/ viernes 22 de enero de 2021

Crónica del poder │ PRI, PAN y PRD atisban debilidad morenista

Ante las torpezas en la conducción y errores estratégicos que pre electoralmente Mario Delgado ha provocado en el Partido Morena, el máximo líder Andrés Manuel López Obrador, se muestra preocupado y más temeroso por el creciente avance de la oposición, sobre todo la configurada por la alianza del PRI, PAN y PRD, y tiene que endurecer su discurso hasta censurar acciones constitucionales como las que impone el Instituto Nacional Electoral para garantizar el piso parejo en el escenario electoral y evitar las injerencias de los servidores públicos, desde el Presidente de la República, hasta los Gobernadores y Presidentes Municipales.

La conflictividad del dirigente nacional morenista ya es interpretada como la ausencia de control, de consensos y de acuerdos que debieran fortalecer la unidad y evitar debilidades frente a las batallas que vienen por asegurar la mayoría en la Cámara de Diputados, objetivo político primordial que el Presidente necesita para continuar con los cambios y transformaciones de la cuarta transformación. Esa es la meta trazada, más que disputar las 15 gubernaturas y los espacios de poder legislativo y municipales en las elecciones locales.

Se advierte que en el caso de las candidaturas a los gobiernos de los estados, las figuras que han sido orientadas exhiben perfiles caducos, como en el caso de Campeche, donde ya se induce a Layda Sansores, lo que obliga al Presidente Nacional del PRI, Alejandro Moreno a sacar fuerzas para impedir el ridículo de una derrota en su estado; el delicado asunto de Guerrero, con Félix Salgado Macedonio; la exclusión de Cristóbal Arias en Michoacán, para postular a Raúl Morón, cuadro de la CNTE; Índira Vizcaíno por Colima, donde Mario Delgado fue calificado de traidor; Clara Luz Flores que todavía no embona entre los sectores de Nuevo León; y Zacatecas, donde David Monreal sigue cuestionado por José Narro, Luis Medina y Ulises Mejía. Son botones de muestra que reflejan la incapacidad de liderazgo de DELGADO para estabilizar diferencias y conflictos con diálogo, negociación y conciliación.

La desesperación morenista pone de manifiesto un escenario de inconformidades, señales que no dejan entrever inteligencia ni racionalidad, sino actitudes inflexibles, intolerantes y rígidas que afectan la estabilidad del partido en el poder y obligan a López Obrador a lanzar desde su posición ofensivas que fortalezcan su movimiento, como el diferendo que tiene con el Instituto Nacional Electoral, para lo que ya presiona al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, "al pedirle que analice y resuelva el caso" porque no será posible que se atente contra la libertad de expresión y que al Presidente se le prohíba hablar en Las Mañaneras.

La lucha por el poder

En la elección del 6 de junio, será endemoniadamente crucial para el nuevo régimen de la cuarta transformación, nadie duda que los candidatos a gobernador, como David Monreal en Zacatecas, tienen el aval de López Obrador, como también lo tienen los más de 350 diputados federales de Morena, PT, Verde Ecologista y PES que se han manifestado por reelegirse, como aquí lo pretenden Alfredo Femat, Samuel Herrera, Óscar Novella, Carlos Puente y Lyndiana Bugarín, aunque no lo merezcan, porque nada hacen por Zacatecas.

Ante las torpezas en la conducción y errores estratégicos que pre electoralmente Mario Delgado ha provocado en el Partido Morena, el máximo líder Andrés Manuel López Obrador, se muestra preocupado y más temeroso por el creciente avance de la oposición, sobre todo la configurada por la alianza del PRI, PAN y PRD, y tiene que endurecer su discurso hasta censurar acciones constitucionales como las que impone el Instituto Nacional Electoral para garantizar el piso parejo en el escenario electoral y evitar las injerencias de los servidores públicos, desde el Presidente de la República, hasta los Gobernadores y Presidentes Municipales.

La conflictividad del dirigente nacional morenista ya es interpretada como la ausencia de control, de consensos y de acuerdos que debieran fortalecer la unidad y evitar debilidades frente a las batallas que vienen por asegurar la mayoría en la Cámara de Diputados, objetivo político primordial que el Presidente necesita para continuar con los cambios y transformaciones de la cuarta transformación. Esa es la meta trazada, más que disputar las 15 gubernaturas y los espacios de poder legislativo y municipales en las elecciones locales.

Se advierte que en el caso de las candidaturas a los gobiernos de los estados, las figuras que han sido orientadas exhiben perfiles caducos, como en el caso de Campeche, donde ya se induce a Layda Sansores, lo que obliga al Presidente Nacional del PRI, Alejandro Moreno a sacar fuerzas para impedir el ridículo de una derrota en su estado; el delicado asunto de Guerrero, con Félix Salgado Macedonio; la exclusión de Cristóbal Arias en Michoacán, para postular a Raúl Morón, cuadro de la CNTE; Índira Vizcaíno por Colima, donde Mario Delgado fue calificado de traidor; Clara Luz Flores que todavía no embona entre los sectores de Nuevo León; y Zacatecas, donde David Monreal sigue cuestionado por José Narro, Luis Medina y Ulises Mejía. Son botones de muestra que reflejan la incapacidad de liderazgo de DELGADO para estabilizar diferencias y conflictos con diálogo, negociación y conciliación.

La desesperación morenista pone de manifiesto un escenario de inconformidades, señales que no dejan entrever inteligencia ni racionalidad, sino actitudes inflexibles, intolerantes y rígidas que afectan la estabilidad del partido en el poder y obligan a López Obrador a lanzar desde su posición ofensivas que fortalezcan su movimiento, como el diferendo que tiene con el Instituto Nacional Electoral, para lo que ya presiona al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, "al pedirle que analice y resuelva el caso" porque no será posible que se atente contra la libertad de expresión y que al Presidente se le prohíba hablar en Las Mañaneras.

La lucha por el poder

En la elección del 6 de junio, será endemoniadamente crucial para el nuevo régimen de la cuarta transformación, nadie duda que los candidatos a gobernador, como David Monreal en Zacatecas, tienen el aval de López Obrador, como también lo tienen los más de 350 diputados federales de Morena, PT, Verde Ecologista y PES que se han manifestado por reelegirse, como aquí lo pretenden Alfredo Femat, Samuel Herrera, Óscar Novella, Carlos Puente y Lyndiana Bugarín, aunque no lo merezcan, porque nada hacen por Zacatecas.