/ martes 27 de octubre de 2020

Crónica del poder │ Rechazo a calumnias y falsedades

En nuestro afán por hacer narrativa del acontecer en la lucha por el poder, tratamos de poner en relieve a los actores políticos serios, creíbles, responsables y con propuestas comprometidas con la gente, con la sociedad y el desarrollo integral del estado y las estrategias para superar hasta abatir las crisis pandémica, económica y de inseguridad, esto con el propósito de que nuestros lectores y los ciudadanos puedan ser motivados a una vigorosa participación cívica, política y electoral en el cumplimiento de sus obligaciones y derechos políticos.

En ese intento por el equilibrio e imparcialidad, imposible no cuestionar la aniquilante guerra sucia que arrecia entre adversarios protagonistas en la lucha por alcanzar la gubernatura, las diputaciones federales y locales, y las presidencias municipales. Esa degradante práctica que tiende a destruir, promueve el odio y alienta la confrontación, ha sido condenada desde el Presidente López Obrador, por el gobernador Alejandro Tello; el Consejero Presidente del IEEZ, Virgilio River, desde el inicio del proceso ha convocado al respeto, a desechar ofensivas y abandonar los comportamientos injuriosos y construir el debate de las propuestas e ideas; hasta el Obispo Sigifredo Noriega pidió a la población tenerle miedo a la mentira, a la injusticia, a la falsedad, aunque también observó crisis de liderazgos políticos.

Sobre la guerra sucia, viene al caso rechazar y repudiar la estrategia preelectoral que en Fresnillo se ensañó en contra del David Monreal, a través de mensajes que lo pretenden involucrar con el narcotráfico, acusaciones que circularon en carteles distribuidos por la ciudad y que repiten la misma embestida que contra Ricardo Monreal se registró en el 98, cuando candidato a gobernador, acciones que han sido calificadas como una infamia que buscan desprestigiar no sólo figuras políticas, sino a una familia caracterizada por su integración y luchas.

Acerca de las mentiras, que incluso el mismo Presidente de México ha rechazado al señalar contundente, "no mentir, no robar ni traicionar", resulta oportuno referir aquí la gran mentira que el Senador José Narro Céspedes lanzó en Fresnillo, al atreverse a asegurar que, "la verdad yo soy el candidato del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nosotros no somos aliados del Presidente, somos parte de él, somos como él, luchadores sociales." Una versión que lanzó como gastada estrategia y al viejo estilo del PRI hegemónico y que lo hizo para fortalecer su ambición por la candidatura a gobernador por el partido Morena, donde también reconoció como aspirantes morenistas a Luis "El Oso" Medina y Ulises Mejía, para así contrastar que David Monreal no es de Morena, es del PT. Un día antes, el Senador Narro se reconoció a sí mismo, "como una persona comprometida con la verdad, sin importar si ésta me favorece o no." Mentira.

Guerra sucia y las mentiras

Son prácticas inmorales que la sociedad repudia y los ciudadanos rechazan, comportamientos que no caben en la cultura democrática que en Zacatecas se busca consolidar. Son expresiones degradantes del quehacer político, juego salvaje que no despertará interés en la contienda y si generan una atmósfera de desconfianza entre la ciudadanía y que hacen previsible el alejamiento de las campañas, de los debates, del análisis y discusión sobre los grandes problemas de Zacatecas. La democracia implica necesariamente respeto a los adversarios, y la guerra sucia como las mentiras, son ofensa a los adversarios y a los ciudadanos.


En nuestro afán por hacer narrativa del acontecer en la lucha por el poder, tratamos de poner en relieve a los actores políticos serios, creíbles, responsables y con propuestas comprometidas con la gente, con la sociedad y el desarrollo integral del estado y las estrategias para superar hasta abatir las crisis pandémica, económica y de inseguridad, esto con el propósito de que nuestros lectores y los ciudadanos puedan ser motivados a una vigorosa participación cívica, política y electoral en el cumplimiento de sus obligaciones y derechos políticos.

En ese intento por el equilibrio e imparcialidad, imposible no cuestionar la aniquilante guerra sucia que arrecia entre adversarios protagonistas en la lucha por alcanzar la gubernatura, las diputaciones federales y locales, y las presidencias municipales. Esa degradante práctica que tiende a destruir, promueve el odio y alienta la confrontación, ha sido condenada desde el Presidente López Obrador, por el gobernador Alejandro Tello; el Consejero Presidente del IEEZ, Virgilio River, desde el inicio del proceso ha convocado al respeto, a desechar ofensivas y abandonar los comportamientos injuriosos y construir el debate de las propuestas e ideas; hasta el Obispo Sigifredo Noriega pidió a la población tenerle miedo a la mentira, a la injusticia, a la falsedad, aunque también observó crisis de liderazgos políticos.

Sobre la guerra sucia, viene al caso rechazar y repudiar la estrategia preelectoral que en Fresnillo se ensañó en contra del David Monreal, a través de mensajes que lo pretenden involucrar con el narcotráfico, acusaciones que circularon en carteles distribuidos por la ciudad y que repiten la misma embestida que contra Ricardo Monreal se registró en el 98, cuando candidato a gobernador, acciones que han sido calificadas como una infamia que buscan desprestigiar no sólo figuras políticas, sino a una familia caracterizada por su integración y luchas.

Acerca de las mentiras, que incluso el mismo Presidente de México ha rechazado al señalar contundente, "no mentir, no robar ni traicionar", resulta oportuno referir aquí la gran mentira que el Senador José Narro Céspedes lanzó en Fresnillo, al atreverse a asegurar que, "la verdad yo soy el candidato del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nosotros no somos aliados del Presidente, somos parte de él, somos como él, luchadores sociales." Una versión que lanzó como gastada estrategia y al viejo estilo del PRI hegemónico y que lo hizo para fortalecer su ambición por la candidatura a gobernador por el partido Morena, donde también reconoció como aspirantes morenistas a Luis "El Oso" Medina y Ulises Mejía, para así contrastar que David Monreal no es de Morena, es del PT. Un día antes, el Senador Narro se reconoció a sí mismo, "como una persona comprometida con la verdad, sin importar si ésta me favorece o no." Mentira.

Guerra sucia y las mentiras

Son prácticas inmorales que la sociedad repudia y los ciudadanos rechazan, comportamientos que no caben en la cultura democrática que en Zacatecas se busca consolidar. Son expresiones degradantes del quehacer político, juego salvaje que no despertará interés en la contienda y si generan una atmósfera de desconfianza entre la ciudadanía y que hacen previsible el alejamiento de las campañas, de los debates, del análisis y discusión sobre los grandes problemas de Zacatecas. La democracia implica necesariamente respeto a los adversarios, y la guerra sucia como las mentiras, son ofensa a los adversarios y a los ciudadanos.