/ martes 7 de julio de 2020

Crónica del poder │A cumplir la hazaña en Estados Unidos

El presidente Andrés Manuel López Obrador emprende hoy el viaje a Washington, Estados Unidos; cruzará el muro de la discriminación e ignominia para entrevistarse mañana con el promotor de esa muralla que ha ofendido a México. Su encuentro con el presidente Donald Trump tiene al Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, como el tema único y central en la Casa Blanca, donde no estará el Primer Ministro Justin Trudeu, ausencia que significará más presión sobre México.

A dicho el presidente López Obrador que será una visita "con decoro y dignidad." De eso los mexicanos no tienen duda, hay certeza en el patriotismo, no así en la muy segura manipulación electorera que el anfitrión impondrá, porque le urge remontar y alcanzar al candidato demócrata, Joe Biden que le lleva 12 puntos de ventaja. Ese es el meollo del asunto que Donald Trump maniobrara e intrigara, liderazgo que no repara en daños sobre cualquier mandatario de cualquier país, para hacer prevalecer su prepotencia y supremacía.

Hoy por hoy, Estados Unidos es un vecino tan distante, que ahora se entiende por su presidente, aferrado a levantar ese muro para contener a los criminales, narcotraficantes, hasta al virus maldito que por sus desatinos, ya lo tiene contra la pared con más de 130 mil muertos y una acelerada propagación que más se resiente en Texas y Florida. O sea, Tump vive un cisma político y una tragedia social que lo tienen como fiera acorralada y por ello, sus reacciones frente a López Obrador son impredecibles, pero sí serán tensionantes, solo esperemos que esta visita no sea un mal trago que lesione más las relaciones y acreciente el odio antimexicano.

Bien sabe el presidente de México en la que se mete, pero los mexicanos confían en que también sabe cómo salir del embrollo sin dejar conflicto. López Obrador está consciente del riesgo y del costo político, de manera que tendrá que sublimar capacidad diplomática y la mayor entereza como estadista para evitar o eludir mayor deterioro a su imagen, porque si la malignidad de TRUMP prevalece, perderá 2 o 3 puntos para continuar a la baja en las encuestas, al menos que de frente y con dignidad asuma la más vigorosa defensa de los migrantes mexicanos y centroamericanos. Pero en este acontecimiento, sin lugar a dudas, tiene el respaldo de todos los mexicanos, sin filias ni fobias, todo mundo estará a la expectativa por ver y reconocer ese comportamiento de decoro y dignidad.

Una cosa es el respeto que se profesan los dos presidentes y otra, que el presidente Donald Trump respete a México y a los mexicanos.

Firme política exterior

Tiene que ratificar el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la Nación más poderosa del mundo y el presidente más belicoso que ha tenido Estados Unidos. Será fundamental que desde este escenario iluminado por los reflectores internacionales, se comience a construir la nueva imagen del México en tránsito hacia la Cuarta Transformación. El discurso de nuestro presidente debe mostrar en Estados Unidos y a todos los centros internacionales del poder económico, que es viable y legítimo, justo y oportuno, superar la etapa neoliberal que ha hundido a México en el atraso económico y social, y establecer un proyecto honesto que lucha contra la corrupción e impunidad y capaz de satisfacer gradualmente las demandas de bienestar de la población, en su mayoría pobres y víctimas del desempleo. Con eso.

El presidente Andrés Manuel López Obrador emprende hoy el viaje a Washington, Estados Unidos; cruzará el muro de la discriminación e ignominia para entrevistarse mañana con el promotor de esa muralla que ha ofendido a México. Su encuentro con el presidente Donald Trump tiene al Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, como el tema único y central en la Casa Blanca, donde no estará el Primer Ministro Justin Trudeu, ausencia que significará más presión sobre México.

A dicho el presidente López Obrador que será una visita "con decoro y dignidad." De eso los mexicanos no tienen duda, hay certeza en el patriotismo, no así en la muy segura manipulación electorera que el anfitrión impondrá, porque le urge remontar y alcanzar al candidato demócrata, Joe Biden que le lleva 12 puntos de ventaja. Ese es el meollo del asunto que Donald Trump maniobrara e intrigara, liderazgo que no repara en daños sobre cualquier mandatario de cualquier país, para hacer prevalecer su prepotencia y supremacía.

Hoy por hoy, Estados Unidos es un vecino tan distante, que ahora se entiende por su presidente, aferrado a levantar ese muro para contener a los criminales, narcotraficantes, hasta al virus maldito que por sus desatinos, ya lo tiene contra la pared con más de 130 mil muertos y una acelerada propagación que más se resiente en Texas y Florida. O sea, Tump vive un cisma político y una tragedia social que lo tienen como fiera acorralada y por ello, sus reacciones frente a López Obrador son impredecibles, pero sí serán tensionantes, solo esperemos que esta visita no sea un mal trago que lesione más las relaciones y acreciente el odio antimexicano.

Bien sabe el presidente de México en la que se mete, pero los mexicanos confían en que también sabe cómo salir del embrollo sin dejar conflicto. López Obrador está consciente del riesgo y del costo político, de manera que tendrá que sublimar capacidad diplomática y la mayor entereza como estadista para evitar o eludir mayor deterioro a su imagen, porque si la malignidad de TRUMP prevalece, perderá 2 o 3 puntos para continuar a la baja en las encuestas, al menos que de frente y con dignidad asuma la más vigorosa defensa de los migrantes mexicanos y centroamericanos. Pero en este acontecimiento, sin lugar a dudas, tiene el respaldo de todos los mexicanos, sin filias ni fobias, todo mundo estará a la expectativa por ver y reconocer ese comportamiento de decoro y dignidad.

Una cosa es el respeto que se profesan los dos presidentes y otra, que el presidente Donald Trump respete a México y a los mexicanos.

Firme política exterior

Tiene que ratificar el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la Nación más poderosa del mundo y el presidente más belicoso que ha tenido Estados Unidos. Será fundamental que desde este escenario iluminado por los reflectores internacionales, se comience a construir la nueva imagen del México en tránsito hacia la Cuarta Transformación. El discurso de nuestro presidente debe mostrar en Estados Unidos y a todos los centros internacionales del poder económico, que es viable y legítimo, justo y oportuno, superar la etapa neoliberal que ha hundido a México en el atraso económico y social, y establecer un proyecto honesto que lucha contra la corrupción e impunidad y capaz de satisfacer gradualmente las demandas de bienestar de la población, en su mayoría pobres y víctimas del desempleo. Con eso.