/ domingo 28 de marzo de 2021

Crónica del poder │ Urgen liderazgos por la salud

Paradójicamente, las campañas arrancarán justamente al final de la cuaresma opaca, el próximo domingo 4 de abril, muchos candidatos lo harán como siempre tras su retiro, alejados de la gente, huyendo del contacto con los ciudadanos que ya les piden audiencia, encuentros de solución. Transcurrida una semana de mucha, intensa movilidad social en torno de su fe, de sus creencias religiosas y claro, involucrados todos en la convivencia familiar y comunitaria motivada por las visitas, los turistas y los inmensos migrantes que vienen a reafirmar identidad y tradición.

Lo deseable y más urgente es que partidos y candidatos asuman la responsabilidad de conjuntar los esfuerzos de información, orientación y convocatoria, a lograr que en los distritos, municipios, colonias, ranchos y comunidades, cunda el acatamiento, cumplimiento y pleno respeto a las medidas protocolarias de salud; aún con las señales de recogimiento que se aconsejan y se claman desde los templos, la gente tiende al relajamiento, los más porque disfrutan de vacaciones, un descanso que bien merecen y que lo hacen con los suyos, en familia.

Esta semana previa Santa previa a la campaña, tienen que ser días para que sean consolidados canales efectivos de interlocución por los candidatos a gobernador, a las diputaciones y los ayuntamientos, sería absurdo e irresponsable que hagan caso omiso a la precaria respuesta que la gente le dará a las medidas de protección sanitaria. Tienen que empezar por adentrarse a las batallas políticas con el convencimiento sobre la urgencia de vencer al virus maldito, porque el único camino cierto es la defensa desde la familia y desde lo individual, que la discrecionalidad y los abusos o excesos no superen a los momentos que actualmente se viven de disminución de contagios y decesos.

Si colectivamente, los candidatos a gobernar Zacatecas, sean Claudia Anaya o David Monreal, Ana María Romo o Lupita Medina; Flavio Campos o Javier Valadez; Salomé Perera y Silvia García Zamora, pueden ser capaces de garantizar estabilidad, convivencia civilizada, debates respetuosos, discursos de armonía y sin odios ni rencores, en apoyo de las instituciones de salud, de los médicos y enfermeras que a diario se la parten por darnos protección y esperanzas de vida, con sus acciones primeras deben ampliar los márgenes de seguridad y protección de los ciudadanos y sus familias ante los crecientes daños que provoca el Covid-19, por lo general daños cargados de muerte y secuelas irreparables.

Los dirigentes de los partidos y sus cuadros en los municipios y las secciones electorales, han de actuar con determinación en la orientación a las militancias y simpatizantes, tienen que abrir cauces de condiciones de salud y bienestar para desde ya, adelantar campañas y comicios participativos alejados de los riesgos y peligros, las vacunas llegan escasas y pronto se reparten, hay un gradualismo lento que desespera, y por eso la gente debe ser motivada a soportar la espera con disciplina y los cuidados tan elementales que todos conocemos y son efectivos.

Más que la urgencia por acceder al poder

La emergencia es generar posibilidades reales de recuperar la normalidad, consolidar las óptimas condiciones de salud a la población y las familias. La interlocución para éstos momentos previos a la algarabía de las campañas, ha de ser la comunicación social contenida de los más elevados niveles de orientación y convencimiento, la crisis de los partidos, la confrontación política y la guerra sucia, no tienen que ser más importantes que conservar la vida y proteger a los demás.

Paradójicamente, las campañas arrancarán justamente al final de la cuaresma opaca, el próximo domingo 4 de abril, muchos candidatos lo harán como siempre tras su retiro, alejados de la gente, huyendo del contacto con los ciudadanos que ya les piden audiencia, encuentros de solución. Transcurrida una semana de mucha, intensa movilidad social en torno de su fe, de sus creencias religiosas y claro, involucrados todos en la convivencia familiar y comunitaria motivada por las visitas, los turistas y los inmensos migrantes que vienen a reafirmar identidad y tradición.

Lo deseable y más urgente es que partidos y candidatos asuman la responsabilidad de conjuntar los esfuerzos de información, orientación y convocatoria, a lograr que en los distritos, municipios, colonias, ranchos y comunidades, cunda el acatamiento, cumplimiento y pleno respeto a las medidas protocolarias de salud; aún con las señales de recogimiento que se aconsejan y se claman desde los templos, la gente tiende al relajamiento, los más porque disfrutan de vacaciones, un descanso que bien merecen y que lo hacen con los suyos, en familia.

Esta semana previa Santa previa a la campaña, tienen que ser días para que sean consolidados canales efectivos de interlocución por los candidatos a gobernador, a las diputaciones y los ayuntamientos, sería absurdo e irresponsable que hagan caso omiso a la precaria respuesta que la gente le dará a las medidas de protección sanitaria. Tienen que empezar por adentrarse a las batallas políticas con el convencimiento sobre la urgencia de vencer al virus maldito, porque el único camino cierto es la defensa desde la familia y desde lo individual, que la discrecionalidad y los abusos o excesos no superen a los momentos que actualmente se viven de disminución de contagios y decesos.

Si colectivamente, los candidatos a gobernar Zacatecas, sean Claudia Anaya o David Monreal, Ana María Romo o Lupita Medina; Flavio Campos o Javier Valadez; Salomé Perera y Silvia García Zamora, pueden ser capaces de garantizar estabilidad, convivencia civilizada, debates respetuosos, discursos de armonía y sin odios ni rencores, en apoyo de las instituciones de salud, de los médicos y enfermeras que a diario se la parten por darnos protección y esperanzas de vida, con sus acciones primeras deben ampliar los márgenes de seguridad y protección de los ciudadanos y sus familias ante los crecientes daños que provoca el Covid-19, por lo general daños cargados de muerte y secuelas irreparables.

Los dirigentes de los partidos y sus cuadros en los municipios y las secciones electorales, han de actuar con determinación en la orientación a las militancias y simpatizantes, tienen que abrir cauces de condiciones de salud y bienestar para desde ya, adelantar campañas y comicios participativos alejados de los riesgos y peligros, las vacunas llegan escasas y pronto se reparten, hay un gradualismo lento que desespera, y por eso la gente debe ser motivada a soportar la espera con disciplina y los cuidados tan elementales que todos conocemos y son efectivos.

Más que la urgencia por acceder al poder

La emergencia es generar posibilidades reales de recuperar la normalidad, consolidar las óptimas condiciones de salud a la población y las familias. La interlocución para éstos momentos previos a la algarabía de las campañas, ha de ser la comunicación social contenida de los más elevados niveles de orientación y convencimiento, la crisis de los partidos, la confrontación política y la guerra sucia, no tienen que ser más importantes que conservar la vida y proteger a los demás.