/ sábado 1 de agosto de 2020

Crónica del poder │ Instituciones electorales a la altura de la historia

Nos parece que la ruta de la democracia mexicana no ha cambiado, aún en la cuarta transformación se ensanchan y se afianzan caminos hacia el perfeccionamiento, una evolución que impulsan los ciudadanos cada vez más informados y que acrecientan su participación política para dar más certidumbre, estabilidad social y confianza en las instituciones. En este sentido, el lunes anterior aquí mismo sustentamos que con la designación de los 4 nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral, se frustraron los intentos por supeditar su autonomía e independencia y que prevalecen los principios rectores de legalidad, certeza, objetividad e imparcialidad; por consecuencia, nunca podrá ocurrir que el INE ni los organismos públicos locales electorales como el IEEZ, se coloquen al margen de la ley y avalen un fraude electoral.

Viene al caso comentarlo, porque en su columna del miércoles pasado, David Monreal se ubica en Zacatecas con el tema de las instituciones electorales y se cuestiona, ¿estará el IEEZ a la altura de la historia? Sin duda, le pueden responder sus integrantes, los mismos que organizarán y realizarán los comicios de 2021, a los que señala "con la reticencia que cargan por sus actos y omisiones que derivaron en el triunfo del candidato oficial en las pasadas elecciones, retrasando la ya urgente transformación que reclama Zacatecas."

De hecho, el político fresnillense plantea una postura respecto del papel de la autoridad electoral, sobre procesos electorales pasados y el que viene; desde su ambivalencia como funcionario federal y aspirante a gobernador, le brotan dudas y desconfianza, lo que motiva a precisar que el proceso electoral aún no comienza, de manera que sus opiniones pueden ser consideradas o interpretadas como actos anticipados de campaña y, ¿ qué necesidad ? De acuerdo con él, la sociedad exige un compromiso ético y moral con la verdad, la honestidad y la justicia, y desterrar el fraude y la impunidad, y retoma las expresiones presidenciales de "que habrá vigilancia especial para evitar imposiciones, para no defraudar a la ciudadanía."

Hablar de autoridades electorales fraudulentas sin ofrecer pruebas fehacientes, a nadie beneficia y sí abonan a la desconfianza ciudadana, lo que es cuestionable, porque a esas autoridades correspondió, por ejemplo la organización y realización de los comicios 2018, y poner en duda su actuación apegada a Derecho, estaría afectando la elección del Presidente de la República, del Congreso de la Unión y de las autoridades locales, en su legalidad y legitimidad.

Más todavía, ninguno de los eventuales fraudes que refieren, fueron sustentados y resueltos por la autoridad jurisdiccional, ni de la elección presidencial ni la local, por lo que la autoridad electoral estará en pleno derecho a reivindicar su honorabilidad, mismo derecho que le puede asistir a algunos de los integrantes de la Familia MONREAL, dada la imputación de delitos que a la postre no merecieron la emisión de sentencias condenatorias, como se argumenta en el libro La infamia. O sea, la misma vara para valorar un caso, como el otro.

Es más, a ninguna autoridad, en este caso la electoral, se le podrá extender un cheque en blanco para que actúe como mejor le parezca en apego o desapego a Derecho. Pero sí es responsabilidad de los partidos, sus candidatos, los actores políticos y la ciudadanía, contribuir desde ya y por siempre, sin dar un paso atrás en la transformación de Zacatecas, con autoridades electorales fieles a los principios de legalidad, certeza, autonomía e imparcialidad, porque han consolidado la confianza social y la credibilidad ciudadana.

Nos parece que la ruta de la democracia mexicana no ha cambiado, aún en la cuarta transformación se ensanchan y se afianzan caminos hacia el perfeccionamiento, una evolución que impulsan los ciudadanos cada vez más informados y que acrecientan su participación política para dar más certidumbre, estabilidad social y confianza en las instituciones. En este sentido, el lunes anterior aquí mismo sustentamos que con la designación de los 4 nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral, se frustraron los intentos por supeditar su autonomía e independencia y que prevalecen los principios rectores de legalidad, certeza, objetividad e imparcialidad; por consecuencia, nunca podrá ocurrir que el INE ni los organismos públicos locales electorales como el IEEZ, se coloquen al margen de la ley y avalen un fraude electoral.

Viene al caso comentarlo, porque en su columna del miércoles pasado, David Monreal se ubica en Zacatecas con el tema de las instituciones electorales y se cuestiona, ¿estará el IEEZ a la altura de la historia? Sin duda, le pueden responder sus integrantes, los mismos que organizarán y realizarán los comicios de 2021, a los que señala "con la reticencia que cargan por sus actos y omisiones que derivaron en el triunfo del candidato oficial en las pasadas elecciones, retrasando la ya urgente transformación que reclama Zacatecas."

De hecho, el político fresnillense plantea una postura respecto del papel de la autoridad electoral, sobre procesos electorales pasados y el que viene; desde su ambivalencia como funcionario federal y aspirante a gobernador, le brotan dudas y desconfianza, lo que motiva a precisar que el proceso electoral aún no comienza, de manera que sus opiniones pueden ser consideradas o interpretadas como actos anticipados de campaña y, ¿ qué necesidad ? De acuerdo con él, la sociedad exige un compromiso ético y moral con la verdad, la honestidad y la justicia, y desterrar el fraude y la impunidad, y retoma las expresiones presidenciales de "que habrá vigilancia especial para evitar imposiciones, para no defraudar a la ciudadanía."

Hablar de autoridades electorales fraudulentas sin ofrecer pruebas fehacientes, a nadie beneficia y sí abonan a la desconfianza ciudadana, lo que es cuestionable, porque a esas autoridades correspondió, por ejemplo la organización y realización de los comicios 2018, y poner en duda su actuación apegada a Derecho, estaría afectando la elección del Presidente de la República, del Congreso de la Unión y de las autoridades locales, en su legalidad y legitimidad.

Más todavía, ninguno de los eventuales fraudes que refieren, fueron sustentados y resueltos por la autoridad jurisdiccional, ni de la elección presidencial ni la local, por lo que la autoridad electoral estará en pleno derecho a reivindicar su honorabilidad, mismo derecho que le puede asistir a algunos de los integrantes de la Familia MONREAL, dada la imputación de delitos que a la postre no merecieron la emisión de sentencias condenatorias, como se argumenta en el libro La infamia. O sea, la misma vara para valorar un caso, como el otro.

Es más, a ninguna autoridad, en este caso la electoral, se le podrá extender un cheque en blanco para que actúe como mejor le parezca en apego o desapego a Derecho. Pero sí es responsabilidad de los partidos, sus candidatos, los actores políticos y la ciudadanía, contribuir desde ya y por siempre, sin dar un paso atrás en la transformación de Zacatecas, con autoridades electorales fieles a los principios de legalidad, certeza, autonomía e imparcialidad, porque han consolidado la confianza social y la credibilidad ciudadana.