Antes del tema, permítanme compartir el dolor por la partida de nuestro amigo y colega periodista Pablo Javier Torres Valdez, una historia de 65 años de periodismo con el semanario "El Alacrán" allá en la tierra más hermosa, en Jerez.
Traición y decepción en el PRI
A un mes del arranque del proceso electoral 2021, el Partido Revolucionario Institucional insiste en entregar la miseria de poder que ahora ostenta, los priistas ya están en alerta máxima porque su dirigencia nacional, no conforme con soportar la verguenza del tormentoso embate desde Morena, para reconvertir políticamente los daños que ya provocan las estelas de corrupción del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya; del exgobernador de Chihuahua, César Duarte; los sobornos al PRI en Tamaulipas; la investigación de la partida secreta de Enrique Peña Nieto, más lo que se acumule en esa limpieza que del país hace el Presidente López Obrador, son efectos que se traducirán en contra del PRI, con repercusiones hasta las elecciones del 2021.
No conformes con sufrir esa demoledora ofensiva que será aniquilante, ahora resulta que los priistas amanecieron el martes con acuerdos del Consejo Político Nacional que se realizó a distancia de forma virtual, como la facultad que se otorga a la dirigencia nacional del PRI, liderada por Alejandro Moreno, para que éste sea la única instancia para registrar candidaturas a cargos de elección popular; o sea, se cancelan facultades antes ejercidas por las dirigencias y estructuras estatales. En otras palabras, el exgobernador de Campeche, Alejandro Moreno tendrá a su cargo la facultad de registrar candidatos a senadores, diputados federales, diputaciones locales, presidentes municipales, hasta de gobernador.
El centralismo avasallante que el PRI critica al Presidente de la República, ahora lo ejercerá su Presidente del Comité Ejecutivo Nacional. Que se olviden Alejandro Tello, Gustavo Uribe y los priistas de elegir a sus candidatos. La democratización interna del partido ha sido relegada todavía más, si antes el dedazo lo tenían el Presidente del país y los gobernadores, porque nunca las bases han tenido ese privilegio que siempre le adjudican, ahora menos, y más se aleja la decisión democrática y participativa.
Pronto surgieron reacciones en contra de esas medidas antidemocráticas y ya interponen ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, juicio para la protección de los derechos político electorales de los ciudadanos. Aquí en Zacatecas transcurre el proceso para renovación del Consejo Político Estatal, que deberá quedar acreditado el 31 de agosto, proceso estéril e inútil, un acto de simulación que sólo exhibirá la entrada del PRI a un callejón sin salida y a un fracaso electoral en la histórica elección del próximo 6 de junio, la elección de gobernador. Sin duda, bajarán sus preferencias ciudadanas y así, visto el escenario, por la ambición de su líder nacional, se anticipa el desastre electoral.
Un descenso hasta el abismo
Es lo que se atisba para el PRI con esas estúpidas decisiones cupulares y con los dañinos efectos de los graves casos de corrupción de los expriistas, la caída será incontenible y más vertiginosa, al menos que los mecanismos sean rectificados a tiempo; de no ser así, el PRI perderá toda su capacidad de interlocución con la ciudadanía, además, decepcionar a su militancia histórica y a la oleada de jóvenes que presumen dar fortaleza y energías victoriosas al partido. Estos cambios ya son un espectáculo político y una celebración de Morena y sus aliados, y para el primer priista del estado, los dirigentes estatales y municipales de papel, una actuación de segundones sin voz ni voto.