/ jueves 16 de junio de 2022

Crónica del poder │ Las corcholatas, vulgar juego electoral

La polémica está en la perspectiva electoral hacia el 2024 y hasta el momento, Zacatecas está directamente vinculado al proceso interno de Morena por la selección del candidato presidencial, por la notable participación y la deliberada exclusión del senador Ricardo Monreal en el proyecto de las corcholatas, denominación vulgar e indigna con que el presidente Andrés Manuel López Obrador marcó a sus Secretarios Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, y a la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ausencia del zacatecano que más resaltó como valioso vacío, en el evento multitudinario y electoral del partido Morena en Toluca, Estado de México, trato diferenciado que más ganó por excluido y por consecuencia, se motivó a la denuncia y a la exigencia que lo fortalecen.

Si en el 98, como Presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, el PRD, Andrés Manuel López Obrador se la partió en serio para impulsar a Ricardo Monreal a la gubernatura de Zacatecas, ahora, en la batalla por la Presidencia de la República, no es el caso y contrariamente, el Presidente lo saca de la jugada en su partido, para sólo empujar a su preferida Claudia Sheinbaum, para que lo suceda en el Palacio Nacional.

La tendencia a concentrar el poder de decisión en el Presidente, se mantiene con gran preponderancia política a través de su movimiento que involucra a Morena y los aliados del Verde y Partido del Trabajo, y las recientes victorias electorales en 4 de 6 gobiernos estatales, que han desatado una oleada de triunfalismos que se extreman con prepotencia, reavivan los peligros del autoritarismo y los riesgos de que la democracia sea deformada y desviada con el argumento de la transformación, y con la estrategia de que todo lo que promueven aún en la ilegalidad, sea legitimado porque lo cobijan el pueblo y el líder nacional del movimiento, López Obrador.

A simple vista, a la gente sin militancia partidista, ni morenista o priista, a panistas y perredistas, a los verdes, rojos y naranjas, como ciudadanos y simples mortales, se indignan y les irrita o les calienta que se les trata como ingenuos o inocentes; los partidos en el poder y sus liderazgos no admiten que los ciudadanos ya no se chupan el dedo y que intentar engañarlos como descaradamente y anti democráticamente se hace, es un comportamiento burdo, altanero, irrespetuoso e inmoral. No se vale, aunque puedan haber conformistas que obedezcan ciegamente, con lealtad ciega e incondicional.

Desde la sociedad, y los ciudadanos cada vez más informados, reflexivos y críticos, ese llamado de López Obrador a que no se limite a nadie en el proceso de selección del candidato o candidata de Morena a la Presidencia de la República, más parece falaz y una simulación, aunque parezca ceder un poco al proponer una segunda vuelta y llamar a integrar al zacatecano Ricardo Monreal. Afirmar que no intervendrá en la definición de la candidatura, es una burla, todo mundo sabe que desde ahora la definición está encima de Claudia Sheinbaum y que los planes B son los Secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores.

Frente a esos condicionamientos, el exgobernador Monreal y líder de Morena en el Senado de la República, reacciona con prudencia y moderación, ofrece la fiesta en paz, pero deja muy claro que el mitin de Toluca es acto anticipado de campaña y que la exclusión llevará a la división en Morena, lo que no quiere ni desea.

La polémica está en la perspectiva electoral hacia el 2024 y hasta el momento, Zacatecas está directamente vinculado al proceso interno de Morena por la selección del candidato presidencial, por la notable participación y la deliberada exclusión del senador Ricardo Monreal en el proyecto de las corcholatas, denominación vulgar e indigna con que el presidente Andrés Manuel López Obrador marcó a sus Secretarios Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, y a la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ausencia del zacatecano que más resaltó como valioso vacío, en el evento multitudinario y electoral del partido Morena en Toluca, Estado de México, trato diferenciado que más ganó por excluido y por consecuencia, se motivó a la denuncia y a la exigencia que lo fortalecen.

Si en el 98, como Presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, el PRD, Andrés Manuel López Obrador se la partió en serio para impulsar a Ricardo Monreal a la gubernatura de Zacatecas, ahora, en la batalla por la Presidencia de la República, no es el caso y contrariamente, el Presidente lo saca de la jugada en su partido, para sólo empujar a su preferida Claudia Sheinbaum, para que lo suceda en el Palacio Nacional.

La tendencia a concentrar el poder de decisión en el Presidente, se mantiene con gran preponderancia política a través de su movimiento que involucra a Morena y los aliados del Verde y Partido del Trabajo, y las recientes victorias electorales en 4 de 6 gobiernos estatales, que han desatado una oleada de triunfalismos que se extreman con prepotencia, reavivan los peligros del autoritarismo y los riesgos de que la democracia sea deformada y desviada con el argumento de la transformación, y con la estrategia de que todo lo que promueven aún en la ilegalidad, sea legitimado porque lo cobijan el pueblo y el líder nacional del movimiento, López Obrador.

A simple vista, a la gente sin militancia partidista, ni morenista o priista, a panistas y perredistas, a los verdes, rojos y naranjas, como ciudadanos y simples mortales, se indignan y les irrita o les calienta que se les trata como ingenuos o inocentes; los partidos en el poder y sus liderazgos no admiten que los ciudadanos ya no se chupan el dedo y que intentar engañarlos como descaradamente y anti democráticamente se hace, es un comportamiento burdo, altanero, irrespetuoso e inmoral. No se vale, aunque puedan haber conformistas que obedezcan ciegamente, con lealtad ciega e incondicional.

Desde la sociedad, y los ciudadanos cada vez más informados, reflexivos y críticos, ese llamado de López Obrador a que no se limite a nadie en el proceso de selección del candidato o candidata de Morena a la Presidencia de la República, más parece falaz y una simulación, aunque parezca ceder un poco al proponer una segunda vuelta y llamar a integrar al zacatecano Ricardo Monreal. Afirmar que no intervendrá en la definición de la candidatura, es una burla, todo mundo sabe que desde ahora la definición está encima de Claudia Sheinbaum y que los planes B son los Secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores.

Frente a esos condicionamientos, el exgobernador Monreal y líder de Morena en el Senado de la República, reacciona con prudencia y moderación, ofrece la fiesta en paz, pero deja muy claro que el mitin de Toluca es acto anticipado de campaña y que la exclusión llevará a la división en Morena, lo que no quiere ni desea.