/ jueves 21 de enero de 2021

Crónica del poder │ La vacunación del caos

Al gobernador Alejandro Tello no le faltan razones y le sobran argumentos para cuestionar el mecanismo de vacunación antiCovid que se aplica en Zacatecas. Es una irrefutable realidad que hay malestar, alteraciones y actos de protesta, no solo entre las aspirantes a ser vacunados, que son muchos y desesperados, y entre los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud que son la primera línea en el frente de batalla contra la letal pandemia que azota al país y nuestro estado.

Primero, al seno de la Conferencia Nacional de Gobernadores, de la que es Vicepresidente y ante la presencia de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el Secretario de Salud, Jorge Alcocer; y el Subsecretario Hugo López-Gatell, aunque sutil, Tello fue directo para exigir sea replanteada la estrategia de vacunación y que sea revalorada la participación del personal de salud en este proceso, porque al intervenir los Servidores de la Nación que son personas de los Programas de Bienestar del gobierno federal, "nos queda la sensación de que éste se torna en un tema político", puesto que se ha desplazado la estructura de vacunación, que desde hace décadas y desde las instituciones de salud cumplen la tarea con óptima eficiencia.

Resulta por demás peligroso porque diariamente se pierden vidas y urge aplicar las vacunas con efectividad. O sea, al señalar que el evento se torna político, la interpretación que la gente y en el sector salud se tiene, es que hay insanos propósitos electorales en el programa de vacunación, lo que ya no es sospecha o insinuación, porque en todo el país se extiende el descontento y se incrementan las denuncias por esa torcida decisión que se traduce en desigualdad, injusticia social y la más penosa desviación de un objetivo de salud pública, que solo eso debe ser, muy alejado de los votos partidistas y de los candidatos, sean morenos, priistas, panistas o perredistas.

Los otros datos que se tienen solo en Zacatecas, ilustran la dimensión de la tragedia mortal provocada por el virus maldito, ayer mismo el titular de nuestro periódico lo dice todo: Han muerto ya 29 médicos y 10 enfermeras, amén de los más de 23 mil 300 positivos acumulados y la tristeza por los más de 2 mil 200 decesos. Cifras que no solo deben preocupar, sino alarmar a cualquier cristiano o simple mortal que mal gobierna y mal conduce la estrategia contra la pandemia y por la vacunación universal. Con la vida no se juega y ventilar esos programas al contagio político electoral, es un comportamiento condenable y repudiable que la gente no perdonará y lo cobrará precisamente donde lo quieren llevar, en las urnas del 6 de junio.

Es claro el tinte electoral

De la estrategia de vacunación, porque sí resulta inconcebible que en cada muestra de vacunación participan 12 personas, entre ellas 2 servidores de la nación, un promotor de los programas de bienestar, otro de las becas Benito Juárez, 2 voluntarios, uno del Ejército y uno más de la Guardia Nacional, una enfermera o enfermero. Toda una aberración y el desplazamiento de las brigadas de vacunación de las instituciones de salud. Se advierte pues, que no hay cuidado, total ausencia de sensibilidad social, irresponsabilidad ante el compromiso de garantizar la salud y una permanente destrucción de la confianza social ante la campaña de salud y también ante el proceso electoral.

Al gobernador Alejandro Tello no le faltan razones y le sobran argumentos para cuestionar el mecanismo de vacunación antiCovid que se aplica en Zacatecas. Es una irrefutable realidad que hay malestar, alteraciones y actos de protesta, no solo entre las aspirantes a ser vacunados, que son muchos y desesperados, y entre los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud que son la primera línea en el frente de batalla contra la letal pandemia que azota al país y nuestro estado.

Primero, al seno de la Conferencia Nacional de Gobernadores, de la que es Vicepresidente y ante la presencia de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el Secretario de Salud, Jorge Alcocer; y el Subsecretario Hugo López-Gatell, aunque sutil, Tello fue directo para exigir sea replanteada la estrategia de vacunación y que sea revalorada la participación del personal de salud en este proceso, porque al intervenir los Servidores de la Nación que son personas de los Programas de Bienestar del gobierno federal, "nos queda la sensación de que éste se torna en un tema político", puesto que se ha desplazado la estructura de vacunación, que desde hace décadas y desde las instituciones de salud cumplen la tarea con óptima eficiencia.

Resulta por demás peligroso porque diariamente se pierden vidas y urge aplicar las vacunas con efectividad. O sea, al señalar que el evento se torna político, la interpretación que la gente y en el sector salud se tiene, es que hay insanos propósitos electorales en el programa de vacunación, lo que ya no es sospecha o insinuación, porque en todo el país se extiende el descontento y se incrementan las denuncias por esa torcida decisión que se traduce en desigualdad, injusticia social y la más penosa desviación de un objetivo de salud pública, que solo eso debe ser, muy alejado de los votos partidistas y de los candidatos, sean morenos, priistas, panistas o perredistas.

Los otros datos que se tienen solo en Zacatecas, ilustran la dimensión de la tragedia mortal provocada por el virus maldito, ayer mismo el titular de nuestro periódico lo dice todo: Han muerto ya 29 médicos y 10 enfermeras, amén de los más de 23 mil 300 positivos acumulados y la tristeza por los más de 2 mil 200 decesos. Cifras que no solo deben preocupar, sino alarmar a cualquier cristiano o simple mortal que mal gobierna y mal conduce la estrategia contra la pandemia y por la vacunación universal. Con la vida no se juega y ventilar esos programas al contagio político electoral, es un comportamiento condenable y repudiable que la gente no perdonará y lo cobrará precisamente donde lo quieren llevar, en las urnas del 6 de junio.

Es claro el tinte electoral

De la estrategia de vacunación, porque sí resulta inconcebible que en cada muestra de vacunación participan 12 personas, entre ellas 2 servidores de la nación, un promotor de los programas de bienestar, otro de las becas Benito Juárez, 2 voluntarios, uno del Ejército y uno más de la Guardia Nacional, una enfermera o enfermero. Toda una aberración y el desplazamiento de las brigadas de vacunación de las instituciones de salud. Se advierte pues, que no hay cuidado, total ausencia de sensibilidad social, irresponsabilidad ante el compromiso de garantizar la salud y una permanente destrucción de la confianza social ante la campaña de salud y también ante el proceso electoral.