/ viernes 13 de noviembre de 2020

Crónica del Poder │ PAN-PRI-PRD, Mantienen alianza invariable

La irrupción de Jesús Zambrano en el proceso interno de Zacatecas sobre la construcción de la alianza PAN-PRI-PRD, con aseveraciones exaltadas, sin ponderación ni respeto hacia sus correligionarios locales, es otro testimonio de cómo las abyecciones centralistas atentan y hacen daño a los estados, para solo exhibir un férreo mandato que viene a enrarecer la atmósfera de acercamientos, entendimientos y negociación para la construcción de una alianza local que él mismo pregonó al tomar posesión.

Como dirigente nacional Zambrano tiene derecho a opinar, pero ya no a imponer para cambiar decisiones producto de una valoraciòn, análisis y debate que ya está bien cuajado entre perredistas, panistas y priistas, con puerta abierta al Movimiento Ciudadano y que han perfilado a Adolfo Bonilla como el más probable abanderado de su alianza para atajar la poderosa ofensiva de las fuerzas de la cuarta transformación y el 6 de junio refrendar la gubernatura del estado.

Muy seguramente, el Chucho del PRD está confundido y hasta desinformado o no ha tomado en serio el desarrollo de los esfuerzos de sus dirigentes y militantes en Zacatecas e insiste en promover un debate que a éstas alturas ya es tardío y estéril, porque si él tiene compromisos por otros rumbos, no son los de su partido en el estado. Frente a esa prefiguración política desde lo nacional, la postura asumida aquí por Arturo Ortiz Méndez fue directa porque "es lamentable e irresponsable la descalificación" de la alianza con PAN y PRI, y lo conminó a no actuar como dueño del partido y con actitudes mesiánicas como se promueven en otras organizaciones políticas.

Ciertamente y aunque algunas fuerzas oficialistas quieran impedir esa conjunción de fuerzas políticas para combatir las anunciadas ambiciones de Morena y aliados, la coalición se concretará y no estará en riesgo por esa voz discordante e irrespetuosa. Hay razón en argumentar que Ortiz Méndez ya no tiene representación en el PRD, pero para la militancia y cuadros perredistas en la dirigencia estatal y los municipios, es inaceptable que se pretenda destruir lo edificado y avanzado con un juicio crítico que parece hacer el juego a los adversarios, cuando mejor han de emitir una definición de claro respaldo para no abrir un escenario de dudas, desorientación y derrotismo.

El rechazo del dirigente nacional del PRD está más orientado a Ortiz Méndez y mantiene intocable la figura de Adolfo Bonilla, quien tendrá que retomar voluntad política y reiterar los recíprocos acuerdos con los aliados, de manera que la vía de la alianza y coalición se mantiene invariable.

No hay diálogo de sordos

Entre el PAN, PRI y PRD, al contrario persisten los acercamientos, negocian y construyen hasta consolidar la alianza, porque juntos han decidido cancelar confrontación y la dañina polarización, han entendido que continuar en esa vía será darles armas a los adversarios y ante las militancias, ciudadanía y sociedad sería exhibir debilidad y sobre todo, una coalición amenazada por la fragilidad y los rompimientos. Es indudable que desde el PRI, Enrique Flores Mendoza y por el PAN, Noemí Berenice Luna, habrán de retomar ese diálogo productivo de concertación, coincidencias y suma de diferencias, para actuar con inteligencia y compromiso en el amarre de sus aliados del PRD, más el Partido Movimiento Ciudadano de Felipe Álvarez y Jorge Álvarez Máynez.

La irrupción de Jesús Zambrano en el proceso interno de Zacatecas sobre la construcción de la alianza PAN-PRI-PRD, con aseveraciones exaltadas, sin ponderación ni respeto hacia sus correligionarios locales, es otro testimonio de cómo las abyecciones centralistas atentan y hacen daño a los estados, para solo exhibir un férreo mandato que viene a enrarecer la atmósfera de acercamientos, entendimientos y negociación para la construcción de una alianza local que él mismo pregonó al tomar posesión.

Como dirigente nacional Zambrano tiene derecho a opinar, pero ya no a imponer para cambiar decisiones producto de una valoraciòn, análisis y debate que ya está bien cuajado entre perredistas, panistas y priistas, con puerta abierta al Movimiento Ciudadano y que han perfilado a Adolfo Bonilla como el más probable abanderado de su alianza para atajar la poderosa ofensiva de las fuerzas de la cuarta transformación y el 6 de junio refrendar la gubernatura del estado.

Muy seguramente, el Chucho del PRD está confundido y hasta desinformado o no ha tomado en serio el desarrollo de los esfuerzos de sus dirigentes y militantes en Zacatecas e insiste en promover un debate que a éstas alturas ya es tardío y estéril, porque si él tiene compromisos por otros rumbos, no son los de su partido en el estado. Frente a esa prefiguración política desde lo nacional, la postura asumida aquí por Arturo Ortiz Méndez fue directa porque "es lamentable e irresponsable la descalificación" de la alianza con PAN y PRI, y lo conminó a no actuar como dueño del partido y con actitudes mesiánicas como se promueven en otras organizaciones políticas.

Ciertamente y aunque algunas fuerzas oficialistas quieran impedir esa conjunción de fuerzas políticas para combatir las anunciadas ambiciones de Morena y aliados, la coalición se concretará y no estará en riesgo por esa voz discordante e irrespetuosa. Hay razón en argumentar que Ortiz Méndez ya no tiene representación en el PRD, pero para la militancia y cuadros perredistas en la dirigencia estatal y los municipios, es inaceptable que se pretenda destruir lo edificado y avanzado con un juicio crítico que parece hacer el juego a los adversarios, cuando mejor han de emitir una definición de claro respaldo para no abrir un escenario de dudas, desorientación y derrotismo.

El rechazo del dirigente nacional del PRD está más orientado a Ortiz Méndez y mantiene intocable la figura de Adolfo Bonilla, quien tendrá que retomar voluntad política y reiterar los recíprocos acuerdos con los aliados, de manera que la vía de la alianza y coalición se mantiene invariable.

No hay diálogo de sordos

Entre el PAN, PRI y PRD, al contrario persisten los acercamientos, negocian y construyen hasta consolidar la alianza, porque juntos han decidido cancelar confrontación y la dañina polarización, han entendido que continuar en esa vía será darles armas a los adversarios y ante las militancias, ciudadanía y sociedad sería exhibir debilidad y sobre todo, una coalición amenazada por la fragilidad y los rompimientos. Es indudable que desde el PRI, Enrique Flores Mendoza y por el PAN, Noemí Berenice Luna, habrán de retomar ese diálogo productivo de concertación, coincidencias y suma de diferencias, para actuar con inteligencia y compromiso en el amarre de sus aliados del PRD, más el Partido Movimiento Ciudadano de Felipe Álvarez y Jorge Álvarez Máynez.