Desde ayer, la fórmula para Zacatecas tiene que ser, que Andrés Manuel López Obrador no deje solo a David Monreal Ávila y que el Gobierno Federal ya no abandone al estado, pero además, a la búsqueda de soluciones para superar la emergencia social y rescatar a Zacatecas del ahorcamiento que la violencia e inseguridad imponen, han de sumarse e integrarse las innovadoras inversiones de los empresarios, los esfuerzos de los hombres y mujeres del campo, la poderosa energía de los mineros, la inteligencia de académicos y científicos, la sabiduría de los maestros, la unidad de la clase política plural y la invaluable aportación de los migrantes.
Esas tienen que ser la convicción y pasión para que sean recuperadas la paz y tranquilidad y en ese escenario de esperanza y optimismo, trazar las rutas del crecimiento económico, el incremento a la productividad y producción, y creativamente encarar las grandes prioridades hasta reencontrar los equilibrios que han de generar estabilidad y certidumbre.
Llegó el momento tan reclamado y esperado, el vigoroso impulse presidencial López Obrador, tienen que hacer lo suyo, cumplir con la obligación federalista e institucional de canalizar los recursos suficientes para pronto alcanzar las metas que la Cuarta Transformación ha formulado para Zacatecas. La palabra compromiso del Presidente quedó grabada en cada zacatecano y no puede haber regreso y sí vuelta de hoja que deje atrás los escenarios de tragedias, rezagos, retrocesos, desigualdad y los abusos de corrupción e impunidad.
De acuerdo, primero los pobres, los jodidos, los más necesitados, pero sin dejar de lado la vitalidad, creatividad, determinación y la firme decisión de todos los sectores sociales y productivos para emprender junto a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, las más eficaces y renovadoras estrategias de desarrollo, porque hay plena conciencia de la responsabilidad compartida, ni el gobierno federal tiene que hacerlo todo, ni el gobierno estatal puede darse el lujo de omitir, marginar o ignorar las fortalezas de la comunión social que quiere construir.
Procede pues la convocatoria a todas las fuerzas políticas y sociales, a los presidentes municipales sin distinción de partidos o ideologías, el llamado a los legisladores federales y locales, a los notables zacatecanos aquí y allá, porque ésta tienen que ser la hora de la verdad, los momentos de acumulación de pasiones y acciones hasta consolidar la restauración del gran anhelo de paz social y tranquilidad, lo que implica contener la violencia y superar la inseguridad. Que así sea.