/ viernes 14 de agosto de 2020

Crónica del poder │A sustituir la vieja maquinaria en partidos

Frente al proceso electoral que abre el 8 de septiembre, los Partidos de la Revolución Democrática, Movimiento de Regeneración Nacional y Revolucionario Institucional, están metidos en un brete por la renovación que han de promover de sus cuadros dirigentes, eventos envueltos en negociaciones que ya son precipitadas y que serán un paso determinante para consolidar unidad, aunque sea aparente o simulada, o de plano soltar antagonismos y enconos para quedar más divididos.

En el PRD, este domingo que viene deberá celebrarse el Consejo Estatal para elegir a los integrantes de la mesa directiva del propio consejo; así como la elección de la Presidencia y Secretaría General de la Dirección Estatal Ejecutiva y los consejeros nacionales; de manera que acostumbrados como están a la confrontación, seguramente que harán de tripas corazón para superar diferencias y salir airosos a encarar los tremendos desafíos electorales a fin de abrir los cauces a la alianza o frente democrático opositor.

En el Morena están que arden, aunque en teoría es el partido de las mayorías, su estructura es breve, pero con la fuerza del liderazgo del Presidente de la República, lo que reedita al partido del gobierno, donde la presión es nacional y estatal para que se cumpla el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que sean electos los comités nacional y estatal en encuesta abierta a los militantes y simpatizantes, en ejercicio de consenso abierto con el pueblo, o sea, una encuesta abierta a todo el pueblo. Para el caso de Zacatecas, la división es inocultable, desde Ricardo Monreal se deriva la consigna para que su hija Catalina Monreal alcance la Presidencia Estatal de Morena, y entre los históricos que lideran Luis Medina y Fernando Arteaga, van con Gilberto del Real o sostener al maestro Arteaga, que tienen edificada una vigorosa estructura en todos los municipios. Allá en el centro, Alfonso Ramírez Cuéllar parece quedarse a continuar la Presidencia interina, y todos esperan que su líder máximo dicte la última palabra.

En el PRI, aunque hay presiones desde las fuerzas políticas de Miguel Alonso para que sea relevado Gustavo Uribe, seguramente que no procederá, pero el gran problema es que avorazado el centralismo nacional del dirigente Alejandro Moreno, éste deberá designar un Delegado General o Especial que asuma sus decisiones, al margen de la dirigencia estatal. Una versión es la continuidad del experimentado Joel Guerrero, el delegado que desde la elección de Alonso como gobernador, demostró habilidad, estrategia y capacidad direccional para lograr la victoria en 2010; y la otra, su relevo para que el nuevo delegado asuma la responsabilidad direccional, un proceso en el que necesariamente tiene que prevalecer la opinión de calidad e indiscutible decisión del primer priista Alejandro Tello.

En los tres casos, PRD, Morena y PRI

Hay riesgos de mayores fracturas y los personajes centrales de esas posibles divisiones son Rafael Flores, Ricardo Monreal y Miguel Alonso. Son los personajes centrales en las luchas internas y lo serán en la batalla electoral del 2021. El guadalupense, que ya fue candidato a gobernador, no cede en sus aspiraciones y ahora fortalecido por su posición en la Secretaría de Educación al lado de Esteban Moctezuma, busca abanderar la alianza o coalición opositora; Monreal intenta otra vez conquistar la gubernatura para David o Saúl, Saúl o David; y Alonso confía en que sea lograda la continuidad del proyecto gubernamental de Alejandro Tello, que implica la gran decisión del gobernante. Los tres habrán de tejer fino, operar con mucha inteligencia, evitar polarizaciones, rompimientos y consolidar cohesión y unidad, o se hunden con todos.

Frente al proceso electoral que abre el 8 de septiembre, los Partidos de la Revolución Democrática, Movimiento de Regeneración Nacional y Revolucionario Institucional, están metidos en un brete por la renovación que han de promover de sus cuadros dirigentes, eventos envueltos en negociaciones que ya son precipitadas y que serán un paso determinante para consolidar unidad, aunque sea aparente o simulada, o de plano soltar antagonismos y enconos para quedar más divididos.

En el PRD, este domingo que viene deberá celebrarse el Consejo Estatal para elegir a los integrantes de la mesa directiva del propio consejo; así como la elección de la Presidencia y Secretaría General de la Dirección Estatal Ejecutiva y los consejeros nacionales; de manera que acostumbrados como están a la confrontación, seguramente que harán de tripas corazón para superar diferencias y salir airosos a encarar los tremendos desafíos electorales a fin de abrir los cauces a la alianza o frente democrático opositor.

En el Morena están que arden, aunque en teoría es el partido de las mayorías, su estructura es breve, pero con la fuerza del liderazgo del Presidente de la República, lo que reedita al partido del gobierno, donde la presión es nacional y estatal para que se cumpla el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que sean electos los comités nacional y estatal en encuesta abierta a los militantes y simpatizantes, en ejercicio de consenso abierto con el pueblo, o sea, una encuesta abierta a todo el pueblo. Para el caso de Zacatecas, la división es inocultable, desde Ricardo Monreal se deriva la consigna para que su hija Catalina Monreal alcance la Presidencia Estatal de Morena, y entre los históricos que lideran Luis Medina y Fernando Arteaga, van con Gilberto del Real o sostener al maestro Arteaga, que tienen edificada una vigorosa estructura en todos los municipios. Allá en el centro, Alfonso Ramírez Cuéllar parece quedarse a continuar la Presidencia interina, y todos esperan que su líder máximo dicte la última palabra.

En el PRI, aunque hay presiones desde las fuerzas políticas de Miguel Alonso para que sea relevado Gustavo Uribe, seguramente que no procederá, pero el gran problema es que avorazado el centralismo nacional del dirigente Alejandro Moreno, éste deberá designar un Delegado General o Especial que asuma sus decisiones, al margen de la dirigencia estatal. Una versión es la continuidad del experimentado Joel Guerrero, el delegado que desde la elección de Alonso como gobernador, demostró habilidad, estrategia y capacidad direccional para lograr la victoria en 2010; y la otra, su relevo para que el nuevo delegado asuma la responsabilidad direccional, un proceso en el que necesariamente tiene que prevalecer la opinión de calidad e indiscutible decisión del primer priista Alejandro Tello.

En los tres casos, PRD, Morena y PRI

Hay riesgos de mayores fracturas y los personajes centrales de esas posibles divisiones son Rafael Flores, Ricardo Monreal y Miguel Alonso. Son los personajes centrales en las luchas internas y lo serán en la batalla electoral del 2021. El guadalupense, que ya fue candidato a gobernador, no cede en sus aspiraciones y ahora fortalecido por su posición en la Secretaría de Educación al lado de Esteban Moctezuma, busca abanderar la alianza o coalición opositora; Monreal intenta otra vez conquistar la gubernatura para David o Saúl, Saúl o David; y Alonso confía en que sea lograda la continuidad del proyecto gubernamental de Alejandro Tello, que implica la gran decisión del gobernante. Los tres habrán de tejer fino, operar con mucha inteligencia, evitar polarizaciones, rompimientos y consolidar cohesión y unidad, o se hunden con todos.