajará para dar certeza de un proceso de entrega recepción transparente y que se encontrará todo en orden y que él "encarará todas las denuncias y señalamientos que se le hagan."
En otras palabras, el gobernador electo ha decidido asumir rostro propio y desde el primer día se insertará en el ritmo evolutivo de la estrategia gubernamental federal, para de inmediato hacer destacar el comportamiento de honestidad, austeridad, legalidad y transparencia para iniciar la transformación del estado, como un proceso de restauración y reconstrucción sobre una grave emergencia social que ilustra el estancamiento y la ausencia de progreso y desarrollo con afectación a los sectores productivos y a los más necesitados, todo con aplicación de un programa de gobierno con influencia moral y política del Presidente de México.
La historia del segundo sexenio monrealista será larga, sus liderazgos se muestran decididos a ingresar a Zacatecas en una etapa de modernidad, para juntos hacer historia y hacer posible la comunión social.
En estas condiciones, sobre aviso no hay engaños y está implícito que sobrevendrá una avalancha de reclamos, denuncias y acusaciones que van a superar las sospechas y especulaciones para entrar a una etapa de verdadera edificación del estado de Derecho. Como ya lo hemos asentado, trascenderán un serial de conflictos que van a cuestionar directa y específicamente a los gobiernos de Amalia García Medina, de Miguel Alonso Reyes y a este de Alejandro Tello. El gobierno de la cuarta transformación del estado tendrá que consolidar un vigoroso equipo de juristas, que asuman a plenitud el compromiso con la transformación a través de la honestidad y en contra de la corrupción y con obvio seguimiento del modelo obradorista, partiendo de la constatación y sólida fundamentación legal de los casos a exhibir, denunciar, investigar, consignar, hasta llegar a la aplicación de justicia en defensa de los superiores intereses del estado y del pueblo zacatecano.
Bajo este probable panorama, es previsible una revisión integral de las administraciones anteriores, con énfasis en casos emblemáticos como la quiebra del Issstezac, el elefante blanco del Centro Cultural, las licitaciones de obras e incluso desviaciones o malversaciones en las administraciones municipales y de recursos presupuestales federales. Habrá una crítica radical sobre la detección de anomalías e irregularidades, la mayoría legislativa en el Congreso Estatal, las exigencias y reclamos de los sectores de la sociedad y desde los grupos empresariales progresistas, serán fuerza contundente que hagan presión para legitimar las acciones anticorrupción y el pleno ejercicio del Derecho.
Se avizora pues, otro estilo de gobierno, con respuestas radicales y legales contra los casos de corrupción, que serán la reafirmación y vigencia de la Cuarta Transformación, el fin de las décadas del estancamiento estatal y el fin de la larga historia de enriquecimientos inexplicables que solo pueden ser producto de la corrupción. Es decir, en Zacatecas se retratará el proceso transformador del nuevo régimen de López Obrador. Es la ruta ya trazada por David Monreal.
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