/ lunes 4 de octubre de 2021

Crónica del poder │ Por un ejercicio gubernamental eficiente

Desde campaña David Monreal dio cauce institucional a las demandas sociales contenidas en la emergencia que ahora se resiente hasta los adentros del estado y que no admiten más dilación. A fin de aparejar la inmensidad de los graves problemas, el ahora gobernador pintó las estrategias con mucha intensidad, y con los votos los ciudadanos le respondieron con más confianza y credibilidad. Hoy la efusividad del 6 de junio ya no se siente, la falta de solución al pago de salarios a maestros y las prestaciones a pensionados y jubilados, han sido una muy clara razón para que se reduzca la confianza y se siembren dudas, el problema parecía tan sencillo con la oportuna canalización de los recursos presupuestarios ya comprometidos, pero la poderosa estructura burocrática del gobierno federal incurrió en la más elevada morosidad, para finalmente proceder a cuenta gotas, cuando el daño político está hecho por la producción de condiciones de incertidumbre, hasta de ingobernabilidad.

Será necesario y urgente que sean encontradas otras formas de responder y satisfacer las demandas colectivas como éstas de los maestros, jubilados y pensionados, verdaderas víctimas de la ingrata dilación de los recursos económicos desde la federación, ya se vió que el actual sistema o mecanismo es inservible o inútil, ineficaz.

A David Monreal le urge demostrar que su gobierno ya no será como comenzó, que es fantasioso eso de que "lo que mal empieza mal acaba" y deberá enderezar no solo el timón para darle rumbo al estado, sino que debe abrir horizonte a todos los esfuerzos de la sociedad, actuar con más creatividad y formidable liderazgo, hasta dar concreción con hechos a los objetivos trazados más allá de la cuarta transformación, porque, no necesariamente tiene que parecerse a ese proyecto, desde el 98, el monrealismo tienen lo suyo. Con extrema sensibilidad y más firme ejercicio de gobierno, tienen que observar que su hermano el Senador Ricardo Monreal, ya está en todos los moles, rompió la acotada dimensión del presidencialismo que impone los tiempos de la sucesión, y ahora más se perfila hacia el 2024, y lo hace con pasos más cautelosos, con serenidad, sin precipitaciones para evitar rompimiento.

En cambio, los comportamientos preferenciales que se exhiben desde Palacio Nacional, son flor de un día y pronto se disipan y hasta se olvidan para echar a perder la estrategia transformadora de gobierno. Son escenarios que David Monreal y su equipo nunca deben perder de vista y han de estar cotidianamente enlazados a las acciones y discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y del senador Ricardo Monreal Ávila, que han de ser guías diferenciadas no confrontadas con las conductas locales caracterizadas de armonía, convivencia e integración, con invariables esencias de respeto y diálogo permanente.

Si hay moratoria federal en la entrega de los recursos, David Monreal no tiene que dar largas a la conformación de la comunión social para atacar con todo la emergencia social, como tampoco debe hacer esperar a los gobernados con la designación total e integral del gabinete gubernamental, porque son retrasos que traducen ausencia de capacidad de decisión, que se carece de notables zacatecanas y zacatecanos de calidad y vocación ajustada a las transformaciones que se pretenden. Se exhibe un gobierno débil, vulnerable, una forma crítica y endeble de iniciar un gobierno que llegó con sobradas esperanzas y derroche de optimismo.

Desde campaña David Monreal dio cauce institucional a las demandas sociales contenidas en la emergencia que ahora se resiente hasta los adentros del estado y que no admiten más dilación. A fin de aparejar la inmensidad de los graves problemas, el ahora gobernador pintó las estrategias con mucha intensidad, y con los votos los ciudadanos le respondieron con más confianza y credibilidad. Hoy la efusividad del 6 de junio ya no se siente, la falta de solución al pago de salarios a maestros y las prestaciones a pensionados y jubilados, han sido una muy clara razón para que se reduzca la confianza y se siembren dudas, el problema parecía tan sencillo con la oportuna canalización de los recursos presupuestarios ya comprometidos, pero la poderosa estructura burocrática del gobierno federal incurrió en la más elevada morosidad, para finalmente proceder a cuenta gotas, cuando el daño político está hecho por la producción de condiciones de incertidumbre, hasta de ingobernabilidad.

Será necesario y urgente que sean encontradas otras formas de responder y satisfacer las demandas colectivas como éstas de los maestros, jubilados y pensionados, verdaderas víctimas de la ingrata dilación de los recursos económicos desde la federación, ya se vió que el actual sistema o mecanismo es inservible o inútil, ineficaz.

A David Monreal le urge demostrar que su gobierno ya no será como comenzó, que es fantasioso eso de que "lo que mal empieza mal acaba" y deberá enderezar no solo el timón para darle rumbo al estado, sino que debe abrir horizonte a todos los esfuerzos de la sociedad, actuar con más creatividad y formidable liderazgo, hasta dar concreción con hechos a los objetivos trazados más allá de la cuarta transformación, porque, no necesariamente tiene que parecerse a ese proyecto, desde el 98, el monrealismo tienen lo suyo. Con extrema sensibilidad y más firme ejercicio de gobierno, tienen que observar que su hermano el Senador Ricardo Monreal, ya está en todos los moles, rompió la acotada dimensión del presidencialismo que impone los tiempos de la sucesión, y ahora más se perfila hacia el 2024, y lo hace con pasos más cautelosos, con serenidad, sin precipitaciones para evitar rompimiento.

En cambio, los comportamientos preferenciales que se exhiben desde Palacio Nacional, son flor de un día y pronto se disipan y hasta se olvidan para echar a perder la estrategia transformadora de gobierno. Son escenarios que David Monreal y su equipo nunca deben perder de vista y han de estar cotidianamente enlazados a las acciones y discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y del senador Ricardo Monreal Ávila, que han de ser guías diferenciadas no confrontadas con las conductas locales caracterizadas de armonía, convivencia e integración, con invariables esencias de respeto y diálogo permanente.

Si hay moratoria federal en la entrega de los recursos, David Monreal no tiene que dar largas a la conformación de la comunión social para atacar con todo la emergencia social, como tampoco debe hacer esperar a los gobernados con la designación total e integral del gabinete gubernamental, porque son retrasos que traducen ausencia de capacidad de decisión, que se carece de notables zacatecanas y zacatecanos de calidad y vocación ajustada a las transformaciones que se pretenden. Se exhibe un gobierno débil, vulnerable, una forma crítica y endeble de iniciar un gobierno que llegó con sobradas esperanzas y derroche de optimismo.