/ martes 25 de enero de 2022

Crónica del poder │ ¿Pueden o no los tres Poderes?

La gente, por no decir la sociedad, no acaba de entender y porque son el mismo gobierno, que los tres poderes del estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial no hagan convergencia frente a las crisis que agobian y destruyen, no encaran juntos la violencia, la inseguridad, ni la pandemia ni la precariedad presupuestaria, como si el conformismo institucional y la comodidad elusiva de la corresponsabilidad o tan siquiera de la coordinación, no existen como cualidades que demuestran que a la comunión social corresponde una comunión política que no impide la respetuosa separación entre poderes.

Si la política es el arte promocional del acercamiento y los entendimientos para conciliar estrategias que confluyen en fortalecer y alcanzar cumplimiento de los grandes intereses de Zacatecas, David Monreal, gobernador; Jehú Eduí Salas Dávila, diputado presidente; y Arturo Nahle, magistrado superior, debieran bajar a convivir juntos con los simples mortales y tratar de resolver las graves carencias que ya son inmorales, por ser resultados de corrupción, complicidades, impunidad y cínico ejercicio gubernamental que han vivido y soportado por décadas.

O sea y en otras palabras, la devastadora presencia y los negativos efectos de la violencia, inseguridad, pandemia y penuria económica, son los más poderosos argumentos y las más convincentes razones que con naturalidad y en automático convocan a las fuerzas políticas y gubernamentales a dar la batalla sin tregua ni cuartel, para más pronto reencontrar y recuperar la tranquilidad y la paz sociales que la población zacatecana urge desesperadamente para dar viabilidad a los esfuerzos de progreso, crecimiento y bienestar. Pero no, cada quien a lo suyo y por su camino, que bien sabe la gente, deben desembocar en el mismo destino: el desarrollo del estado y el bienestar de las familias, comunidades y sociedad.

Aunque tengan diferencias, las que son insignificantes o irrelevantes ante los desafíos enfrente que mantienen paralizado al estado, arrinconados a los municipios en su pobreza presupuestaria; atosigados a los sectores productivos, víctimas de la represión delincuencial, de las secuelas del virus maldito y de los incontables escenarios de inseguridad e incertidumbre; y sobre todo, a diario torturan y atentan contra la dignidad de los trabajadores y la integridad familiar asediada por el encarecimiento, los abusos especulativos, todo solapado por una autoridad prepotente e impotente, juntos, unidos, cohesionados, armonizados y bien coordinados, deben intercambiar experiencias políticas y gubernamentales, que les sobran y han sido eficaces, para que la gente advierta que es en serio y real, que son gobierno de unidad.

Otra vez hay que repetirlo, la gente quiere verlos unidos, actuar juntos y en sintonía, con la seguridad de que verlos así, multiplicará y extenderá la confianza social y restaurarán la credibilidad ciudadana, porque desde la corresponsabilidad que comparte respuestas a los compromisos, se van a tomar decisiones a satisfacción de los gobernados, que no importa sean morenos, panistas, priistas, monrealistas, perredistas, rojos, anaranjados o verdes. Así, la gente, los zacatecanos pueden entender e interpretar los valores y principios de la nueva gobernanza, porque son tres poderes como uno solo y con el único liderazgo, que ha de ser David Monreal. Si quieren pueden.

La gente, por no decir la sociedad, no acaba de entender y porque son el mismo gobierno, que los tres poderes del estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial no hagan convergencia frente a las crisis que agobian y destruyen, no encaran juntos la violencia, la inseguridad, ni la pandemia ni la precariedad presupuestaria, como si el conformismo institucional y la comodidad elusiva de la corresponsabilidad o tan siquiera de la coordinación, no existen como cualidades que demuestran que a la comunión social corresponde una comunión política que no impide la respetuosa separación entre poderes.

Si la política es el arte promocional del acercamiento y los entendimientos para conciliar estrategias que confluyen en fortalecer y alcanzar cumplimiento de los grandes intereses de Zacatecas, David Monreal, gobernador; Jehú Eduí Salas Dávila, diputado presidente; y Arturo Nahle, magistrado superior, debieran bajar a convivir juntos con los simples mortales y tratar de resolver las graves carencias que ya son inmorales, por ser resultados de corrupción, complicidades, impunidad y cínico ejercicio gubernamental que han vivido y soportado por décadas.

O sea y en otras palabras, la devastadora presencia y los negativos efectos de la violencia, inseguridad, pandemia y penuria económica, son los más poderosos argumentos y las más convincentes razones que con naturalidad y en automático convocan a las fuerzas políticas y gubernamentales a dar la batalla sin tregua ni cuartel, para más pronto reencontrar y recuperar la tranquilidad y la paz sociales que la población zacatecana urge desesperadamente para dar viabilidad a los esfuerzos de progreso, crecimiento y bienestar. Pero no, cada quien a lo suyo y por su camino, que bien sabe la gente, deben desembocar en el mismo destino: el desarrollo del estado y el bienestar de las familias, comunidades y sociedad.

Aunque tengan diferencias, las que son insignificantes o irrelevantes ante los desafíos enfrente que mantienen paralizado al estado, arrinconados a los municipios en su pobreza presupuestaria; atosigados a los sectores productivos, víctimas de la represión delincuencial, de las secuelas del virus maldito y de los incontables escenarios de inseguridad e incertidumbre; y sobre todo, a diario torturan y atentan contra la dignidad de los trabajadores y la integridad familiar asediada por el encarecimiento, los abusos especulativos, todo solapado por una autoridad prepotente e impotente, juntos, unidos, cohesionados, armonizados y bien coordinados, deben intercambiar experiencias políticas y gubernamentales, que les sobran y han sido eficaces, para que la gente advierta que es en serio y real, que son gobierno de unidad.

Otra vez hay que repetirlo, la gente quiere verlos unidos, actuar juntos y en sintonía, con la seguridad de que verlos así, multiplicará y extenderá la confianza social y restaurarán la credibilidad ciudadana, porque desde la corresponsabilidad que comparte respuestas a los compromisos, se van a tomar decisiones a satisfacción de los gobernados, que no importa sean morenos, panistas, priistas, monrealistas, perredistas, rojos, anaranjados o verdes. Así, la gente, los zacatecanos pueden entender e interpretar los valores y principios de la nueva gobernanza, porque son tres poderes como uno solo y con el único liderazgo, que ha de ser David Monreal. Si quieren pueden.