/ jueves 14 de enero de 2021

Crónica del Poder │ Politizar todo, es la consigna

Nos acercamos aceleradamente a la fecha electoral del 6 de junio y los cambios que parecen transformaciones evolucionistas, más producen incertidumbre y apuntan a desestabilizar a la sociedad. La esperanza de Zacatecas parece desvanecerse para tornarse desesperanza. Politizar hacia la ingobernabilidad nadie se lo propone, pero todos los caminos se abren hacia horizontes de más tensiones, confrontación, disputas estériles, fracturación de partidos, división de grupos para multiplicar fracciones, es el salvajismo del "divide y vencerás". Todo terriblemente e inmensamente politizado, arden las pasiones, se presionan las heridas, brota la pus, y todo por conservar el poder, desde Palacio Nacional hasta el cerro de La Bufa. Se enferma la democracia en un ambiente que apesta e indigna.

La etapa pre electoral en curso se politiza con intensidad, nada está exento de esa oprobiosa e inmoral promoción que degrada el quehacer político y gubernamental. De seguir en esa ruta, tan solo imaginemos las campañas electorales a partir del 5 de abril, lo negro y lo sucio de las batallas, las infamias van a degenerar en pantanos de inmundicia. Todo por el poder absoluto y las migajas a los aliados.

Las vacunas contra el virus maldito, están politizadas desde antes de que llegaran o se apliquen, hay un lucha sorda y estridente a la vez, por adjudicarse autoría de la inoculación; lo judicial se politiza y al contrario, la política se judicializa; la UAZ se politiza y con descaro y más cinismo, Alfredo Femat y Antonio Guzmán, la vulgarizan y traicionan, aquel como diputado y el otro, porque quiere ser; el Issstezac y las pensiones están barbarizadas por los insaciables de prestaciones desmesuradas; hay quienes se atreven a contagiar a Cristo Rey e inventan otro movimiento moralizador; las instituciones autónomas son cotidianamente asediadas por la politización desde el poder, buscan cercenar la democracia; a los periodistas nos madrean a diario con sus políticas de simulación de la libertad de expresión y el derecho a la información. El discurso de odio se extiende y permea por todos los horizontes y rincones del país, incendian la política, intentan el estallido.

La inseguridad está politizada cuando la minimizan y utilizan los otros datos; la paridad de género es vilipendiada por políticos arcaicos; el fútbol y los goles, hasta el béisbol está penetrado por la política, desde el bateador principal; el cine y muchos actores, metidos en la política; los bancos, al punto de la sujeción y manipulación; los créditos ganaderos, agrícolas y de vivienda, no podían quedar fuera de este escenario de insana negociación; la marihuana, los servicios aéreos, el metro en la Ciudad de México, las industrias restaurantera y hotelera; la migración, los estudiantes, los adultos mayores, discapacitados, los desempleados, la cultura, el turismo, todo hiede a politiquería barata.

Síntomas que urgen desinfección

La energía eléctrica, en manos de un político de cuarta; diputados y senadores son como una mayoría debilitada y empinada; los candidatos

ya se atisban como siempre, mediocres, ignorantes, improvisados, ambiciosos, codiciosos, insaciables de intereses económicos que retoman los aires del sufragio efectivo y sí reelección. Hasta Donald Trump nos politiza por exaltar y adular a su gran amigo Andrés Manuel López Obrador; los servidores de la Nación son siervos de la política electoral, aquí y allá. Nos queremos equivocar en todo, pero a diario vemos como la democracia se enloda, porque deliberadamente así la quieren vivir para sobrevivir con la obsesión y sueños de poder absoluto.


Nos acercamos aceleradamente a la fecha electoral del 6 de junio y los cambios que parecen transformaciones evolucionistas, más producen incertidumbre y apuntan a desestabilizar a la sociedad. La esperanza de Zacatecas parece desvanecerse para tornarse desesperanza. Politizar hacia la ingobernabilidad nadie se lo propone, pero todos los caminos se abren hacia horizontes de más tensiones, confrontación, disputas estériles, fracturación de partidos, división de grupos para multiplicar fracciones, es el salvajismo del "divide y vencerás". Todo terriblemente e inmensamente politizado, arden las pasiones, se presionan las heridas, brota la pus, y todo por conservar el poder, desde Palacio Nacional hasta el cerro de La Bufa. Se enferma la democracia en un ambiente que apesta e indigna.

La etapa pre electoral en curso se politiza con intensidad, nada está exento de esa oprobiosa e inmoral promoción que degrada el quehacer político y gubernamental. De seguir en esa ruta, tan solo imaginemos las campañas electorales a partir del 5 de abril, lo negro y lo sucio de las batallas, las infamias van a degenerar en pantanos de inmundicia. Todo por el poder absoluto y las migajas a los aliados.

Las vacunas contra el virus maldito, están politizadas desde antes de que llegaran o se apliquen, hay un lucha sorda y estridente a la vez, por adjudicarse autoría de la inoculación; lo judicial se politiza y al contrario, la política se judicializa; la UAZ se politiza y con descaro y más cinismo, Alfredo Femat y Antonio Guzmán, la vulgarizan y traicionan, aquel como diputado y el otro, porque quiere ser; el Issstezac y las pensiones están barbarizadas por los insaciables de prestaciones desmesuradas; hay quienes se atreven a contagiar a Cristo Rey e inventan otro movimiento moralizador; las instituciones autónomas son cotidianamente asediadas por la politización desde el poder, buscan cercenar la democracia; a los periodistas nos madrean a diario con sus políticas de simulación de la libertad de expresión y el derecho a la información. El discurso de odio se extiende y permea por todos los horizontes y rincones del país, incendian la política, intentan el estallido.

La inseguridad está politizada cuando la minimizan y utilizan los otros datos; la paridad de género es vilipendiada por políticos arcaicos; el fútbol y los goles, hasta el béisbol está penetrado por la política, desde el bateador principal; el cine y muchos actores, metidos en la política; los bancos, al punto de la sujeción y manipulación; los créditos ganaderos, agrícolas y de vivienda, no podían quedar fuera de este escenario de insana negociación; la marihuana, los servicios aéreos, el metro en la Ciudad de México, las industrias restaurantera y hotelera; la migración, los estudiantes, los adultos mayores, discapacitados, los desempleados, la cultura, el turismo, todo hiede a politiquería barata.

Síntomas que urgen desinfección

La energía eléctrica, en manos de un político de cuarta; diputados y senadores son como una mayoría debilitada y empinada; los candidatos

ya se atisban como siempre, mediocres, ignorantes, improvisados, ambiciosos, codiciosos, insaciables de intereses económicos que retoman los aires del sufragio efectivo y sí reelección. Hasta Donald Trump nos politiza por exaltar y adular a su gran amigo Andrés Manuel López Obrador; los servidores de la Nación son siervos de la política electoral, aquí y allá. Nos queremos equivocar en todo, pero a diario vemos como la democracia se enloda, porque deliberadamente así la quieren vivir para sobrevivir con la obsesión y sueños de poder absoluto.