/ domingo 21 de febrero de 2021

Crónica del poder │ Los innombrables se multiplican

Es ofensivo culpar al gobierno de usar el plan nacional de vacunación con fines electorales, no hay intención alguna de actuar de manera ilegal o perversa, eso lo ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero, además, pidió a la población denunciar si alguien se pasa de abusivo, para identificar y castigar a los culpables. El dicho presidencial se ajusta al caso de Bañón, Villa de Cos, porque es contrasentido y absurda contradicción al presidente, haber procedido en actitud clasista y elitista al vacunar a un grupo de notables vecinos de los exclusivos cotos de Bernárdez, Las Cañadas y Sierra de Alica. La merecen, pero todavía no les corresponde, deben esperar.

Un hecho construido con perversidad que de ninguna manera es ofensa al gobierno, es ofensa a la gente pobre y marginada que fue desplazada por la torpeza, una más de los servidores de la Nación que en Zacatecas conduce la delegada de los Programas de Bienestar, Verónica Díaz, que ponen en un brete y entredicho al Presidente, por un tráfico de influencias organizado, promovido y ejecutado por las huestes morenistas, una evidencia que pretende ser cínicamente revertida al acusar que es detestable que se quiera politizar la jornada de vacunación, cuando son esos funcionarios federales ya estigmatizados como promotores del voto a favor de un candidato, los que con flagrancia la utilizan políticamente, aunque ella lance la inventiva de que se trata de un comportamiento que "no fue ilegal sino inmoral".

Verónica Díaz hace inútiles esfuerzos por "lavarse las manos", porque es ella la responsable número uno del programa y está obligada a rendir cuentas. No tiene argumentos razonables ni convincentes para eludir su responsabilidad, ya que además, señalar que el personal de los puntos de vacunación está impedido para negar la atención a las personas mayores que acuden, pues el único requisito es que tengan los 60 años cumplidos, es de hecho avalar que haya movilizaciones grupales a los centros de aplicación de vacunas y se interpreta que deben tener preparados y convocados a otros grupos para que se adelanten a la inoculación como si fueran la máxima prioridad y urgencia.

Los vacunados preferencialmente en Bañón, "han sido objeto de un linchamiento perverso", acusó Verónica Díaz para solo aventar la pelota caliente a sus subordinados y con el ánimo de perfilar chivos expiatorios, para que sean ellos los sancionados y no ella, la verdadera autora de los desvíos y torpezas. Hasta el alcalde fresnillense Saúl Monreal condenó los hechos y exigió más responsabilidad en el programa de vacunación, para que sean evitados los privilegios y preferencias clasistas, que hay que decirlo, ofenden a los ancianos o adultos mayores que siguen a la espera del biológico. Queda muy claro que las y los innombrables se multiplican y provocan daños.

Los sectores sociales

Han sido los que han reaccionado a través de las redes sociales repudiando la detestable estrategia que ensucia las acciones de vacunación que han de ser impecables e incuestionables. Flaco favor le hacen al gobierno de la Cuarta Transformación, a su partido Morena y a sus candidatos, porque como ha manifestado el presidente López Obrador, "traficar con la aplicación de la vacuna con fines electorales, es lo peor." ¿Entonces qué? Para qué inducir dudas y sospechas con la promoción de "acciones malas que parezcan buenas", a la gente ya no se le puede tratar como ingenua o inocente, hay una sociedad y ciudadanos bien informados, que ya no pueden ser engañados más.


Es ofensivo culpar al gobierno de usar el plan nacional de vacunación con fines electorales, no hay intención alguna de actuar de manera ilegal o perversa, eso lo ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero, además, pidió a la población denunciar si alguien se pasa de abusivo, para identificar y castigar a los culpables. El dicho presidencial se ajusta al caso de Bañón, Villa de Cos, porque es contrasentido y absurda contradicción al presidente, haber procedido en actitud clasista y elitista al vacunar a un grupo de notables vecinos de los exclusivos cotos de Bernárdez, Las Cañadas y Sierra de Alica. La merecen, pero todavía no les corresponde, deben esperar.

Un hecho construido con perversidad que de ninguna manera es ofensa al gobierno, es ofensa a la gente pobre y marginada que fue desplazada por la torpeza, una más de los servidores de la Nación que en Zacatecas conduce la delegada de los Programas de Bienestar, Verónica Díaz, que ponen en un brete y entredicho al Presidente, por un tráfico de influencias organizado, promovido y ejecutado por las huestes morenistas, una evidencia que pretende ser cínicamente revertida al acusar que es detestable que se quiera politizar la jornada de vacunación, cuando son esos funcionarios federales ya estigmatizados como promotores del voto a favor de un candidato, los que con flagrancia la utilizan políticamente, aunque ella lance la inventiva de que se trata de un comportamiento que "no fue ilegal sino inmoral".

Verónica Díaz hace inútiles esfuerzos por "lavarse las manos", porque es ella la responsable número uno del programa y está obligada a rendir cuentas. No tiene argumentos razonables ni convincentes para eludir su responsabilidad, ya que además, señalar que el personal de los puntos de vacunación está impedido para negar la atención a las personas mayores que acuden, pues el único requisito es que tengan los 60 años cumplidos, es de hecho avalar que haya movilizaciones grupales a los centros de aplicación de vacunas y se interpreta que deben tener preparados y convocados a otros grupos para que se adelanten a la inoculación como si fueran la máxima prioridad y urgencia.

Los vacunados preferencialmente en Bañón, "han sido objeto de un linchamiento perverso", acusó Verónica Díaz para solo aventar la pelota caliente a sus subordinados y con el ánimo de perfilar chivos expiatorios, para que sean ellos los sancionados y no ella, la verdadera autora de los desvíos y torpezas. Hasta el alcalde fresnillense Saúl Monreal condenó los hechos y exigió más responsabilidad en el programa de vacunación, para que sean evitados los privilegios y preferencias clasistas, que hay que decirlo, ofenden a los ancianos o adultos mayores que siguen a la espera del biológico. Queda muy claro que las y los innombrables se multiplican y provocan daños.

Los sectores sociales

Han sido los que han reaccionado a través de las redes sociales repudiando la detestable estrategia que ensucia las acciones de vacunación que han de ser impecables e incuestionables. Flaco favor le hacen al gobierno de la Cuarta Transformación, a su partido Morena y a sus candidatos, porque como ha manifestado el presidente López Obrador, "traficar con la aplicación de la vacuna con fines electorales, es lo peor." ¿Entonces qué? Para qué inducir dudas y sospechas con la promoción de "acciones malas que parezcan buenas", a la gente ya no se le puede tratar como ingenua o inocente, hay una sociedad y ciudadanos bien informados, que ya no pueden ser engañados más.