/ martes 7 de abril de 2020

Crónica del poder

UN PRESIDENTE ECUÁNIME Y CONGRUENTE

Definitivamente, las masas son la energía del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, las multitudes lo impulsan, la movilización social es la esencia de su estrategia política; las ovaciones y los aplausos lo motivan y le provocan; el pueblo bueno le configura una estela triunfal y de protección; la gente acarreada o concentrada por voluntad, le acumulan poder y le hacen sublimar el ejercicio del poder.

Así se mostró el domingo durante la presentación de su quinto informe en Palacio Nacional, en solitario obedeció la sana distancia y probó la soledad, que seguramente no le agradó y mucho menos le gustó. Solo frente al micrófono y las cámaras de televisión, no sintió las vibraciones que la gente arremolinada le transmite; no sintió alharacas ni amor al prójimo y, aunque sabía que millones le escuchaban en la radio e internet y le veían en la televisión, nunca pudo soltar su acostumbrada emoción frente a las mil audiencias de las que a diario disfruta y goza.

Sin ver al pueblo encimado en las vallas y aventado a saludarle, abrazarle y tomarse la selfie, no pudo escuchar el canto popular que lo incita y excita; nunca le llegaron los ánimos para azuzar o convocar; sin el fervor popular, nada le inducía a la perorata, la arenga ni a la soflama, se sintió incapaz de enardecer al gentío que nunca vio en el inmenso vacío del patio central del Palacio Nacional. No apareció el discurso agresivo, ni las expresiones burlonas e ironizantes; más bien se notó templado, moderado, prudente, mesurado, respetuoso, aunque no omitió las indirectas directas o las críticas obvias sobre los que tiene fijación como adversarios, conservadores, porfiristas y neoliberales.

Una hora de discurso y ningún aplauso ante sus muchas pausas, eso le faltó, eso le quitó el coronavirus y seguramente que terminó sin contento, sin ver la efusividad, ni la desbordante alegría de sus correligionarios y gobernados apasionados o fanatizados; ni siquiera pudo dilucidar el tamaño del aprecio o cariño popular que le tienen, frente a los abucheos a los gobernadores; la ausencia de pueblo le impidió ver y palpar la ovación cuando fue contundente al recalcar que ¡ la corrupción es la más trágica y funesta de las pestes de México !

Ciertamente, y bien lo afirma el Presidente, la gente entenderá el plan económico con el COVID 19, los especialistas no, "ellos se quedaron en el almanaque, quieren las recetas del período neoliberal". Los que se preguntan ¿ dónde está el plan ? " quieren un banderazo de salida para instaurar de nuevo la corrupción en México."

EL PRESIDENTE HIZO APOLOGÍA

De su plan económico de rescate a los más jodidos y pobres del país y dejó en veremos las propuestas y reclamos de los empresarios que urgen estabilidad para mantener la planta laboral y conservar los negocios industriales, comerciales, mineros o turísticos. Por eso, desde lo nacional, los líderes empresariales y patronales manifiestan decepción sobre una estrategia que les ha parecido "más de lo mismo". Y desde lo local, ALEJANDRO ENRIQUEZ, EDUARDO DEL REAL, CARLOS DE LA TORRE, ALEJANDRO VALADEZ, y JESÚS MANUEL PÉREZ, siguen esperando el acuerdo nacional por la recuperación económica, pero también atentos y a la expectativa de los daños que van a producir las fatídicas fechas del 15 al 20 de abril, cuando la curva del contagio del virus llegue al máximo, y con la más lamentable mortandad, también se precipite la caída de la economía para que siga el estancamiento del estado. Por eso la insistencia a QUEDARNOS EN LA CASA, después a levantar las ruinas.

UN PRESIDENTE ECUÁNIME Y CONGRUENTE

Definitivamente, las masas son la energía del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, las multitudes lo impulsan, la movilización social es la esencia de su estrategia política; las ovaciones y los aplausos lo motivan y le provocan; el pueblo bueno le configura una estela triunfal y de protección; la gente acarreada o concentrada por voluntad, le acumulan poder y le hacen sublimar el ejercicio del poder.

Así se mostró el domingo durante la presentación de su quinto informe en Palacio Nacional, en solitario obedeció la sana distancia y probó la soledad, que seguramente no le agradó y mucho menos le gustó. Solo frente al micrófono y las cámaras de televisión, no sintió las vibraciones que la gente arremolinada le transmite; no sintió alharacas ni amor al prójimo y, aunque sabía que millones le escuchaban en la radio e internet y le veían en la televisión, nunca pudo soltar su acostumbrada emoción frente a las mil audiencias de las que a diario disfruta y goza.

Sin ver al pueblo encimado en las vallas y aventado a saludarle, abrazarle y tomarse la selfie, no pudo escuchar el canto popular que lo incita y excita; nunca le llegaron los ánimos para azuzar o convocar; sin el fervor popular, nada le inducía a la perorata, la arenga ni a la soflama, se sintió incapaz de enardecer al gentío que nunca vio en el inmenso vacío del patio central del Palacio Nacional. No apareció el discurso agresivo, ni las expresiones burlonas e ironizantes; más bien se notó templado, moderado, prudente, mesurado, respetuoso, aunque no omitió las indirectas directas o las críticas obvias sobre los que tiene fijación como adversarios, conservadores, porfiristas y neoliberales.

Una hora de discurso y ningún aplauso ante sus muchas pausas, eso le faltó, eso le quitó el coronavirus y seguramente que terminó sin contento, sin ver la efusividad, ni la desbordante alegría de sus correligionarios y gobernados apasionados o fanatizados; ni siquiera pudo dilucidar el tamaño del aprecio o cariño popular que le tienen, frente a los abucheos a los gobernadores; la ausencia de pueblo le impidió ver y palpar la ovación cuando fue contundente al recalcar que ¡ la corrupción es la más trágica y funesta de las pestes de México !

Ciertamente, y bien lo afirma el Presidente, la gente entenderá el plan económico con el COVID 19, los especialistas no, "ellos se quedaron en el almanaque, quieren las recetas del período neoliberal". Los que se preguntan ¿ dónde está el plan ? " quieren un banderazo de salida para instaurar de nuevo la corrupción en México."

EL PRESIDENTE HIZO APOLOGÍA

De su plan económico de rescate a los más jodidos y pobres del país y dejó en veremos las propuestas y reclamos de los empresarios que urgen estabilidad para mantener la planta laboral y conservar los negocios industriales, comerciales, mineros o turísticos. Por eso, desde lo nacional, los líderes empresariales y patronales manifiestan decepción sobre una estrategia que les ha parecido "más de lo mismo". Y desde lo local, ALEJANDRO ENRIQUEZ, EDUARDO DEL REAL, CARLOS DE LA TORRE, ALEJANDRO VALADEZ, y JESÚS MANUEL PÉREZ, siguen esperando el acuerdo nacional por la recuperación económica, pero también atentos y a la expectativa de los daños que van a producir las fatídicas fechas del 15 al 20 de abril, cuando la curva del contagio del virus llegue al máximo, y con la más lamentable mortandad, también se precipite la caída de la economía para que siga el estancamiento del estado. Por eso la insistencia a QUEDARNOS EN LA CASA, después a levantar las ruinas.