/ martes 24 de marzo de 2020

Crónica del poder

A EVITAR JUNTOS EL COLAPSO SANITARIO

La irrupción de la pandemia del coronavirus como grave problema social, regenera escenarios de tragedia que se van a sumar a la imparable violencia. La dimensión de los dos grandes flagelos repercute negativamente en la de por sí agobiada economía estatal. El sector empresarial ya resiente efectos demoledores y de inmediato reclama los auxilios institucionales a los gobiernos estatal y municipales.

La crisis sanitaria ya paraliza al sector turístico, se cerraron los museos, el teleférico, restaurantes, antros, hasta los cines y los templos; se han suspendido eventos multitudinarios ya programados, como el festival cultural, la feria de Jerez y su tradicional sábado de gloria. Todo ello en su conjunto implica un estancamiento de la economía, parálisis comercial, retroceso cultural. Las variables apuntan a continuar arreciando y más todavía, con la amenaza persistente de la violencia reproductora de inseguridad, desconfianza e inestabilidad.

De pronto, nos invade la influencia arrasadora del virus que ya se hace presente con gravedad en dos personas y otros infectados en proceso de observación, y aparece la compleja trama económica y de inseguridad que paulatinamente vulnera y dañan a la sociedad, que con el gobierno de ALEJANDRO TELLO y la visión financiera de JORGE MIRANDA, ayudan a enderezar el rumbo hacia soluciones, si no definitivas si alentadoras que reducen tensiones y acortan la distancia hacia una muy posible y vigorosa recuperación.

Entre la sociedad hay absoluta comprensión sobre una situación sujeta a dificultades económicas y sociales, ahora amarradas a la crisis sanitaria cada día más envolvente y peligrosa, desafiante del sistema político mexicano. Para el escenario local, nos parece que se han dado todas las condiciones de prevención, las que son coincidentes entre los gobiernos estatal y municipales, que se advierten eficaces y lejos de las erráticas decisiones centrales, las que prevalecen y que todavía aparecen como resistencia a entender las malignas dimensiones del mal.

Hay que verlo con todo realismo, la pandemia se viene violenta, con elevada propagación y sobre todo, desbordada sobre los adultos mayores, y la gente confía en que los efectos no exhiban la debilidad e incapacidad del sistema de salud. Y claro, la participación ordenada, organizada, prudente, serena y envolvente de la sociedad, las comunidades y familias, será determinante para alcanzar la respuesta más eficaz, defensora y protectora de los posibles contagiados.

Los pronunciamientos, llamados, convocatorias y estrategias de comunicación y orientación, desde la "sana distancia" hasta los procesos individuales y colectivos en familia, de higiene y limpieza, no deben ser interpretados como mera retórica oficial o política, sino que han de considerarse admisibles por su veracidad y contundencia, toda una movilización social que con esa infiltración de medidas sanitarias, pueden impedir un grave y terrible asentamiento del virus sobre ZACATECAS.

PARA MAYOR FORTALEZA Y CONTUNDENCIA

No debemos hablar de que sólo unos sectores son los que se involucran en esta hazaña colectiva, todos y desde todos los sectores sociales, políticos, económicos, culturales, educativos, institucionales y gubernamentales, están directa y responsablemente comprometidos en el combate al nocivo virus. Aquí la indiferencia es inaceptable, hay conducción gubernamental y una eficaz respuesta de la sociedad. Solo así.

A EVITAR JUNTOS EL COLAPSO SANITARIO

La irrupción de la pandemia del coronavirus como grave problema social, regenera escenarios de tragedia que se van a sumar a la imparable violencia. La dimensión de los dos grandes flagelos repercute negativamente en la de por sí agobiada economía estatal. El sector empresarial ya resiente efectos demoledores y de inmediato reclama los auxilios institucionales a los gobiernos estatal y municipales.

La crisis sanitaria ya paraliza al sector turístico, se cerraron los museos, el teleférico, restaurantes, antros, hasta los cines y los templos; se han suspendido eventos multitudinarios ya programados, como el festival cultural, la feria de Jerez y su tradicional sábado de gloria. Todo ello en su conjunto implica un estancamiento de la economía, parálisis comercial, retroceso cultural. Las variables apuntan a continuar arreciando y más todavía, con la amenaza persistente de la violencia reproductora de inseguridad, desconfianza e inestabilidad.

De pronto, nos invade la influencia arrasadora del virus que ya se hace presente con gravedad en dos personas y otros infectados en proceso de observación, y aparece la compleja trama económica y de inseguridad que paulatinamente vulnera y dañan a la sociedad, que con el gobierno de ALEJANDRO TELLO y la visión financiera de JORGE MIRANDA, ayudan a enderezar el rumbo hacia soluciones, si no definitivas si alentadoras que reducen tensiones y acortan la distancia hacia una muy posible y vigorosa recuperación.

Entre la sociedad hay absoluta comprensión sobre una situación sujeta a dificultades económicas y sociales, ahora amarradas a la crisis sanitaria cada día más envolvente y peligrosa, desafiante del sistema político mexicano. Para el escenario local, nos parece que se han dado todas las condiciones de prevención, las que son coincidentes entre los gobiernos estatal y municipales, que se advierten eficaces y lejos de las erráticas decisiones centrales, las que prevalecen y que todavía aparecen como resistencia a entender las malignas dimensiones del mal.

Hay que verlo con todo realismo, la pandemia se viene violenta, con elevada propagación y sobre todo, desbordada sobre los adultos mayores, y la gente confía en que los efectos no exhiban la debilidad e incapacidad del sistema de salud. Y claro, la participación ordenada, organizada, prudente, serena y envolvente de la sociedad, las comunidades y familias, será determinante para alcanzar la respuesta más eficaz, defensora y protectora de los posibles contagiados.

Los pronunciamientos, llamados, convocatorias y estrategias de comunicación y orientación, desde la "sana distancia" hasta los procesos individuales y colectivos en familia, de higiene y limpieza, no deben ser interpretados como mera retórica oficial o política, sino que han de considerarse admisibles por su veracidad y contundencia, toda una movilización social que con esa infiltración de medidas sanitarias, pueden impedir un grave y terrible asentamiento del virus sobre ZACATECAS.

PARA MAYOR FORTALEZA Y CONTUNDENCIA

No debemos hablar de que sólo unos sectores son los que se involucran en esta hazaña colectiva, todos y desde todos los sectores sociales, políticos, económicos, culturales, educativos, institucionales y gubernamentales, están directa y responsablemente comprometidos en el combate al nocivo virus. Aquí la indiferencia es inaceptable, hay conducción gubernamental y una eficaz respuesta de la sociedad. Solo así.