/ lunes 10 de mayo de 2021

Crónica del poder │ La madre de todas las batallas

Antes que todo, hay que decirlo al aire, a los 4 vientos: ¡Felicidades a todas las madres! Un día como éste de hoy, lleno de alegrías para muchos, digamos que para todos, porque, ¿quién no lo celebra?, aún sin tenerla físicamente porque se haya ido a los cielos, los recuerdos, las lecciones, los ejemplos, sus esfuerzos, sacrificios y la entrega plena y amorosa a los hijos, nietos y la familia toda, la hacen permanente, inolvidable. Y claro, que gran privilegio, que vivencia colmada de felicidad para quienes la tenemos frente a nosotros y a diario hace posible nuestra felicidad. Por eso, es imposible olvidar este Día de la madre y todos los días que lo son, porque para ella nunca terminan de dar amor, consejos, regaños, son el gran motivo y objetivo de vivir juntos en familia, en comunidad y en armonía. Felicidades madre mía, felicidades a todas las madrecitas de Jerez, de Juchipila, de Loreto, de Sombrerete, de Mazapil allá en el desierto, todas en nuestro Zacatecas, que estén llenas de dicha y felicidad.

Justamente hoy, nos encontramos a 23 días de que cesen las campañas electorales y a 26 del Domingo 6 de junio, la histórica fecha electoral cuando los ciudadanos habremos de sostener con el voto, la estabilidad social, recuperar la seguridad, superar incertidumbres, mantener inviolables autonomía e independencias de las instituciones, alcanzar otra vez la normalidad democrática para que el país enderece el rumbo, porque todos tengamos que asumir la formidable responsabilidad de decidir el futuro de México y Zacatecas, y tiene que ser a través del sufragio libre, limpio, digno e inalterable en su emisión ante las urnas y en el recuento que hagan los ciudadanos en las casillas.

La realidad electoral que se observa, es una lucha desigual y en la inequidad, porque entre todos los actores son tremendas e injustas la diferencias en la tenencia y ejercicio de recursos e instrumentos para dar una vigorosa y apasionada batalla. Pero aún así, la contienda sigue, y por fortuna avanza en condiciones de legalidad, convivencia ideológica y con respetabilidad en la pluralidad, aunque a veces y no faltan las expresiones, manifestaciones y ofensivas de guerra sucia y denigrantes descalificaciones, pero se avanza sin rompimientos de la paz social, como un ejército dispuesto a defender con todo y ante todo, la dignidad ciudadana.

No se atisban barruntos de violencia y sí se perciben escenarios donde la voracidad desde el poder tenga que ceder ante la fuerza democrática del más consciente y poderoso "pueblo bueno y sabio". Hay de aquel que pretenda e intente la bruta injerencia para desde ahora cambiar el rumbo hacia sus realidades muy personales y ambiciosas, porque entonces los votos tendrán que hacer que el estado y sus instituciones caminen hacia el futuro sin esos vulgares autoritarios de poder, que todavía los hay y deambulan todos los días y por todos los caminos sembrando sus mentiras, falsas promesas y sueños reducidos a caprichos y veleidades.

Nos parece que la gente, los ciudadanos, la sociedad entera aspiran a decidir en elecciones limpias y claras, en las que prevalezcan la legalidad, la transparencia, la imparcialidad y el respeto a los resultados, justamente en el día de la madre de todas las libertades, la Libertad de Expresión, el 7 de junio, el día después de la que será histórica jornada electoral y en la que el pueblo seguramente dará otra lección democrática, porque decida rechazar las soberbias, arrogancias, prepotencia e imposición de prácticas polarizantes, de confrontación y de división entre los mexicanos. Está muy claro, los paladines de la democracia son los ciudadanos, no están en el poder. Así pues, todo camina a toda madre, con todo respeto a ellas, hacia la madre de todas las batallas, la elección del Domingo 6 de junio.

Antes que todo, hay que decirlo al aire, a los 4 vientos: ¡Felicidades a todas las madres! Un día como éste de hoy, lleno de alegrías para muchos, digamos que para todos, porque, ¿quién no lo celebra?, aún sin tenerla físicamente porque se haya ido a los cielos, los recuerdos, las lecciones, los ejemplos, sus esfuerzos, sacrificios y la entrega plena y amorosa a los hijos, nietos y la familia toda, la hacen permanente, inolvidable. Y claro, que gran privilegio, que vivencia colmada de felicidad para quienes la tenemos frente a nosotros y a diario hace posible nuestra felicidad. Por eso, es imposible olvidar este Día de la madre y todos los días que lo son, porque para ella nunca terminan de dar amor, consejos, regaños, son el gran motivo y objetivo de vivir juntos en familia, en comunidad y en armonía. Felicidades madre mía, felicidades a todas las madrecitas de Jerez, de Juchipila, de Loreto, de Sombrerete, de Mazapil allá en el desierto, todas en nuestro Zacatecas, que estén llenas de dicha y felicidad.

Justamente hoy, nos encontramos a 23 días de que cesen las campañas electorales y a 26 del Domingo 6 de junio, la histórica fecha electoral cuando los ciudadanos habremos de sostener con el voto, la estabilidad social, recuperar la seguridad, superar incertidumbres, mantener inviolables autonomía e independencias de las instituciones, alcanzar otra vez la normalidad democrática para que el país enderece el rumbo, porque todos tengamos que asumir la formidable responsabilidad de decidir el futuro de México y Zacatecas, y tiene que ser a través del sufragio libre, limpio, digno e inalterable en su emisión ante las urnas y en el recuento que hagan los ciudadanos en las casillas.

La realidad electoral que se observa, es una lucha desigual y en la inequidad, porque entre todos los actores son tremendas e injustas la diferencias en la tenencia y ejercicio de recursos e instrumentos para dar una vigorosa y apasionada batalla. Pero aún así, la contienda sigue, y por fortuna avanza en condiciones de legalidad, convivencia ideológica y con respetabilidad en la pluralidad, aunque a veces y no faltan las expresiones, manifestaciones y ofensivas de guerra sucia y denigrantes descalificaciones, pero se avanza sin rompimientos de la paz social, como un ejército dispuesto a defender con todo y ante todo, la dignidad ciudadana.

No se atisban barruntos de violencia y sí se perciben escenarios donde la voracidad desde el poder tenga que ceder ante la fuerza democrática del más consciente y poderoso "pueblo bueno y sabio". Hay de aquel que pretenda e intente la bruta injerencia para desde ahora cambiar el rumbo hacia sus realidades muy personales y ambiciosas, porque entonces los votos tendrán que hacer que el estado y sus instituciones caminen hacia el futuro sin esos vulgares autoritarios de poder, que todavía los hay y deambulan todos los días y por todos los caminos sembrando sus mentiras, falsas promesas y sueños reducidos a caprichos y veleidades.

Nos parece que la gente, los ciudadanos, la sociedad entera aspiran a decidir en elecciones limpias y claras, en las que prevalezcan la legalidad, la transparencia, la imparcialidad y el respeto a los resultados, justamente en el día de la madre de todas las libertades, la Libertad de Expresión, el 7 de junio, el día después de la que será histórica jornada electoral y en la que el pueblo seguramente dará otra lección democrática, porque decida rechazar las soberbias, arrogancias, prepotencia e imposición de prácticas polarizantes, de confrontación y de división entre los mexicanos. Está muy claro, los paladines de la democracia son los ciudadanos, no están en el poder. Así pues, todo camina a toda madre, con todo respeto a ellas, hacia la madre de todas las batallas, la elección del Domingo 6 de junio.