/ viernes 22 de mayo de 2020

Crónica del poder │ Firme el 8 de septiembre electoral

Hablando de las normalidades en boga en medio de las más severas crisis de inseguridad, económica y ahora sanitaria por el virus maldito, la normalidad democrática pronto se reafirmará con el proceso electoral 2021, en una elección concurrente, es decir elección federal de 4 legisladores para la Cámara de Diputados y la elección local de gobernador, de 30 diputados locales y los 58 ayuntamientos, y para ello, transcurre la organización de un proceso justo y equitativo, donde los ciudadanos con sus votos, van a elegir a sus autoridades.

Está en marcha un serial de acciones por las instituciones electorales que responden a las actuales condiciones políticas y sociales, y que marcan el 8 de septiembre como arranque del proceso electoral, fecha que se mantiene inalterable, porque no será la mejor actitud promover que se posponga, porque de inmediato se proyectará una pésima imagen de Zacatecas en el horizonte nacional. ¿Por qué? Porque intentar un retroceso legislativo en materia electoral, será craso error; significaría romper el esfuerzo nacional por estandarizar las fechas electorales en México, las federales y locales, una decisión del Congreso de la Unión y de las Legislaturas de los Estados, de manera que sería grave contradicción y un paso atrás de Zacatecas, operar en contra de ese proceso de homologación ya consolidado.

Se observa que el Instituto Nacional Electoral y los Organismos Públicos Locales Electorales, en este caso el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, establecieron y siguieron protocolos para empatar tareas; es más, de hecho, la organización electoral ya inició en el estado y no puede un extraño impulso irrumpir para quebrar el proceso y dejar sin sustento legal lo ya realizado. Este sería otro riesgo que no se debe correr. Por eso, será conveniente dejar atrás el inútil debate sobre lo ya legislado en lo nacional como local, los argumentos carecen de sustento, hasta en lo económico, porque lo más probable es que los montos sean incrementados por acelerar en menos tiempo, como la integración de los consejos distritales y municipales.

Posponer la fecha inicial del proceso 2021 es un ajuste leve y por ello innecesario, un cambio que sería irrelevante e intrascendente impacto en la vida democrática. Es un intento que se aleja cada vez más, porque además, no hay consenso ni sustento razonable, es solo la intención de una fracción por ganar tiempo al proceso electoral interno y que se promueve por consigna, no del primer priista, sino de quienes buscan generar un conflicto de negativas consecuencias electorales, con lesión a la definición de candidaturas, en especial la de gobernador, por un bloque que pretende excluir a valiosos aspirantes.

La normalidad democrática

No es novedad y menos en Zacatecas, donde se vive y se practica con intensidad, como así ocurrió en la última elección presidencial de 2018, por lo que a estas alturas, será inconveniente sacarse un cambio de la manga, como el posponer la fecha inicial del proceso electoral, que también pecaría de inoportuno y más cuestionable, por atentar contra el diseño nacional, que provocaría un lamentable desprestigio político nacional. Por lo demás, es poco creíble que esa tendenciosa iniciativa convenza al primer priista del estado, porque se ha visto cómo con prudencia, responsabilidad e inteligencia, el gobernante se ha mostrado consecuente con las políticas nacionales y lo electoral no será la excepción.

Hablando de las normalidades en boga en medio de las más severas crisis de inseguridad, económica y ahora sanitaria por el virus maldito, la normalidad democrática pronto se reafirmará con el proceso electoral 2021, en una elección concurrente, es decir elección federal de 4 legisladores para la Cámara de Diputados y la elección local de gobernador, de 30 diputados locales y los 58 ayuntamientos, y para ello, transcurre la organización de un proceso justo y equitativo, donde los ciudadanos con sus votos, van a elegir a sus autoridades.

Está en marcha un serial de acciones por las instituciones electorales que responden a las actuales condiciones políticas y sociales, y que marcan el 8 de septiembre como arranque del proceso electoral, fecha que se mantiene inalterable, porque no será la mejor actitud promover que se posponga, porque de inmediato se proyectará una pésima imagen de Zacatecas en el horizonte nacional. ¿Por qué? Porque intentar un retroceso legislativo en materia electoral, será craso error; significaría romper el esfuerzo nacional por estandarizar las fechas electorales en México, las federales y locales, una decisión del Congreso de la Unión y de las Legislaturas de los Estados, de manera que sería grave contradicción y un paso atrás de Zacatecas, operar en contra de ese proceso de homologación ya consolidado.

Se observa que el Instituto Nacional Electoral y los Organismos Públicos Locales Electorales, en este caso el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, establecieron y siguieron protocolos para empatar tareas; es más, de hecho, la organización electoral ya inició en el estado y no puede un extraño impulso irrumpir para quebrar el proceso y dejar sin sustento legal lo ya realizado. Este sería otro riesgo que no se debe correr. Por eso, será conveniente dejar atrás el inútil debate sobre lo ya legislado en lo nacional como local, los argumentos carecen de sustento, hasta en lo económico, porque lo más probable es que los montos sean incrementados por acelerar en menos tiempo, como la integración de los consejos distritales y municipales.

Posponer la fecha inicial del proceso 2021 es un ajuste leve y por ello innecesario, un cambio que sería irrelevante e intrascendente impacto en la vida democrática. Es un intento que se aleja cada vez más, porque además, no hay consenso ni sustento razonable, es solo la intención de una fracción por ganar tiempo al proceso electoral interno y que se promueve por consigna, no del primer priista, sino de quienes buscan generar un conflicto de negativas consecuencias electorales, con lesión a la definición de candidaturas, en especial la de gobernador, por un bloque que pretende excluir a valiosos aspirantes.

La normalidad democrática

No es novedad y menos en Zacatecas, donde se vive y se practica con intensidad, como así ocurrió en la última elección presidencial de 2018, por lo que a estas alturas, será inconveniente sacarse un cambio de la manga, como el posponer la fecha inicial del proceso electoral, que también pecaría de inoportuno y más cuestionable, por atentar contra el diseño nacional, que provocaría un lamentable desprestigio político nacional. Por lo demás, es poco creíble que esa tendenciosa iniciativa convenza al primer priista del estado, porque se ha visto cómo con prudencia, responsabilidad e inteligencia, el gobernante se ha mostrado consecuente con las políticas nacionales y lo electoral no será la excepción.