/ martes 14 de junio de 2022

Crónica del poder │ Reforestar “La Bufa”, hazaña histórica

Las 6 décadas traducidas en 10 sexenios que hemos visto pasar, no han sido suficientes para lograr la proeza de reforestación del histórico cerro de La Bufa, el natural y emblemático monumento de Zacatecas Capital. Intentos no han faltado y todos los alcaldes los han hecho, con resultados fallidos y frustrantes, una y otra vez han plantado árboles, los propios alcaldes y gobernadores han escarbado en vastas superficies, se tomaron la foto personal y la colectiva que publicaron para presumir atención al paisaje que sostiene al templo de Nuestra Señora del Patrocinio, al Mausoleo de las Personas Ilustres y al primer teleférico del país.

La cultura de preservación ecológica, como en muchos escenarios escasamente verdes de la Bizarra Capital y en los municipios del estado, ha sido flor de un día y luego abandonada, como así ha sucedido con La Bufa. Nunca han tenido éxito, el argumento siempre es la carencia de agua, pero más han carecido de responsabilidad y muy colmados de negligencia en toda la sucesión de ayuntamientos. Todos, en las lomas del cerro, desde el Centro Histórico, las colonias aledañas, las instituciones sociales y educativas y los miles de visitantes, han compartido preocupaciones sobre ese entorno natural que nomás no alcanza a consolidar de bosque y áreas verdes.

Podemos recordar que desde 1962, el entonces alcalde Manuel Rivapalacio, ascendió a reforestar el histórico cerro orgullo de los zacatecanos; luego siguió José López Cortés con igual ceremonial; subieron Raúl Rodríguez Santoyo y Guillermo Rubio y para entonces ya se habían secado los arbolitos plantados por sus antecesores e insistieron en el mismo e inútil esfuerzo. Don Roberto Valadez Galaviz y Victorio de la Torre no faltaron al cumplimiento de la foto experiencia, lo mismo Francisco Javier Alonso, Benito López Domínguez y José Escobedo Domínguez; Jesús Manuel Díaz Casas y Raúl Rodríguez Santoyo, ambos en segunda administración, emprendieron campaña; Javier Suárez del Real, José Manuel Maldonado, Julián Ibargüengoitia no podían faltar a la tradición de reforestación; y llegaron los alcaldes perredistas Magdalena Núñez Monreal; Pedro Goytia Robles; Miguel Alonso y Gerardo Félix, y nada les prendió; los empresarios políticos Cuauhtémoc Calderón, Jesús López Zamora, y Arnoldo Rodríguez impulsaron sus programas de solidaridad, y nada. Carlos Peña, Catarino Martínez, Judit Guerrero y Ulises Mejía tampoco lo lograron.

Jorge Miranda Castro acaba de anunciar un Plan Rector del Cerro de la Bufa, lo que será un proceso de reforestación masiva durante 4 fines de semana y al iniciarlo pudo evocar que durante décadas privó una gran anarquía en el uso y cuidado del espacio natural e histórico de la Capital de la Transformación, se refirió al fracaso de las innumerables y sucesivas campañas de reforestación. El alcalde toma en serio la decepción de los zacatecanos frente a esos fallidos programas y asume el compromiso de construir la gran hazaña, "una reforestación que no es para la foto", es técnica y bien pensada, que permitirá la supervivencia de los árboles. En esta vigorosa acción van esfuerzos de la sociedad organizada para empujar con voluntad y solidaridad una cultura de reforestación real y efectiva y el rescate de espacios verdes para el disfrute de los vecinos, los zacatecanos y visitantes. De lograrlo, será una gesta heróica del gobierno municipal y la sociedad.

Las 6 décadas traducidas en 10 sexenios que hemos visto pasar, no han sido suficientes para lograr la proeza de reforestación del histórico cerro de La Bufa, el natural y emblemático monumento de Zacatecas Capital. Intentos no han faltado y todos los alcaldes los han hecho, con resultados fallidos y frustrantes, una y otra vez han plantado árboles, los propios alcaldes y gobernadores han escarbado en vastas superficies, se tomaron la foto personal y la colectiva que publicaron para presumir atención al paisaje que sostiene al templo de Nuestra Señora del Patrocinio, al Mausoleo de las Personas Ilustres y al primer teleférico del país.

La cultura de preservación ecológica, como en muchos escenarios escasamente verdes de la Bizarra Capital y en los municipios del estado, ha sido flor de un día y luego abandonada, como así ha sucedido con La Bufa. Nunca han tenido éxito, el argumento siempre es la carencia de agua, pero más han carecido de responsabilidad y muy colmados de negligencia en toda la sucesión de ayuntamientos. Todos, en las lomas del cerro, desde el Centro Histórico, las colonias aledañas, las instituciones sociales y educativas y los miles de visitantes, han compartido preocupaciones sobre ese entorno natural que nomás no alcanza a consolidar de bosque y áreas verdes.

Podemos recordar que desde 1962, el entonces alcalde Manuel Rivapalacio, ascendió a reforestar el histórico cerro orgullo de los zacatecanos; luego siguió José López Cortés con igual ceremonial; subieron Raúl Rodríguez Santoyo y Guillermo Rubio y para entonces ya se habían secado los arbolitos plantados por sus antecesores e insistieron en el mismo e inútil esfuerzo. Don Roberto Valadez Galaviz y Victorio de la Torre no faltaron al cumplimiento de la foto experiencia, lo mismo Francisco Javier Alonso, Benito López Domínguez y José Escobedo Domínguez; Jesús Manuel Díaz Casas y Raúl Rodríguez Santoyo, ambos en segunda administración, emprendieron campaña; Javier Suárez del Real, José Manuel Maldonado, Julián Ibargüengoitia no podían faltar a la tradición de reforestación; y llegaron los alcaldes perredistas Magdalena Núñez Monreal; Pedro Goytia Robles; Miguel Alonso y Gerardo Félix, y nada les prendió; los empresarios políticos Cuauhtémoc Calderón, Jesús López Zamora, y Arnoldo Rodríguez impulsaron sus programas de solidaridad, y nada. Carlos Peña, Catarino Martínez, Judit Guerrero y Ulises Mejía tampoco lo lograron.

Jorge Miranda Castro acaba de anunciar un Plan Rector del Cerro de la Bufa, lo que será un proceso de reforestación masiva durante 4 fines de semana y al iniciarlo pudo evocar que durante décadas privó una gran anarquía en el uso y cuidado del espacio natural e histórico de la Capital de la Transformación, se refirió al fracaso de las innumerables y sucesivas campañas de reforestación. El alcalde toma en serio la decepción de los zacatecanos frente a esos fallidos programas y asume el compromiso de construir la gran hazaña, "una reforestación que no es para la foto", es técnica y bien pensada, que permitirá la supervivencia de los árboles. En esta vigorosa acción van esfuerzos de la sociedad organizada para empujar con voluntad y solidaridad una cultura de reforestación real y efectiva y el rescate de espacios verdes para el disfrute de los vecinos, los zacatecanos y visitantes. De lograrlo, será una gesta heróica del gobierno municipal y la sociedad.