/ miércoles 9 de junio de 2021

Crónica del poder | A renovar la clase política

Son muchas las lecciones políticas que los ciudadanos han transmitido a través de sus votos en las urnas del pasado domingo 6 de junio, destaca su demostración de que los estragos provocados por la polarización y confrontación que desde el poder presidencial se promovieron, se reducen notablemente para desembocar en la más saludable pluralidad ideológica en una diversidad social que ya no será un simple objeto pasivo en la transformación que se pretende desde los municipios y los estados. Lo que motiva a reflexionar sobre lo que es razonable en los cambios que se impulsan y lo que es negativo porque intente contener el perfeccionamiento de la vida democrática con lo políticamente imprudente, equivocado, que distorsione o desvíe de los cauces institucionales.

De las retóricas extremas y carentes de viabilidad, ahora David Monreal tiene que transitar al tratamiento de planes, proyectos y estrategias a partir de un diagnóstico realista que contemple los daños y graves consecuencias que la pandemia, la penuria presupuestaria, la creciente violencia y la innegable inseguridad han generado entre los sectores más empobrecidos y las clases medias. En la sensibilidad social tienen que escudriñar para encontrar las fórmulas que enfrenten la emergencia actual y que construya la comunión social que siempre pregonó en campaña. Tiene que pasar y ya, de las palabras a los hechos, de los compromisos a la realidad de los cambios.

Por lo pronto, hay que interpretar que la victoria electoral de David en su tercer esfuerzo que resultó en hazaña, no solo tiene trascendencia para Zacatecas, sino que impacta en el escenario nacional. Primeramente, debe admitirse que el monrealismo se consolida como un vigoroso movimiento social, como también lo demuestra el contundente triunfo de Saúl Monreal en Fresnillo, punto clave para alcanzar el máximo objetivo de la gubernatura. Otro hecho relevante, es el fortalecimiento del líder máximo y hermano mayor Ricardo Monreal, porque la recuperación de Zacatecas significa un paso importante del Senador en su lucha por la candidatura presidencial de 2024, estrategia que apunta y se abre más razonable y eficaz, cuando Claudia Sheinbaum encara inédita derrota electoral en la Ciudad de México. Circunstancias y efectos que se conjugan para elevar la imagen del exgobernador zacatecano en el horizonte nacional.

Tras la victoria será imposible e inconcebible que David y sus fuerzas se echen a gozar en la hamaca, al contrario, en lo político tiene que ser consecuente con la oferta de renovación de la clase política a fin de superar esa corriente que arrastra de añejos y rancios activistas que serían "más de lo mismo y los mismos", no que sean desechados ni marginados, pero si sustituidos en las posiciones claves por esa generación de jóvenes, mujeres y hombres que se vieron integrando las fórmulas de candidaturas en las batallas por los municipios y los distritos legislativos, como esa interesante y poderosa visión de Fuerza por México, que durante campaña dieron valor y nivel a los debates y a los acercamientos con los ciudadanos. Sangre fresca, nueva y apasionada que puede generar la esencia de renovación que se pretende.

A David Monreal le urge reformular hasta cambiar lo que ya es obsoleto en la estructura de gobierno, ensamblar las propuestas plurales a partir de su coalición e incluso con valores de la oposición, y capacidad para relacionar eficazmente intereses, valores y expresiones innovadoras. Hay pues mucho por edificar y para nada deben entrar los conformismos.


Son muchas las lecciones políticas que los ciudadanos han transmitido a través de sus votos en las urnas del pasado domingo 6 de junio, destaca su demostración de que los estragos provocados por la polarización y confrontación que desde el poder presidencial se promovieron, se reducen notablemente para desembocar en la más saludable pluralidad ideológica en una diversidad social que ya no será un simple objeto pasivo en la transformación que se pretende desde los municipios y los estados. Lo que motiva a reflexionar sobre lo que es razonable en los cambios que se impulsan y lo que es negativo porque intente contener el perfeccionamiento de la vida democrática con lo políticamente imprudente, equivocado, que distorsione o desvíe de los cauces institucionales.

De las retóricas extremas y carentes de viabilidad, ahora David Monreal tiene que transitar al tratamiento de planes, proyectos y estrategias a partir de un diagnóstico realista que contemple los daños y graves consecuencias que la pandemia, la penuria presupuestaria, la creciente violencia y la innegable inseguridad han generado entre los sectores más empobrecidos y las clases medias. En la sensibilidad social tienen que escudriñar para encontrar las fórmulas que enfrenten la emergencia actual y que construya la comunión social que siempre pregonó en campaña. Tiene que pasar y ya, de las palabras a los hechos, de los compromisos a la realidad de los cambios.

Por lo pronto, hay que interpretar que la victoria electoral de David en su tercer esfuerzo que resultó en hazaña, no solo tiene trascendencia para Zacatecas, sino que impacta en el escenario nacional. Primeramente, debe admitirse que el monrealismo se consolida como un vigoroso movimiento social, como también lo demuestra el contundente triunfo de Saúl Monreal en Fresnillo, punto clave para alcanzar el máximo objetivo de la gubernatura. Otro hecho relevante, es el fortalecimiento del líder máximo y hermano mayor Ricardo Monreal, porque la recuperación de Zacatecas significa un paso importante del Senador en su lucha por la candidatura presidencial de 2024, estrategia que apunta y se abre más razonable y eficaz, cuando Claudia Sheinbaum encara inédita derrota electoral en la Ciudad de México. Circunstancias y efectos que se conjugan para elevar la imagen del exgobernador zacatecano en el horizonte nacional.

Tras la victoria será imposible e inconcebible que David y sus fuerzas se echen a gozar en la hamaca, al contrario, en lo político tiene que ser consecuente con la oferta de renovación de la clase política a fin de superar esa corriente que arrastra de añejos y rancios activistas que serían "más de lo mismo y los mismos", no que sean desechados ni marginados, pero si sustituidos en las posiciones claves por esa generación de jóvenes, mujeres y hombres que se vieron integrando las fórmulas de candidaturas en las batallas por los municipios y los distritos legislativos, como esa interesante y poderosa visión de Fuerza por México, que durante campaña dieron valor y nivel a los debates y a los acercamientos con los ciudadanos. Sangre fresca, nueva y apasionada que puede generar la esencia de renovación que se pretende.

A David Monreal le urge reformular hasta cambiar lo que ya es obsoleto en la estructura de gobierno, ensamblar las propuestas plurales a partir de su coalición e incluso con valores de la oposición, y capacidad para relacionar eficazmente intereses, valores y expresiones innovadoras. Hay pues mucho por edificar y para nada deben entrar los conformismos.