/ martes 23 de noviembre de 2021

Crónica del poder │ Urgen municipalismo e integración

La integración regional de los estados frente a la violencia e inseguridad es pura faramalla, solo está en los discursos de los gobernadores de Durango, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco y Zacatecas. Los convenios firmados como esfuerzos de colaboración y coordinación han sido mero protocolo y para las fotos que luego exaltan ante sus gobernados, como así ocurrió con los acuerdos signados con Alejandro Tello Cristerna. Los resultados son tan evidentes como los hechos de violencia en Loreto y Villa García, por Nochistlán y Apulco, hacia Valparaíso, Monte Escobedo y Jerez, en Villa de Cos y Sombrerete.

Sorprende que los gobiernos de esas entidades que ya han acordado impulso al desarrollo económico, comercial, cultural y turístico, no reorientan esfuerzos conjuntos para encarar los embates de violencia que sin duda afectan y lesionan las acciones productivas que organizadamente empujan a través de las Secretarías de Economía, Turismo y Cultura. Es una omisión anormal e irresponsable porque la emergencia social que la inseguridad impone vulnera y debilita los programas de desarrollo económico y social.

Nuestro estado es de los más dispersos y donde la desigualdad se refleja de norte a sur y exhibe a la mitad de la población en pobreza extrema. En consecuencia, la nueva gobernanza de David Monreal tiene que asumir un firme liderazgo que contemple no solo a las fuerzas políticas y gubernamentales y no solo a los Poderes Legislativo y Judicial, porque si en la letra del Plan Estatal de Desarrollo están todas las expresiones, propuestas y opiniones de los sectores productivos, o sea los empresariales, industriales, comerciales, constructores, los académicos, el magisterio, las Universidades e instituciones de educación superior, han de ser llamados de forma directa y objetiva por el gobernante, para hacer posible y viable la convergencia de potencialidades, la comunión social que se pregona.

Todas éstas piezas sociales, culturales y económicas son esenciales y vitales, son los verdaderos actores y protagonistas del progreso renovador y transformador que David Monreal pretende alcanzar en el marco de la Cuarta Transformación, porque no será concebible que cada cuál marche adelante, aislado y con su propio proyecto, cuando el estado y los 58 municipios necesitan de todas y de todos.

En el caso de los municipios, se advierten las inteligentes iniciativas de coordinación y liderazgo que ya asumen de norte a sur los Presidentes Municipales, Jorge Miranda Castro, de Zacatecas Capital de la Transformación y Saúl Monreal Ávila, de Fresnillo, el municipio más progresista del estado, quienes encabezan una poderosa movilización con la firme convicción de recuperar y restaurar un municipalismo integrador de las regiones productivas del semidesierto, los cañones, el altiplano y el centro geográfico cultural y minero, esfuerzos que han de incorporar a los migrantes decididos a responder a David Monreal con acciones de inversión y promoción del estado en los horizontes nacionales e internacional.

La integración regional de los estados frente a la violencia e inseguridad es pura faramalla, solo está en los discursos de los gobernadores de Durango, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco y Zacatecas. Los convenios firmados como esfuerzos de colaboración y coordinación han sido mero protocolo y para las fotos que luego exaltan ante sus gobernados, como así ocurrió con los acuerdos signados con Alejandro Tello Cristerna. Los resultados son tan evidentes como los hechos de violencia en Loreto y Villa García, por Nochistlán y Apulco, hacia Valparaíso, Monte Escobedo y Jerez, en Villa de Cos y Sombrerete.

Sorprende que los gobiernos de esas entidades que ya han acordado impulso al desarrollo económico, comercial, cultural y turístico, no reorientan esfuerzos conjuntos para encarar los embates de violencia que sin duda afectan y lesionan las acciones productivas que organizadamente empujan a través de las Secretarías de Economía, Turismo y Cultura. Es una omisión anormal e irresponsable porque la emergencia social que la inseguridad impone vulnera y debilita los programas de desarrollo económico y social.

Nuestro estado es de los más dispersos y donde la desigualdad se refleja de norte a sur y exhibe a la mitad de la población en pobreza extrema. En consecuencia, la nueva gobernanza de David Monreal tiene que asumir un firme liderazgo que contemple no solo a las fuerzas políticas y gubernamentales y no solo a los Poderes Legislativo y Judicial, porque si en la letra del Plan Estatal de Desarrollo están todas las expresiones, propuestas y opiniones de los sectores productivos, o sea los empresariales, industriales, comerciales, constructores, los académicos, el magisterio, las Universidades e instituciones de educación superior, han de ser llamados de forma directa y objetiva por el gobernante, para hacer posible y viable la convergencia de potencialidades, la comunión social que se pregona.

Todas éstas piezas sociales, culturales y económicas son esenciales y vitales, son los verdaderos actores y protagonistas del progreso renovador y transformador que David Monreal pretende alcanzar en el marco de la Cuarta Transformación, porque no será concebible que cada cuál marche adelante, aislado y con su propio proyecto, cuando el estado y los 58 municipios necesitan de todas y de todos.

En el caso de los municipios, se advierten las inteligentes iniciativas de coordinación y liderazgo que ya asumen de norte a sur los Presidentes Municipales, Jorge Miranda Castro, de Zacatecas Capital de la Transformación y Saúl Monreal Ávila, de Fresnillo, el municipio más progresista del estado, quienes encabezan una poderosa movilización con la firme convicción de recuperar y restaurar un municipalismo integrador de las regiones productivas del semidesierto, los cañones, el altiplano y el centro geográfico cultural y minero, esfuerzos que han de incorporar a los migrantes decididos a responder a David Monreal con acciones de inversión y promoción del estado en los horizontes nacionales e internacional.