¡No hay, no hay! Aunque protesten y nos critiquen, ni un peso más para los estados, " a quienes siempre han medrado, nada de más dinero, muchos de estos gobernadores no aprobaron que se dieran pensiones a los adultos mayores". Con ese tono pero contundente, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo advirtió a los gobernadores y el intercambio de expresiones se convirtió electorero y sin duda, esa es la percepción que se tiene, porque tal parece que para el gobierno federal el Presupuesto 2021 es acumular sumas de dinero, que se entiende como sumar votos; quitar recursos a los estados, es para restarles, reducirles votos en la elección del 6 de junio, así de sencilla es la fórmula.
El viernes quedó aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, que contó con la defensa de los diputados de Morena, PT. PES y Verde y se mantuvo inamovible e inalterable, como lo consignó el Presidente. Los efectos centralizadores ya repercuten en perjuicio del federalismo y más negativamente para los municipios, como así reaccionaron los gobernadores al rechazar la infamia presupuestal contenida de recortes a los estados y reducciones a rubros prioritarios. Los llamados federalistas reiteran la urgencia sobre una revisión del Sistema de Coordinación Fiscal. El único feliz es López Obrador, infelices los gobernadores y los más desgraciados, los municipios.
De inmediato y luego de conocer la miseria presupuestal, Alejandro Tello se dolió de sobremanera del paquete económico, opinó es lamentable y la historia juzgará lo que está pasando, hoy cada día los estados, y por ende, los municipios están siendo relegados a segundo término, el gobierno federal está concentrando todo y el federalismo pasa por una etapa crítica; el gobierno estatal prácticamente estará dedicado nada más a pagar nómina. Consecuentemente, viene un año 2021 muy complicado, un año "poco promisorio", por no decir desastroso, justamente la última etapa de su quinquenio y en medio de un escenario electoral que se le presenta como reto y desafío.
Para pronto, entre los diputados federales zacatecanos se soltó una banal y estéril disputa por la "exitosa y productiva gestoría", cuando su representados y la sociedad los han visto actuar con mediocridad y con desempeño decepcionante, porque para Zacatecas han un exiguo presupuesto, migajas presupuestales que ilustran ausencia de equilibrios, de equidad, racionalidad y justicia. Insolentes y con ostentación de su falacia los diputados federales Mirna Maldonado, María de Jesús García, Óscar Novella, Samuel Herrera y Alfredo Femat, no se atrevieron a defender a su estado y en contraparte Alejandra Esparza, Jaqueline Martínez, Lyndiana Bugarín, Chabelo Trejo, Carlos Puente y Carlos Pavón, se portaron a la altura y congruentes con su compromiso con el estado.
La emergencia estatal
No es entendida por los legisladores y ya no será más atendida, porque ahora los más se van a dedicar a intentar su reelección y ahí es donde la gente, los ciudadanos les van a cobrar la factura con el rechazo en las urnas. Su actitud impotente, agachona y supeditada, los delata como carentes de legitimidad, traidores a su representación popular, revelan ambiciones de poder para continuar haciendo el ridículo con su devota fidelidad y ciega lealtad. Su labor legislativa es tan irrelevante, que mejor han de abandonar su asiento y abrir oportunidades a políticos más inteligentes, más preparados, más responsables y comprometidos con su estado. Muchos de hoy, son la gran decepción.
