/ martes 16 de noviembre de 2021

Crónica del poder │ El Plan Estatal es pauta de crecimiento

Ante la diputación de la 64 Legislatura, David Monreal entregó el Plan Estatal de Desarrollo 2022 - 2027, un documento integrador de las expresiones, propuestas y opiniones de todos los sectores de la sociedad y que convertido en diagnóstico realista y veraz, refleja las más dramáticas condiciones de aridez en todos los renglones de la función pública y que traduce escenarios de preocupación y nada halagadores, la emergencia social que desde campaña denunció y que ahora como Gobernador del Estado lo asume como instrumento de transformación hacia la justicia social, la recuperación de la paz y la tranquilidad, ahora abatidas por las crisis económica y pandémica, y por la violencia e inseguridad que se han enseñoreado en algunas regiones del estado.

La gente de Zacatecas, los pueblos del semidesierto hasta las progresistas comunidades de los cañones de Tlaltenango y Juchipila, mujeres y hombres mejor informados y más críticos, en sus tiempos pasados y agotados de gobiernos anteriores, vivieron y fueron testigos y hasta víctimas del desapego de la responsabilidad gubernamental y de la representación popular, que metieron a Zacatecas en una década de insolencia de la función pública, insensibilidad social de gobiernos más centrados en promover privilegios y propiciar desviaciones hacia la corrupción e impunidad; crearon y reprodujeron imperdonables condiciones de estancamiento del desarrollo con arraigo de los ancestrales rezagos y los abusos de poder; se promovió el más irracional y desquiciante endeudamiento público; y se extendió el más grave y ofensivo distanciamiento entre el gobierno y los gobernados, entre las instituciones y los ciudadanos; en la visión morenista y monrealista, Zacatecas se convirtió en fértil espacio para el crecimiento de la violencia y pérdida de valores y principios.

David Monreal insistió en ilustrar a las diputadas y diputados, cómo encontró un Zacatecas rezagado en lo económico y social; con los peores índices de inseguridad que han generado la más negativa percepción en los ámbitos nacional e internacional; un campo abandonado, un estado en el que su gobierno se convirtió en un problema para la sociedad, al disminuir la capacidad de atención a la gente y afectando la posibilidad del bienestar familiar, comunitario y social. Esa es la triste realidad que nos proponemos encarar y transformar con el talento y capacidad del pueblo, de nuestra gente decidida a recuperar sus valores y fortalezas para dejar atrás el desastre que nos fue heredado. Hecho el diagnóstico compartido por los Poderes Ejecutivo y Legislativo, para superarlo ahora procede el compromiso de todas y de todos.

Por consecuencia, caben todas las voces, ideas, opiniones y esfuerzos, y está dicho por el Centro Empresarial de Zacatecas, que están decididos a apoyar en el establecimiento y fortalecimiento de lazos de cooperación para lograr con el estado, ser la punta de flecha para el desarrollo económico del estado, en el que los empresarios y emprendedores, las mujeres y los jóvenes y los gobiernos, encuentren herramientas para su quehacer y el medio que los ciudadanos observamos y nos involucremos en la vida pública, para convertirnos en una brújula que le permita al Estado, reubicarse en los casos más urgentes.

Así pues, el Plan Estatal de Desarrollo es la pauta a seguir por las instituciones del estado y de la sociedad, y los sectores productivos, empresarial, agropecuario, académicos, inversionistas y clase trabajadora, han de constituirse en los actores y protagonistas de esta nueva etapa de transformaciones y de crecimiento.

Ante la diputación de la 64 Legislatura, David Monreal entregó el Plan Estatal de Desarrollo 2022 - 2027, un documento integrador de las expresiones, propuestas y opiniones de todos los sectores de la sociedad y que convertido en diagnóstico realista y veraz, refleja las más dramáticas condiciones de aridez en todos los renglones de la función pública y que traduce escenarios de preocupación y nada halagadores, la emergencia social que desde campaña denunció y que ahora como Gobernador del Estado lo asume como instrumento de transformación hacia la justicia social, la recuperación de la paz y la tranquilidad, ahora abatidas por las crisis económica y pandémica, y por la violencia e inseguridad que se han enseñoreado en algunas regiones del estado.

La gente de Zacatecas, los pueblos del semidesierto hasta las progresistas comunidades de los cañones de Tlaltenango y Juchipila, mujeres y hombres mejor informados y más críticos, en sus tiempos pasados y agotados de gobiernos anteriores, vivieron y fueron testigos y hasta víctimas del desapego de la responsabilidad gubernamental y de la representación popular, que metieron a Zacatecas en una década de insolencia de la función pública, insensibilidad social de gobiernos más centrados en promover privilegios y propiciar desviaciones hacia la corrupción e impunidad; crearon y reprodujeron imperdonables condiciones de estancamiento del desarrollo con arraigo de los ancestrales rezagos y los abusos de poder; se promovió el más irracional y desquiciante endeudamiento público; y se extendió el más grave y ofensivo distanciamiento entre el gobierno y los gobernados, entre las instituciones y los ciudadanos; en la visión morenista y monrealista, Zacatecas se convirtió en fértil espacio para el crecimiento de la violencia y pérdida de valores y principios.

David Monreal insistió en ilustrar a las diputadas y diputados, cómo encontró un Zacatecas rezagado en lo económico y social; con los peores índices de inseguridad que han generado la más negativa percepción en los ámbitos nacional e internacional; un campo abandonado, un estado en el que su gobierno se convirtió en un problema para la sociedad, al disminuir la capacidad de atención a la gente y afectando la posibilidad del bienestar familiar, comunitario y social. Esa es la triste realidad que nos proponemos encarar y transformar con el talento y capacidad del pueblo, de nuestra gente decidida a recuperar sus valores y fortalezas para dejar atrás el desastre que nos fue heredado. Hecho el diagnóstico compartido por los Poderes Ejecutivo y Legislativo, para superarlo ahora procede el compromiso de todas y de todos.

Por consecuencia, caben todas las voces, ideas, opiniones y esfuerzos, y está dicho por el Centro Empresarial de Zacatecas, que están decididos a apoyar en el establecimiento y fortalecimiento de lazos de cooperación para lograr con el estado, ser la punta de flecha para el desarrollo económico del estado, en el que los empresarios y emprendedores, las mujeres y los jóvenes y los gobiernos, encuentren herramientas para su quehacer y el medio que los ciudadanos observamos y nos involucremos en la vida pública, para convertirnos en una brújula que le permita al Estado, reubicarse en los casos más urgentes.

Así pues, el Plan Estatal de Desarrollo es la pauta a seguir por las instituciones del estado y de la sociedad, y los sectores productivos, empresarial, agropecuario, académicos, inversionistas y clase trabajadora, han de constituirse en los actores y protagonistas de esta nueva etapa de transformaciones y de crecimiento.